“EL CRIMEN FUE EN GRANADA: A FEDERICO GARCÍA LORCA”

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(título de un poema de Antonio Machado)


En Abril de 2.006 se presentó en Fuentevaqueros, y en el contexto de la inauguración que tuvo lugar en su casa natal de la exposición “Federico García Lorca 1.936: Documentos para la Memoria”, la obra de Ian Gibson “Antonio Machado, ligero de equipaje”. En la presentación del libro Gibson dijo que "Federico García Lorca, sin Antonio Machado, no sería el artista que hoy conocemos" y recordó que "el primer encuentro entre Machado y Lorca tuvo lugar en Baeza, cuando Federico era pianista y no había dado aún el salto hacia la poesía". Gibson opina que el encuentro entre ambos poetas fue importante para que Federico se dedicara a la poesía y relata que Machado no pudo asistir al estreno de “Bodas de Sangre” aunque sí lo hizo a su cuarto día de representación saliendo de la misma tan conmovido que remitió una carta invitándole a seguir escribiendo de esa manera. Al parecer, esa demostración de afecto era algo inaudito en Machado al que define como “un hombre tímido, retraído, que no tenía mucha relación con los poetas de la generación de Lorca, y que sin embargo le escribió esa carta”. Señala Gibson que Machado tuvo una difícil vida amorosa y que por esa época estaba enamorado de Pilar de Valderrama, siendo aquella una relación imposible y trágica, por lo que la visión de Bodas de Sangre le permitiría sentirse identificado con la obra. Recuerda Gibson que Machado se sintió traumatizado cuando a los 4 años abandonó Sevilla y una “compañera” cuyo nombre no ha trascendido, trauma que revivió al morir su joven esposa Leonor. En el libro citado, Gibson escribe que Pilar de Valderrama, a la que Machado llama “Guiomar” en sus poemas de amor, “es una mujer con muchos problemas, aterrada por el cuerpo y el sexo, ultracatólica, casada con un donjuán, que busca la gran ternura que aprecia en la poesía de Machado. Es una mujer confusa, que sufre, que no es demasiado valiente y que no tiene la culpa de ser Pilar de Valderrama". Ella, nacida en Madrid en 1.892, falleció en 1.979 y su propia obra poética ha quedado eclipsada por las amorosas “Canciones de Guiomar” que Machado le dedicara. Una vez muerto Machado se encontró en su bolsillo una última frase: “estos días azules y este sol de la infancia”, posibles recuerdos de quien quizás se sintiera reflejado en el olmo del Duero “viejo”, “hendido por el rayo / y en su mitad podrido”, árbol que “no será, cual los álamos cantores / que guardan el camino y la ribera, / habitado de pardos ruiseñores” a pesar de lo cual su corazón esperaba “también hacia la luz y hacia la vida, / otro milagro de la primavera”, a modo de comienzo de una nueva vida.

Antonio Machado, cuyo nombre completo es Antonio Cipriano José María y Francisco de Santa Ana Machado Ruiz, nacido en Sevilla en 1.875 y muerto en el exilio en la localidad de Collioure, Francia, el 22 de Febrero de 1.939, poeta español y tardío miembro de la Generación del 98 cuyas primeros pasos se iniciaron en la senda del Modernismo, escribió el poema titulado “El crimen fue en Granada: a Federico García Lorca”. Machado, hablando de su amigo, nos dice que “se le vio, caminando entre fusiles, / por una calle larga, / salir al campo frío, / aún con estrellas, de la madrugada. / Mataron a Federico / cuando la luz asomaba. / El pelotón de verdugos / no osó mirarle la cara. / Todos cerraron los ojos; / rezaron: ¡ni Dios te salva! / Muerto cayó Federico. / -sangre en la frente y plomo en las entrañas-”. Así se evoca la muerte del poeta fusilado en la madrugada del 19 de Agosto de 1.936, cuyo cadáver y el de otros tres ejecutados junto a él yacen en una fosa común: los banderilleros cenetistas Joaquín Arcollas Cabezas y Francisco Galadí Melgar y el maestro de escuela del pueblo de Pulianas Dióscoro Galindo González. En el lugar en que se considera que fueron enterrados se quiso, no hace mucho, construir un campo de fútbol y no muy lejos hay un restaurante llamado la Ruta de Lorca en el que se sirven platos a los que se dan nombres tales como lorquianitos, brocheta lorquiana o la ensalada Doña Rosita.

A Federico la sublevación le sorprende recién regresado a Granada y alojado en la Huerta de San Vicente alrededor de la cual en la actualidad existe el “Parque Federico García Lorca”. A los pocos días del Alzamiento y de improviso un grupo de sublevados acude a la huerta buscando a un hermano de Gabriel, el casero. Al no encontrarle agreden a Gabriel y maltratan e insultan a Federico. Tras el altercado este decide pedir la ayuda de Luis Rosales, miembro de una destacada familia falangista de Granada, poeta y docente universitario. Acogido en la céntrica casa familiar de los Rosales, en calle Angulo, vive oculto hasta el 16 de Agosto, día en que es detenido y coincide el fusilamiento de su cuñado Manuel, que había sido alcalde de Granada. Las circunstancias y motivos de la detención y muerte del poeta son objeto de una controversia no resuelta todavía pero es evidente que causó sorpresa encontrar a Federico escondido en la casa de la familia Rosales. Parece que Federico estuvo detenido hasta el 18 de Agosto de 1.936 porque Angelina Cordobilla, la niñera de los sobrinos de Federico, le llevó ese día y el anterior a su lugar de detención la comida y el tabaco que el 19 no les pudo entregar porque se le respondió que el poeta ya no estaba. Igualmente parece que alrededor de las dos de la madrugada de ese día 19 el cura de Víznar, que se encontraba dispuesto para asistir en confesión a los que iban a ser fusilados, se retiró al comunicársele que esa noche no habría más ejecuciones. No obstante, sobre las cuatro de la madrugada se mató a Federico y a las tres personas más ya citadas. Luis Rosales (1.910-1.992), poeta y ensayista español perteneciente a la denominada Generación del 36 y de la que en cierto modo fue su cabeza visible, ha sido objeto de los ataques de quienes sospechan su participación en la muerte de Federico. En contra de esas suposiciones se argumenta que, en su afán por ayudarle tras la detención, Luis estuvo a punto de perder su propia vida siendo salvado gracias a la intervención del falangista Narciso Perales que intercedió a su favor y pagó una importante multa.

La idea central del poema “El crimen fue en Granada”, la muerte de Federico, no escapa a la poética recreación de quien no podía saber si los ejecutores cerraron los ojos o rezaron, cosa que no se supo entonces ni se sabe ahora, insistiendo “que fue en Granada el crimen / sabed -¡pobre Granada!-, en su Granada”; recreación que representa al poeta esperando la inminente muerte con un diálogo simbólico en medio del que “se le vio caminar solo con Ella, / sin miedo a su guadaña. / Ya el sol en torre y torre; los martillos / en yunque - yunque y yunque de las fraguas”. Ese yunque repetido tres veces, onomatopeya del continuo golpear del martillo sobre él, representa la capacidad humana para hacer cosas pequeñas que permitan cambiar al mundo. Y en el poema “hablaba Federico, / requebrando a la muerte”. Y Ella, la muerte, escuchaba a quien iba a morir decirle: “porque ayer en mi verso, compañera, / sonaba el golpe de tus secas palmas”, probablemente ese golpe que al igual que sucede con el yunque y el martillo moldea la obra final, prosiguiendo el discurso puesto en boca de Federico: “y diste el hielo a mi cantar, y el filo / a mi tragedia de tu hoz de plata, / te cantaré la carne que no tienes, / los ojos que te faltan, / tus cabellos que el viento sacudía, / los rojos labios donde te besaban… / Hoy como ayer, gitana, muerte mía, / qué bien contigo a solas, / por estos aires de Granada, ¡mi Granada!”.

¿Qué quiere decir Machado con lo de requebrar la muerte? ¿Significaba volver a quebrar en piezas más menudas lo que estaba ya quebrado? Parece que no es el significado buscado. ¿Acaso lo sea lisonjear a una mujer alabando sus atractivos? Ya se ha referido antes en el poema a la muerte como una figura femenina caminando junto al poeta fusilado. Si consideramos que Machado y Lorca podían tener una espiritualidad profunda y libre (y no olvidemos que fueron masones o personas cercanas a la masonería), este poema, con sus símbolos como estrellas, torres, largo camino, martillo, fraguas y otros más, se nos puede presentar como una obra dedicada a un amigo y a alguien que puede sentir esa espiritualidad, alcanzándose con esta visión una clave para hacer una lectura no habitual.

El Machado que escribió sobre la "España de charanga y pandereta" lo hizo también sobre "la España del cincel y de la maza" y elogió a Francisco Giner de los Ríos, reputado masón, diciéndole: "Y hacia otra luz más pura / partió el hermano de la luz del alba, / del sol de los talleres, / el viejo alegre de la vida santa". De José Ortega y Gasset, igualmente cercano a la masonería o masón, dice: "A ti laurel y yedra, / corónente, dilecto / de Sofía, arquitecto. / Cincel, martillo, piedra / y masones te sirvan". En plena Guerra Civil, el 1 de Mayo de 1.937 y en medio de un discurso dirigido a las Juventudes Socialistas Unificadas, Machado afirma: "Yo no soy marxista, no lo he sido nunca" y existen indicios para pensar que o bien ingresó en la Logia Mantuana de Madrid o se mantuvo muy cerca de ella. Muestra de la vinculación masónica de Machado es el poema titulado “Al maestro que se va”: “Como se fue el maestro / la luz de esta mañana / me dijo: van tres días / que mi hermano ....no trabaja. / ¿Murió?... Sólo sabemos / que se nos fue por una senda clara, / diciéndonos: Hacedme / un duelo de labores y esperanzas. / Sed buenos y nada más, sed lo que he sido / entre vosotros: alma. / Vivid, la vida sigue, / los muertos mueren y las sombras pasan, / llevan quien deja y viva el que ha vivido. / ¡Yunques, sonad! ¡Enmudeced, campanas! / y hacia otra luz más pura / partió el hermano de la luz del alba, / del sol de los talleres, / El viejo alegre de la vida santa. / ¡oh sí! llevad, amigos, / su cuerpo a la montaña, / a los azules montes / del ancho Guadarrama. / Allí hay barrancos hondos / de pinos verdes donde el viento canta. / su corazón reposa / bajo una encinta casta, / En tierra de tomillos, donde juegan / mariposas doradas... / allí el maestro un día / soñaba un nuevo florecer de España”.

Es cierto que la vinculación masónica de Machado ha sido negada y en parte esta teoría se fundamenta en que el Director General de Servicios Documentales de Salamanca firmó con fecha de 18 de Diciembre de 1.957 un escrito que dice lo siguiente: “Excmo. Señor: / Consecuente a su atento escrito del Negociado Segundo y Antecedentes núm. 15817, de fecha 11 del actual, relativo a ANTONIO MACHADO RUIZ, tengo el honor de participar a V. E. que, hasta la fecha, no han aparecido antecedentes masónicos del citado individuo. / Dios guarde a V. E. muchos años.". Quienes niegan la tesis masónica de Machado igualmente pueden acudir a que este nunca fue depurado a pesar de que se le incoó un expediente al amparo de la Ley de Responsabilidades Políticas y que la Comisión Superior Dictaminadora de Expedientes de Depuración informó por medio de escrito de fecha 7 de Julio de 1.941 favorablemente sobre la propuesta de separación definitiva del servicio y baja en el escalafón de Catedráticos de Institutos de Enseñanza Media de quien había fallecido en 1.939. Y a pesar de que a finales de 1.981 el Ministerio de Educación y Ciencia publica una Orden "por la que se rehabilita a D. Antonio Machado Ruiz como Catedrático de Instituto" nunca antes había sido inhabilitado.

Ahondando en la filiación masónica de Antonio Machado debemos recordar que su abuelo, Antonio Machado Núñez, quien fuera rector de la Universidad de Sevilla y Gobernador Civil con la I República, perteneció a la sociedad masónica Unión Ibérica. Y más aun Antonio Machado Álvarez, padre de nuestro escritor, conocido flamencólogo bajo el apelativo de Demófilo, que en griego significa amigo del pueblo y a quien nuestro poeta Machado llama luz de Sevilla, también fue masón. Todo esto permite pensar que Machado, quizás como lovetón o hijo de masón presentado por el padre ante la Logia, hubiera vivido y conocido desde temprana edad esa hermandad.

Antonio, que ideológicamente diverge de su hermano mayor que él un año, Manuel, nos deja un claro ejemplo de su religiosidad cuando a la saeta popular (“¿Quién me presta una escalera, / para subir al madero, / para quitarle los clavos / a Jesús el Nazareno?”) contrapone en la suya: “Oh, no eres tú mi cantar! / ¡No puedo cantar ni quiero / a ese Jesús del madero, / sino al que anduvo en el mar!”. De esta manera Antonio rechaza lo esencial del Catolicismo convencional, esto es, la idea del Sacrificio de la Cruz así como la religiosidad popular. Y recordemos ahora los versos leídos respecto a la muerte del maestro: “¡Yunques, sonad! ¡Enmudeced, campanas!”. Se trata de los yunques del taller frente a las campanas de las iglesias.

De Federico no consta una vinculación tan evidente pero sí que bajo el nombre simbólico de Homero se pudo unir a la Masonería; que estuvo muy vinculado con el masón Francisco Giner de los Ríos (1.839 - 1.915), discípulo de Julián Sanz del Río y fundador y Director de la Institución Libre de Enseñanza; que tras la guerra se incoó contra Federico un expediente de depuración como masón y que en su obra aparecen símbolos que se pueden considerar masónicos como la acacia, el yunque y los metales. Así, al comienzo de la Escena IV de Mariana Pineda en voz baja esta dice: “Y me quedo sola mientras / que bajo la acacia en flor / del jardín mi muerte acecha”; en el poema Acacia leemos: “¿Quién segó el tallo / de la luna? / (Nos dejó raíces de agua.) / ¡Qué fácil nos sería cortar / las flores de la eterna acacia!”; en La Veleta yacente: "Lírica flor de torre / y luna de los vientos, / abandona el estambre de la cruz / y dispersa sus pétalos, / para caer sobre las losas frías / comida por la oruga / de los ecos. / Yaces bajo una acacia. / ¡Memento! / No podías latir / porque eras de hierro..." Y memento, en cuanto expresión, implica recordar pero también es cada una de las dos partes del canon de la misa en que se hace conmemoración de los fieles vivos y de los difuntos. La Acacia, palabra que procede del griego Akakia por lo que puede significar también inocencia y pureza, representa tradicionalmente la elegancia y la amistad. Si es blanca o rosada se asocia además a la constancia y si es amarilla al amor secreto. Pero en la masonería la acacia es un símbolo de la resurrección e inmortalidad del alma y Federico la asocia en su obra a la idea de la muerte. Esta vinculación podría no ser fruto de la casualidad porque se ofrece de manera metódica y constante una significación ajena a la sensibilidad popular que manifiesta en sus creaciones.

Y volviendo a la fragua y yunque que aparecen en los versos dedicados por Machado a la muerte de Federico ¿serán los mismos que se citan en el “Romance de la luna" de este último? En este se ha querido ver la muerte personificada por la Luna presentada como una mujer de aspecto macabro con “sus senos de duro estaño” pero contradictoriamente “lúbrica y pura” y se lee que "la luna vino a la fragua", fragua en la cual "el niño la está mirando" y le dice "huye luna, luna, luna. / Si vinieran los gitanos, / harían con tu corazón / collares y anillos blancos"; a lo que ella responde: "Niño déjame que baile. / Cuando vengan los gitanos, / te encontrarán sobre el yunque / con los ojillos cerrados". Al final "por el cielo va la luna / con el niño de la mano" mientras que "dentro de la fragua lloran, / dando gritos, los gitanos. / El aire la vela, vela. / el aire la está velando". ¿Lloran los gitanos la muerte del niño o es acaso un símbolo de que el trabajo en la fragua ha sido terminado? “La vela, vela”. Y vela es tanto una peregrinación, especialmente a un santuario, como la acción de velar, la cual puede significar tantas cosas como hacer centinela o guardia por la noche, asistir de noche a un enfermo, pasar la noche al cuidado de un difunto, observar atentamente algo, estar sin dormir el tiempo destinado de ordinario para el sueño, continuar trabajando después de la jornada ordinaria, cuidar solícitamente de algo o asistir por horas o turnos delante del Santísimo Sacramento. Y, en cuanto a significados, fragua, procedente del latín fabrĭca, significa tanto el fogón en que se caldean los metales para forjarlos como el taller donde está instalado este fogón, lo que nos pone en relación con la alquímica transmutación de los metales que al fin y al cabo no es más que una tarea de perfeccionamiento interior. La Luna, relacionada con lo anímico e inconsciente, es asociada por los alquimistas a la plata... El rito de iniciación en la masonería, que es una muerte simbólica, se asocia al aire, y el aire es símbolo del misterio, de lo oculto y secreto asociado a los ángeles, las alas, aves y el vuelo representando al mundo intermedio entre la Tierra, en la que estaba la fragua, y el Cielo, al que vuelve la Luna del poema. ¿Podría reflejar el poema, oculto tras símbolos populares, la iniciación de un neófito al mundo de los misterios? ¿No puede verse en la figura de los gitanos el símbolo del trabajo con los metales? A lo largo de la obra de Federico, y asociados a la muerte, los metales se caracterizan por su dureza y frialdad y se encuentran ligados a los conflictos y azares de los gitanos y a menudo se transponen la piel cobriza con el bronce y el cobre... La fragua, el agua y el sueño los recoge Machado en “Proverbios y cantares” cuando nos dice entre otras cosas: “todo hombre tiene dos / batallas que pelear. / En sueños lucha con Dios; / y despierto, con el mar”; “soñé a Dios como una fragua / de fuego que ablanda el hierro”; “Yo amo a Jesús que nos dijo: / Cielo y Tierra pasarán. / Cuando Cielo y Tierra pasen, / mi palabra quedará. / ¿Cuál fue, Jesús, tu palabra? / ¿Amor? ¿Perdón? ¿Caridad? / Todas tus palabras fueron / una palabra: Velad / Como no sabéis la hora / en que os han de despertar, / os despertarán dormidos / si no veláis; despertad”. Y este velar, ¿no será como el que acabamos de ver en Lorca para la Luna? Machado prosigue en “Proverbios y cantares”: “Morir... ¿Caer como gota / de mar en el mar inmenso?”.

En “El crimen fue en Granada” a Federico “se le vio caminar” y Machado pide “Labrad, amigos, / de piedra y sueño, en el Alhambra, / un túmulo al poeta, / sobre una fuente donde llore el agua, / y eternamente diga: / el crimen fue en Granada, ¡en su Granada!”; y el romance popular dice: “Entre Víznar y Alfacar / mataron a un ruiseñor / porque quería cantar”.

Federico muere y siguiendo el discurso machadiano algo queda detrás suya porque “todo pasa y todo queda, / pero lo nuestro es pasar, / pasar haciendo caminos, / caminos sobre el mar”, ese mar que siendo agua está en íntima unión con la que bulle de las fuentes de la Granada antigua como representación del cauce de vida que quizás acoja el alma del poeta que caminando hacia la muerte deja sus estelas en el mar de la noche que vivió.

Después de todo, el llanto y las fuentes de Granada quizás sean los ríos de Manrique cuando nos recuerda que “nuestras vidas son los ríos que van a dar a la mar que es el morir”, pero el llanto y las fuentes de Machado también aparecen en otro poema suyo titulado “Anoche cuando dormía” en el que encontró dentro de su corazón un fontana cuya agua procedía de la “acequia escondida” que es el "manantial de nueva vida / de donde nunca bebí?”, al tiempo “que un ardiente sol lucía / dentro de mi corazón. / Era ardiente porque daba / calores de rojo hogar, / y era sol porque alumbraba / y porque hacía llorar”. Y todo esto era debido a que “anoche cuando dormía / soñé, ¡bendita ilusión!, / que era Dios lo que tenía / dentro de mi corazón”. El agua y Dios, en el corazón, para quien habla de hacer caminos en el mar, el lugar al que llegan todos los ríos… Machado dice de Dios en “Parábolas” que “no es el mar, está en el mar”, que es “como luna en el agua, o aparece / como una blanca vela” y nos explica que “yo he de hacerte, mi Dios, cual tú me hiciste, / y para darte el alma que me diste / en mí te he de crear. Que el puro río / de caridad que fluye eternamente, / fluya en mi corazón. ¡Seca, Dios mío, / de una fe sin amor la turbia fuente!”.

Cuando Machado pide refiriéndose a Federico: “Labrad, amigos, / de piedra y sueño, en el Alhambra, / un túmulo al poeta, / sobre una fuente donde llore el agua, / y eternamente diga: / el crimen fue en Granada, ¡en su Granada!”, ¿a qué amigos y a qué fuente se refiere? Quizás sean sólo un recurso estilístico sin mayor conexión con los símbolos presentes en otros textos pero podría ser interesante investigar las posibles conexiones espirituales e intelectuales que unían a parte de las minorías cultas de aquella época.

Gonzalo Antonio Gil del Águila

Granada, 19 de Abril de 2008.



Texto completo de EL CRIMEN FUE EN GRANADA: A FEDERICO GARCÍA LORCA de ANTONIO MACHADO

1. El crimen

Se le vio, caminando entre fusiles,
por una calle larga,
salir al campo frío,
aún con estrellas de la madrugada.
Mataron a Federico
cuando la luz asomaba.
El pelotón de verdugos
no osó mirarle la cara.
Todos cerraron los ojos;
rezaron: ¡ni Dios te salva!
Muerto cayó Federico
—sangre en la frente y plomo en las entrañas—
... Que fue en Granada el crimen
sabed —¡pobre Granada!—, en su Granada.

2. El poeta y la muerte

Se le vio caminar solo con Ella,
sin miedo a su guadaña.
—Ya el sol en torre y torre, los martillos
en yunque— yunque y yunque de las fraguas.
Hablaba Federico,
requebrando a la muerte. Ella escuchaba.
«Porque ayer en mi verso, compañera,
sonaba el golpe de tus secas palmas,
y diste el hielo a mi cantar, y el filo
a mi tragedia de tu hoz de plata,
te cantaré la carne que no tienes,
los ojos que te faltan,
tus cabellos que el viento sacudía,
los rojos labios donde te besaban...
Hoy como ayer, gitana, muerte mía,
qué bien contigo a solas,
por estos aires de Granada, ¡mi Granada!»

3.

Se le vio caminar...
Labrad, amigos,
de piedra y sueño en el Alhambra,
un túmulo al poeta,
sobre una fuente donde llore el agua,
y eternamente diga:
el crimen fue en Granada, ¡en su Granada!

LA PLATAFORMA DE VICO

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Ambrosio de Vico fue un arquitecto granadino que nació a mediados del siglo XVI y murió en 1623. Intervino en la construcción de la catedral de Granada y varias iglesias como la de Santa María de la Alhambra o Santa María de Almuñécar. Hoy día es célebre entre nosotros por la denominada "Plataforma de Granada" o "Plataforma de Vico", un documento gráfico encargado por el arzobispo Pedro Vaca de Castro y Quiñones que Ambrosio dibujó hace 1595. Se trata de un plano que ha llegado a nosotros gracias al grabado que en 1613 hizo Francisco Heylan en dos planchas de cobre conservadas en la abadía del Sacromonte. Este documento es la primera representación gráfica detallada que conocemos de la ciudad empleando una técnica que supuso un considerable adelanto y gran valor práctico. La Plataforma se utilizó hasta bien entrado el siglo XVIII. Su valor estético es aun hoy digno de admiración y se ha convertido en uno de los iconos de la ciudad.

La representación que se adjunta es un grabado de Félix Prieto hecho hacia 1795.

Gonzalo Antonio Gil del Águila
22/12/10

LAS JONS Y FALANGE EN GRANADA HASTA EL ALZAMIENTO DE 1936

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En 1933 se crea en Granada la delegación provincial de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (JONS), la organización constituida dos años antes por Ramiro Ledesma Ramos y Onésimo Redondo Ortega. Al frente de la delegación estuvo José Gutiérrez Ortega. Los jonsistas, entre los que abundaban estudiantes, protagonizaron diversos incidentes con los fueístas -integrantes de la Federación Universitaria Escolar (FUE)- y otros simpatizantes de izquierdas. Destaca el incidente del 6 de mayo de 1933 consecuencia del cual fueron detenidos y luego puestos en libertad tres estudiantes jonsistas.  

El 29 de octubre de 1933 José Antonio Primo de Ribera pronunció en el Teatro de la Comedia de Madrid un discurso con el que dio a conocer un nuevo partido político: Falange Española (FE). Su jefe provincial en Granada fue Antonio Robles Jiménez.

En febrero de 1934 Falange Española y las JONS se fusionaron. José Gutiérrez Ortega no era partidario de ello. La nueva organización, llamada Falange Española de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (FE de las JONS), superaba en España los 6.000 afiliados y en Granada contabla con unas decenas. El nuevo partido, al que vendría a llamarse sólo "Falange", tendría como jefes en Granada al diunvirato compuesto por José Gutiérrez Ortega (primer jefe de las JONS) y a Antonio Robles Jiménez (primer jefe de FE). Más tarde, el cargo de jefe provincial sería asumido por el abogado Santiago Cardell Pujalte y, desde principios de 1936, por José Rosales Camacho, hermano del conocido poeta Luis Rosales.

En 1935 nació en Granada el semanario Patria con la intención de difundir el ideario de Falange (FE de las JONS) y el partido inauguró su sde del número 3 de la Cuesta del Progreso. El 2 de abril tuvo lugar un enfrentamiento entre falangistas que vendían ejemplares de Patria en el Paseo de los Tristes y simpatizantes de izquierda con disparos en que fue herido un viandante que nada tenía que ver con el asunto. El 24 de abril fueron detenidos 4 falangistas por su participación en los hechos y el 24 de julio tuvo lugar la vista oral de la causa penal contra dos de ellos: José Pulido Luján y Luis Ruiz Casas. Fueron defendidos por Santiago Cardell Pujalte y resultaron absueltos por falta de pruebas.

Los incidentes y enfrentamientos entre simpatizantes de derechas e izquierdas se suceden mientras "Falange" sigue siendo una fuerza política marginal que en las elecciones de febrero de 1936 obtiene sólo unos 45.000 votos en toda España. Pero el triunfo del Frente Popular en esas elecciones y la radicalización de la vida política hacen que numerosos jóvenes de derecha partidarios de la acción violenta y descontentos con la derecha parlamentaria a la que consideran demasiado blanda se unan a Falange, que experimenta un extraordinario crecimiento.

La dinámica del conflicto se agudiza y el día 9 de marzo son detenidos en Granada más de veinte miembros de "Falange" aunque posteriormente son dejados en libertad, el día 10 es incendiado el local de la cuesta del Progreso y el día 11 queman la casa de un falangista.

El 12 de marzo miembros de "Falange" atentaron en Madrid contra Luis Jiménez de Asúa, diputado del PSOE y uno de los “padres” de la Constitución de 1931, causando la muerte de su escolta. El 13 de marzo es enterrado el escolta, que era policía,  y el acto acabó en incidentes con el incendio de dos iglesias y de las oficinas del diario derechista La Nación. El 14 de marzo el Gobierno de Azaña suspendió "Falange", detuvo a José Antonio Primo de Rivera y otros dirigentes del partido y clausuró Arriba, el periódico del partido.

El 15 de marzo, en Granada, se detiene a tres falangistas en la antigua Gabia la Grande y por esos días se concentra la actividad de los dirigentes falangistas en la casa que la familia Rosales tiene en la calle Angulo, la misma en que se esconderá al poeta Federico García Lorca pocos meses después.

Varios falangistas granadinos -Cecilio Cirre, Santiago Cardell Pujalte, Díaz Plá, José Rosales Camacho – hermano del poeta- y José Sánchez- se desplazan en abril a Madrid para entrevistarse con José Antonio, preso en la Cárcel Modelo. La prohibición de visitas es salvada gracias a que Díaz Plá invoca su condición de abogado para hablar con el detenido haciendo pasar a José Rosales por un colaborador suyo. Una vez reunidos, José Antonio les da instrucciones para ir a su casa, en la que está alojado Andrés de la Cuerda. Reunidos con este se acuerda enviar a Granada a José Luis de Arrese  con la intención de ayudar a reorganizar el partido e informar de los preparativos del Alzamiento. Arrese (quien en 1955 llegaría a ser secretario general del Movimiento) usará la cobertura que le da su profesión de arquitecto para desplazarse sin levantar sospechas e intervenir en varias reuniones en el domicilio que Ramón Fernández Alonso tenía en la calle San Antón. En este contexto, y siendo la preparación del Alzamiento un secreto a voces, se constituye una junta provincial con los siguientes integrantes: Antonio Robles, jefe provincial; Díaz Plá, jefe local; Alguacil, secretario local; comandante Pedro Segura, jefe provincial de milicias; comandante José Valdés Guzmán, jefe local de milicias; José Rosales, jefe del sector A; Cecilio Cirre, jefe de sector B; y Enrique Iturrriaga, jefe de sector C. La junta de la Sección Femenina se compondrá por Pilar Moliné, Laura y Maruja Ramírez-Antras, Conchita Puga e Isabel Casas Sueiro.

El 9 de mayo, mientras asisten a la celebración posterior a un bautizo, doce falangistas y el cura oficiante son detenidos por considerarse las autoirdades republuicanas que hay una reunión encubierta de Falange.

Como parte de los preparativos del Alzamiento acudirán a Granada Narciso Perales Herrero, Raimundo Fernández-Cuesta (que fue secretario del Movimiento en 1948) y Patricio González de Canales. Cuando el Alzamiento tuvo lugar, Falange estaba organizada y contaba con algo menos de 800 afiliados en toda la provincia, unos 570 de ellos en la ciudad, llegando a formar una bandera de voluntarios al mando del capitán Nestares destinada a Víznar. José Valdés Guzmán, el jefe de milicias de la organización en Granada, asumió el mando del Gobierno Civil de Granada el 20 de julio de 1936.

Gonzalo Antonio Gil del Águila
22/12/10, revisado 1/09/12

TE VEO

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Te veo como el aire de la mañana,
fresca, y dulce como el sueño,
que llega como una manzana
a la tierra de la que nace.

Y quisiera dormir un rato
para soñar antes que despierte
que esta noche no termina
y que la duermo contigo.

Te veo dulce y frágil
como una flor de la mañana
doblada por el rocío.

Pero también fuerte y libre
como las cumbres que brillan
más allá de las nubes.

Gonzalo Antonio Gil del Águila

TUS LABIOS

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Y esperan sin abrirse
bellos y finos tus labios
sin duda aquellos de Grecia
obras seguro de un dios.

La mañana que no llega
sin abrirse la esperan
de una noche de estrellas
que al Olimpo se rinde.

Y la noche que se duerma
bajo los astros pesada
sin abrirse lo esperan
hasta el claro del alba.

El día que aun no llama
la noche que aun no duerme
musitando una nana
sin abrirse lo esperan.

Gonzalo Antonio Gil del Águila

TUS OJOS

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¿Por qué escondes la mirada
si en tu risa yo la veo,
por qué con gafas la tapas
oscuras como la noche?

Quiero tus ojos mirar
y oírlos sonreír ahora,
quiero tu risa tocar
y ver cómo fantasean.

De mi más no los escondas,
que alegres me sonrían
sin sus escudos oscuros
bajo el sol del mediodía

Gonzalo Antonio Gil del Águila

SOBRE EL CONCEPTO DE INICIACIÓN

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Lo esencial del sistema iniciático es similar entre las diversas organizaciones esotéricas y tradicionales así como la división en varios grados. Ejemplos de iniciación los encontramos entre las tribus primitivas con ocasión del fin de un período y el comienzo de otro tal como el paso de la niñez, en la ceremonia judía de Bar Mitzvahy o la Primera Comunión católica. Antiguamente, el neófito que aspiraba a formar parte del culto mitraico, en palabras de Christian Jacq en su obra "La Masonería. Historia e iniciación" estaba “completamente desnudo, tenía los ojos vendados y las manos atadas, como se ve en el mithraeum de Capua. En el momento principal de la ceremonia, el postulante se tiende en el suelo para simbolizar un cadáver; antes, había sido empujado por la espalda pero un adepto le había impedido caer brutalmente al suelo. El neófito ocupa, pues, el lugar del iniciado asesinado por la incomprensión de los hombres; el papel de la comunidad es resucitarle y hacer revivir el espíritu en cada nuevo adepto. Se mostraba, incluso, al postulante, una espada empapada en sangre; era la que se había utilizado en el asesinato del Maestro, la que se utilizaría para castigar al perjuro.”. El profano admitido al culto mitraico se comprometía: “Juro con toda certeza y toda buena fe conservar el secreto de los misterios. Que la fidelidad a mi juramento me sea benéfica pero que la indiscreción me sea maléfica”. En el Cristianismo el sacramento del bautismo y el posterior de la confirmación tienen un valor iniciático al igual que lo tenían en la religión mitraica; en la entrada a los mitreos o templos mitraicos había una pila con agua bendita en la que los fieles mojaban la mano para llevarla a la frente y entrar purificados; entre los seguidores de Mitra se celebraba un ágape en el que se bendecían el pan y el vino o agua, alimentos que posteriormente se repartían entre los asistentes como si fueran, simbólicamente, carne y sangre de Mitra.

La tradición hindú denomina chakras a los vórtices energéticos localizados simbólicamente a lo largo de la columna vertebral que se activan conforme el individuo se desarrolla siendo cada uno de ellos un receptor distinto que permite alcanzar un nuevo estado de conciencia. La disposición a lo largo de la columna vertebral reflejando un eje ascendente indica la idea de ascenso gradual y escalonado desde el fondo telúrico hasta los espacios más elevados en un proceso alquímico de purificación y transmutación de las energías inferiores en superiores porque en el caos están presentes en potencia las virtudes superiores que serán desarrolladas gracias al arte de la transmutación. Esta comienza cuando se recibe la luz de la inteligencia al modo del “fiat lux” ("hágase la luz") que iluminó las tinieblas primigenias y se reproduce en la ceremonia de iniciación emanando la luz del verbo divino que da lugar al orden cósmico impulsada por el "motor inmóvil" aristotélico o Gran Arquitecto masónico. Pero la iniciación no es un fenómeno puntual y momentáneo sino un proceso que a lo sumo se puede provocar. Ello es así porque no se trata de una experiencia sacramental o mágica sino de un proceso de aprendizaje. La iniciación es una forma de esclarecimiento que permite al iniciado acceder a una experiencia de autoconstrucción personal y social expresada bajo el adagio de "lo que tú haces, te hace".
El acrónimo alquímico V.I.T.R.I.O.L. refiere a la expresión latina ”Visita Interiora Terras Rectificatur Invenies Ocultum Lapidum”, que traducida viene a decir "Visita el Interior de la Tierra (es decir, de tí mismo) y Rectificando encontrarás la Piedra Oculta". Piedra oculta que se relaciona con el “lapsit exillis” de que nos habla Von Schenbach (1170-1220) y que quizás pueda traducirse por “piedra de los sabios”(2) relacionada con la milagrosa naturaleza del Grial y que hemos de asociar a las palabras del Tao-te-King "es el vacío del centro lo que hace útil a la rueda" (3). Un centro de la Tierra que vive en el silencio expresado en el Libro de los Salmos "Yo me dije: vigilaré mis caminos para no pecar con mi lengua. He puesto una guardia a mi boca" (Salmo 39:2-3) porque al menos hasta el apogeo del monaquismo cristiano en Occidente el silencio ha sido considerado imprescindible para alcanzar la perfección, prudencia y justicia. Ello es así porque el silencio es un don de los sabios que permite encontrar dentro de nosotros mismos la esencia que previamente hemos ignorado. No otro es el sentido del Zazén o meditación en silencio del Zen, sistema surgido dentro del budismo mahayana debiendo recordarse que en el budismo mahayana se busca no sólo el despertar a la iluminación sino el hacerlo en beneficio de los demás. Tan claro es ello que la raíz griega “mu”, de la cual procede "místico", tiene el significado de mudo o silencioso y que Tao-sheng (360-434) dijo "usad las palabras para explicar pensamientos, pero el silencio cuando los pensamientos se hayan absorbido”.

La iniciación implica un primer paso en el camino de la realización y abandono de la ignorancia e incluso las convicciones dogmáticas a favor de una experiencia directa. Esta idea, desde una perspectiva gnóstica, queda expresada en palabras del hispano musulmán Ibn ‘Arabi (1165-1240), la figura más influyente del misticismo musulmán: "Si un gnóstico lo es realmente no puede permanecer atado a ninguna forma de creencia". Ello se debe a que este conocimiento intuitivo o gnosis (4) se alcanza por la identidad entre el que conoce y lo conocido. Se trata de volver a sumergirse (como en el bautismo) en la naturaleza esencial porque, repitiendo a Ibn Arabi, "no se puede unir lo que por naturaleza siempre ha sido uno”. Este sentido de la experiencia gnóstica, que a menudo se buscó en la antigüedad mitraica, pagana, romana e incluso cristiana inicial, en oscuras cuevas que apuntaban al centro más profundo de la Tierra, implica un camino de comprensión e iluminación interiores bajo la máxima del “nosce te ipsum” (conócete a ti mismo), la inscripción hecha por los siete sabios de Grecia en el frontispicio del templo de Delfos, punto de arranque de la filosofía occidental. Sócrates (470 a. C. - 399 a. C.) concluye que “sólo sé que nada sé”; en el Cantar de los Cantares (1,8) leemos “si tú no te conoces, seguirás el camino del rebaño”; en el Deuteronomio (15,9) “estate atento a ti mismo”; San Agustín (354-430), refiriéndose a Dios, dice “noverim te, noverim me” (“conocerte y conocerme”); Erasmo de Rotterdam (1466-1539) señala que la filosofía lleva a la humildad de reconocer saber que nada se sabe. Esta ignorancia reconocida en quien busca con humildad comprende en palabras de Ibn´Arabi que “antes de que el mundo existiera, viña, racimo o uva, / nuestra alma estaba embriagada de vino inmortal”, porque la gnosis implica la posibilidad de comprender la unidad para poder llegar a comprender la esencia de las cosas. En el Evangelio gnóstico de Tomás (50: 12-13), encontrado en Haj' Hammadi, Jesús dice: “"Yo no soy vuestro maestro. Porque han bebido y se han embriagado de la corriente de la que me he apartado (…) aquel que beba de mi boca se volverá lo que Yo Soy: Yo mismo me convertiré en él, y las cosas que están ocultas le serán reveladas". Albert Pike (1809 - 1891) militar, escritor, abogado y masón estadounidense nos dice que "La Gnosis es la esencia de la Masonería” y que "es la religión universal, eterna e inmutable, tal como la plantó Dios en el corazón de la humanidad universal” además de que "en todo tiempo, la verdad ha sido ocultada bajo símbolos, y a menudo bajo una sucesión de alegorías, donde velo tras velo tuvo que ser penetrado antes de alcanzar la verdadera Luz, y quedara revelada la verdad esencial". Por su parte, San Juan alude a la Luz Divina que las tinieblas no han extinguido (Juan, 1:5) y en San Pablo se encuentran doctrinas comunes al Cristianismo primitivo y a la Gnosis cuando apela a "la Sabiduría de Dios (…), sabiduría recóndita, la cual predestinó y preparó Dios antes de los siglos para gloria nuestra, sabiduría que ninguno de los príncipes de este siglo ha entendido" (I-Corintios, 2: 7-8). El simbolismo del Cristo (y digo “del Cristo”, no “de Cristo”) es común en otras religiones anteriores a la Cristiana: en los persas es Ormuz; en el Mazdeísmo es Ahura Mazda; entre los indostanes es Krishna; en la antigua China es Fu-Hi; entre los antiguos germanos es Edda que toma el nombre de Balder; entre los aztecas es Quetzalcóatl; en la antigua Grecia es Zeus; en el antiguo Egipto es Osiris; y en la Europa pagana es Mitra.

Para René Guenon (1886-1951) la iniciación propiamente dicha consiste esencialmente en la transmisión de una influencia espiritual que sólo puede hacerse a través de una organización tradicional que a su juicio Occidente sólo mantiene a través de la Masonería y el Compañerazgo. El iniciado recibe una influencia espiritual cuyo origen no es humano porque el individuo que inicia es sólo un eslabón de una cadena cuyo origen está más allá de la humanidad. Dicha influencia espiritual no es mágica en tanto en cuanto, como señala Guénon, la iniciación tiene lugar en un nivel superior al de la magia porque esta última se desenvuelve en otro animal o psíquico. Para Guénon la religión asegura la salvación eterna por lo que mantiene a sus creyentes en un estado individual humano. Por el contrario, la iniciación permite alcanzar la realización o identidad suprema con el absoluto inconmensurable superando el estado individual y alcanzado estados superiores. La Masonería busca desbastar y perfeccionar la "piedra bruta", símbolo del Aprendiz, para ser capaz de conseguir la piedra "cúbica" del Compañero y, posteriormente, la "piedra cúbica en punta" del Maestro, siendo largo el camino que va desde la piedra bruta a la pulida que se coloca en el más bello arco de una Catedral. La Luz que entra por las vidrieras, identificada tradicionalmente con el espíritu y la sabiduría, se encuentra en todos los rituales de iniciación como antítesis de la oscuridad. Manly P. Hall (1901-1990), en “Las llaves perdidas de la masonería” dice que "La orden masónica no es una mera organización social, sino que está compuesta por todos los que se han agrupado para aprender y aplicar los principios del misticismo y los ritos ocultistas" así como que "son necesarias cualidades espirituales antes de que los verdaderos secretos masónicos puedan ser entendidos por los hermanos mismos". Oswald Wirth (1860-1943), masón, rosacruz y teósofo, en "El libro del aprendiz" nos dice que "al iniciaros en sus Misterios, la Francmasonería ha querido hacer de vosotros hombres escogidos, sabios o pensadores, elevándoos sobre la masa de los seres que en nada piensan. / No pensar es consentir en ser dominado, conducido, dirigido y tratado comúnmente como una bestia de carga. / Es por sus facultades intelectuales que el hombre se distingue del bruto. El pensamiento lo vuelve libre y le da el imperio del mundo. / Pensar es reinar. / Pero el Pensador ha sido siempre una excepción". En otro momento explica que “La iniciación enseña el Arte de Pensar, o sea el Arte Supremo, el Arte Real, el Gran Arte por excelencia” y “El iniciado debe esforzarse en pensar de una manera superior y, para lograrlo, debe romper toda comunicación con los pensamientos de orden inferior". En otra obra suya, “El Ideal Iniciático”, nos explica que la iniciación es activa porque “nos hace copartícipes en una obra, la Obra por excelencia, la Magna Obra de los hermetistas. La iniciación no se busca para saber, sino para obrar, para aprender a trabajar. Según el lenguaje simbólico empleado por cada escuela de iniciación, el trabajo tiene por objeto la transmutación del plomo en oro (Alquimia) o la construcción del Templo de la Concordia Universal (Francmasonería)”.

Arthur Zajonc en su obra de mediados de la década de 1990 “Atrapando la luz” nos cuenta que "en gran medida conocemos el mundo por intermedio de la vista. Naturalmente, Platón utilizaba la visión como metáfora de todo el conocimiento, denominando ´ojo del alma´ u ´ojo de la mente´ al órgano de percepción de la psique. Nuestra palabra ´teoría´ deriva del vocablo griego theoria, que significa ´contemplar´. Saber es haber visto, no pasiva si no activamente". Y nos comenta que según refiere Sochpenhauer éste discutía con Goethe acerca del fenómeno de la luz argumentando que era un fenómeno subjetivo. Goethe respondió diciendo que la luz no existe en la medida en que se ve si no que, refiriéndose a Schopenhauer, "¡tú no existirías si la luz no te viera!". Es decir, la luz "creó" (entendamos que originó la necesidad de crear) el ojo para ver la luz y si la luz no nos hubiera visto no tendríamos ojos y no podríamos verla. Lucas (11:33-36) expresa: “Nadie enciende una lámpara para luego ponerla en un lugar escondido o cubrirla con un cajón, sino para ponerla en una repisa, a fin de que los que entren tengan luz. Tus ojos son la lámpara de tu cuerpo. Si tu visión es clara, todo tu ser disfrutará de la luz; pero si está nublada, todo tu ser estará en la oscuridad. Asegúrate de que la luz que crees tener no sea oscuridad. Por tanto, si todo tu ser disfruta de la luz, sin que ninguna parte quede en la oscuridad, estarás completamente iluminado, como cuando una lámpara te alumbra con su luz”.

Gonzalo Antonio Gil del Águila
10/05/09

(1) Según el Diccionario de la Real Academia, el término iniciación, que procede del latín initiatĭo, -ōnis), significa la “acción y efecto de iniciar o iniciarse”, definiendo iniciar, igualmente procedente del latín initiāre, como “1. tr. comenzar (‖ dar principio a algo)... 2. tr. Introducir o instruir a alguien en la práctica de un culto o en las reglas de una sociedad, especialmente si se considera secreta o misteriosa… 3. tr. Proporcionar a alguien los primeros conocimientos o experiencias sobre algo… 4. prnl. Dar comienzo…”. La idea de iniciación está indisolublemente vinculada a la del aprendiz, término definido por el mismo diccionario como “1. m. y f. Persona que aprende algún arte u oficio. 2. m. y f. Persona que, a efectos laborales, se halla en el primer grado de una profesión manual, antes de pasar a oficial”.

(2) aunque hay quien opina que su significado también pudiera ser el de “piedra del exilio”, “piedra que se encuentra lejos de casa” o incluso, si la expresión originaria fuese “lapis lapsus ex illis stellis”, “piedra que vino de las estrellas”

(3) Vitriolo, que nuestro Diccionario define como procedente del latín vitreŏlus, dim. de vitrum, vidrio, como “ácido sulfúrico”

SOBRE EL CONFLICTO DE KOSOVO

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El término Kosovo parece proceder del de origen eslavo kos que significa mirlo como se confirma con que el lugar de la batalla de 1389 frente a los turcos, Kosovo Polje, se llame en alemán Amselfeld o Campo del mirlo. Por albano-kosovares denominamos los residentes en Kosovo de origen albanés y religión musulmana anteriormente a su independencia. Considerados descendientes de los ilirios se convirtieron al islam durante el dominio turco abandonando el cristianismo ortodoxo constituyendo, por oposición a los serbios, el sustrato del nuevo estado kosovar declarado independiente en 2008. Los serbios, que al contrario que los kosovares no abandonaron la religión cristiana ortodoxa, ven Kosovo como la cuna de su cultura y el año 1389, el de su derrota frente a los turcos en la batalla de Kosovo Polje, el comienzo de una época de sometimiento que acabó con la independencia conseguida en 1170 del Imperio bizantino. Durante la dominación turca los serbios fueron desplazados de Kosovo a favor de los albaneses.

En 1912, durante la Primera Guerra Balcánica, Serbia aliada a Montenegro, Grecia y Bulgaria consigue su independencia y el territorio de Kosovo. En 1918, tras la Primera Guerra Mundial, Kosovo pasa a formar parte del Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos, denominado desde 1929 Yugoslavia. En 1945, poco antes de terminar la Segunda Guerra Mundial, varios miles de combatientes albano-kosovares se enfrentaron al Ejército yugoslavo por el control de Kosovo. En vísperas de la Segunda Guerra Mundial algo menos de la mitad de los habitantes de Kosovo era serbia pero 50 años después este porcentaje se redujo a menos del 10%. Los kosovares hablan una lengua indoeuropea que nada tiene que ver con la eslava de los serbios. Tras la Segunda Guerra Mundial, la Yugoslavia comunista del Mariscal Tito, quien encarnó la resistencia frente a Alemania, divide su territorio entre siete Repúblicas: Eslovenia, Croacia, Bosnia-Herzegovina, Montenegro, Macedonia y Serbia. Kosovo, cuya extensión es inferior a 11000 kilómetros cuadrados, no fue una República de Yugoslavia y su territorio se encontraba dentro de la de Serbia.

En 1974 un nueva Constitución reconoce a Kosovo como provincia dentro de la república de Serbia y se crean escuelas que imparten las clases en albanés con observación de las fiestas islámicas. En 1980, muerto Tito, los albano-kosovares pidieron constituir la séptima república del Estado federal yugoslavo provocando el malestar y oposición de los serbios. Las reiteradas denuncias de estos de la creciente hostilidad de la mayoría albano-kosovar es el motivo argumentado por Slobodan Milosevic en 1989 para retirar la autonomía de Kosovo. En 1990, durante el proceso de desintegración del Estado yugoslavo, Kosovo declaró una independencia que sólo fue reconocida por Albania. Y el Ejército de Liberación de Kosovo (UCK) inició una lucha armada en la que fue derrotado.

En 1998 diversos medios de comunicación se hicieron eco de una denuncia de la Liga Democrática de Kosovo en la que se informaba del sitio serbio a varios pueblos así como de enfrentamientos armados. El 30 de enero de 1999 la OTAN apremió a Yugoslavia a firmar un acuerdo de paz con la advertencia de que de no hacerlo iniciaría bombardeos aéreos. Ante la negativa yugoslava la OTAN, sin la aprobación de la ONU, inició un ataque aéreo el 24 de marzo que se prolongó hasta el 10 de junio de 1999. Durante los bombardeos los serbios residentes en Kosovo fueron atacados por albano-kosovares mientras que albano-kosovares residentes en territorio yugoslavo lo eran por los serbios. El conflicto terminó con la firma del acuerdo Kumanovo en virtud del cual el territorio de Kosovo quedó bajo la administración de la ONU. Tras esto, el Ejército de Liberación de Kosovo (UCK) expulsó a los serbios y un grupo rebelde bajo la misma denominación inició acciones armadas en Macedonia, territorio con un 30% de población albanesa. El 4 de febrero de 2003 los Gobiernos de Serbia y Montenegro asumieron la continuidad de la ya extinta Yugoslavia federal, aunque de facto son Estados independientes. El 17 de febrero de 2008, Kosovo, apoyado por Estados Unidos y parte de la Unión Europea, proclamó su independencia. Varios Estados, entre ellos Serbia, Rusia y España no la han reconocido. Actualmente viven en Kosovo algo más de dos millones de personas.

Gonzalo Antonio Gil del Águila
julio 2009

SÍNTESIS DE LA BATALLA DE RAFIA

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En la batalla de Rafia, que tuvo lugar el 22 de junio de 217 a. C. cerca de la actual localidad de Rafia dentro de la Cuarta Guerra Siria, se enfrentaron las fuerzas de Ptolomeo IV, rey del Egipto ptolemaico, a las de Antíoco III Megas, rey seléucida, por la posesión de la Celesiria (Siria y en Fenicia). Ambos eran reinos helenos surgidos con la helenización de Oriente tras las campañas de Alejandro Magno y sus ejércitos se basaban, como el macedonio que consiguió aquellas conquistas, en la falange pesar de haber incorporado elementos orientales como los elefantes y la infantería ligera.

Despliegue de los ejércitos.

El ejército de Ptolomeo contaba con unos 70.000 infantes, 5.000 jinetes y 73 elefantes de guerra. El de Antíoco con 62.000 infantes, 6.000 jinetes y 102 elefantes de guerra. Las fuerzas se desplegaron frente a frente con las falanges en el centro. Ptolomeo se situó a la izquierda de su despliegue con su guardia personal y Antíoco lo hizo frente a él. Los elefantes se desplegaron en las alas de cada ejército por delante de las caballería propias. Los elefantes seléucidas, de origen hindú, eran más numerosos y aptos para el combate. Ptolomeo contaba con más personal de infantería pero su instrucción y calidad eran inferiores al de la infantería seléucida.

Avance seléucida.

La línea de elefantes de la derecha seléucida fue lanzada junto con sus tropas de acompañamiento mientras Antíoco mandaba detrás la caballería. Los elefantes y tropas de acompañamiento seléucidas derrotaron a los ptolemáicos y Antíoco, desbordando el flanco de los elefantes por la parte exterior del despliegue, cargó contra la caballería egipcia que fue derrotada. El flanco izquierdo egipcio colapsó. Mientras, los elefantes del ala izquierda seléucida comenzaron un tímido avance que no fue apoyado permitiendo que los elefantes egipcios mantuvieran la línea.


Avance ptolemaico.

Esta situación fue aprovechada por Equécrates, que mandaba el ala derecha ptolemaica, para hacer avanzar todas esas fuerzas alrededor de la masas de elefantes y cargar sobre las líneas de la izquierda seléucida que habían permanecido inmóviles, quizás por la creencia de que el avance de su rey les había dado la victoria en la batalla. Antíoco, que debió creerlo también, se había lanzado en persecución de los restos del ala izquierda ptolemaica y en busca de Ptolomeo en vez de volver a la batalla y contener el avance de Equécrates. Por su parte, Ptolomeo había escapado y encontrado refugio en la parte central de su despliegue que no habían sufrido daños.

Desenlace.
Los centros de ambos ejércitos compuestos por sus falanges quedaron frente a frente sin el apoyo de sus alas y se lanzaron al choque decisivo, en el cual las menos expertas fuerzas ptolemaicas mantuvieron la disciplina y alcanzaron el triunfo. Antíoco, que no había hecho caso de los consejos de sus generales, tuvo que reconocer la derrota y recoger los restos de su ejército. Había perdido algo menos de 10.000 infantes y más de 300 jinetes muertos y unos 4.000 de sus hombres fueron hechos prisioneros. Ptolomeo tuvo 1.500 muertos entre su infantería y 700 entre sus jinetes. Con esta batalla, Ptolomeo adquirió el control de la Celesiria (Siria y en Fenicia).

Gonzalo Antonio Gil del Águila
13/12/2010

NOTA: Las fuerzas seléucidas aparecen en azul y las ptolemaicas en rojo. La infantería se representa por un rectángulo vacío, la caballería por un rectángulo con una diagonal y los elefantes por un rectángulo rellano.

PASEANDO POR LA FUENTE DEL AVELLANO

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Tarde del Miércoles 29 de Agosto de 2007. Quiero visitar la fuente del Avellano. Dirijo mis pasos desde Plaza Nueva hasta el Paseo de los Tristes. Cruzo el río Darro por el Puente del Aljibillo y al otro lado, a la izquierda según lo atravieso, se encuentra el camino de tierra que conduce a la fuente. Subiendo una ligera cuesta pronto se olvida la presencia de las edificaciones intuyéndose a la izquierda, y el sentido de la marcha, el río Darro. A la derecha del camino y desde sus bordes el monte arranca dejando entrever veredas descuidadas que prosiguen hacia sus alturas. Algunas losas que jalonan el recorrido, en cada una de las cuales hay añadida una placa metálica con versos, esperan al caminante a modo de mudos poetas. Me encuentro con un simpático alemán de avanzada edad con el que continúo caminando y charlando. Me refiere que vive desde hace dos años en la ciudad, de la cuál está enamorado desde mucho antes, que su mujer falleció un año atrás y que sus cenizas reposan al pie de una de las torres de La Alhambra. Siente con pena que no se aproveche mejor el lugar por el que andamos. Llegados a la fuente del Avellano se divisa la Abadía del Sacromonte en la otra orilla a través de un claro en la vegetación. Hay pintadas en diversas partes del entorno así como en las losas que hemos dejaso atrás. Tomo algunas fotos de la fuente mientras hablamos de la belleza de Granada y él me enseña las que ha hecho de monumentos y lugares granadinos con una cámara digital que lleva consigo. De los dos caños de la fuente uno está seco y el otro gotea tímidamente. Por encima de los dos caños ocho deterioradas piezas de alicatado conmemoran las reuniones de Ganivet con sus compañeros de la cofradía de la fuente del Avellano. Acude un ciclista y queda pendiente de nuestra conversación. Sólo puede encontrarse agua en un moderno surtidor, que no fuente, colocado a pocos metros, que requiere presionar un pulsador para que salga un tímido chorrito de agua.

En 1.951 Antonio Molina prestaba su voz a una canción titulada “La fuente del Avellano”, cuya letra dice que “Al pie del Generalife / en las márgenes del Darro / hay una fuente famosa / la fuente del Avellano” (1) que da un agua “que baja como la nieve / cristalina y con anises” y “que en grana(da) (2) vendiendo voy”. ¿Quién podría hoy reconocer esas celebradas aguas en la furtiva gota de uno de los caños de la fuente o el triste chorrito del surtidor?

La perdida fuente del Avellano se lleva no sólo el recuerdo de un lugar que antaño, como la ciudad, inducía la excitación de las mentes románticas, si no también un importante símbolo de su pasada vida cultural. La segunda mitad del siglo XIX supuso para la cultura granadina una época de brillantez no ajena a la concurrencia de tres acontecimientos. Uno fue la obra de la Cuerda granadina, un grupo de escritores. Otro las actividades de la sociedad literaria de el Liceo. El tercero las actividades del Centro Artístico. Personas cercanas a esos entornos intelectuales constituyeron, al parecer en el verano de 1.895, y con continuidad en algún o algunos veranos siguientes, la cofradía del Avellano, un grupo de amigos bajo la influencia y dirección de Ángel Ganivet, el cual pareció concebir en las reuniones celebradas ante la fuente la idea de componer el “Libro de Granada” publicado en 1.899.

Los contertulios se reunieron algunos veranos en varias ocasiones ante la entonces célebre y seguramente concurrida fuente. Sin duda degustaron sus aguas escapando a los rigores del calor y la sed del estío y disfrutaron del encanto del lugar mientras conversaban. En sus debates debieron tratar del noventa y ochentista dolor por España y el inevitable y solidario dolor por Granada. Ha pasado más de un siglo de aquellas charlas y los intelectuales de esta tierra todavía hablan de esos dolores habiendo perdido, quién sabe si definitivamente, la compañía de las puras y cristalinas aguas de la fuente del Avellano.

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NOTAS
(1) Texto completo de la canción La fuente del Avellano. Al parecer la discografía del cantante ofrece una primera versión de 1.951 y otra posterior de 1.972, pero ambas con idéntica letra

Que fresquita baja hoy
el agua del Avellano
el agua del Avellano
que en grana vendiendo voy

Al pie del Generalife
en las márgenes del Darro
hay una fuente famosa
la fuente del Avellano

Todas las mañanas subo
caminito de la fuente
y así lanzo mis pregones
cuando paso por el puente

Que baja como la nieve
el agua del Avellano
que baja como la nieve
cristalina y con anises
fresquita no hay quien la pruebe
el agua del Avellano

(2) La letra de la canción dice Graná pero aclaro Grana(da) para los foráneos que lean este escrito e ignoren la costumbre ampliamente extendida en la tierra granadina de llamar sincopadamente Graná a la ciudad y a la tierra de la provincia.

CARL CURMAN EN GRANADA

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Carl Curman (1833-1913) era un médico aficionado a la entonces naciente fotografía y con formación de escultor. En 1878, cuando tenía 43 años, se casó con Calla Lundström, una viudad de 26 años hija de un empresario adinerado, y viajaron a España para pasar su luna de miel.

La Swedish National Heritage, una agencia gubernamental sueca dedicada a la recogida de material histórico, ha publicado este año de 2010 en la red social Flickr dedicada a la fotografía el material de Carl Curman, entre el cual se encuentran fotos de su viaje de 1878.

Enlace a las fotografías de Carl Curman en Flickr.com

Enlace a algunas fotografías de Granada hechas por Carl Curman en 1.878 comentadas en castellano y en inglés.

FOTOGRAFÍAS DE GRANADA DE 1.878 (1 DE 2)

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La secuencia de fotografías comentadas de Granada que se reproducen forman parte de un fichero power point con firma "Marga – Agosto 2.010" que dice fueron hechas por Carl Curman en 1.878, que son propiedad de la Galería Swedich National Heritage Board y que no tienen restricciones de derechos de autor.

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FOTOGRAFÍAS DE GRANADA DE 1.878 (2 DE 2)

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SÍNTESIS DE LA BATALLA DE ADRIANÁPOLIS

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En tiempos de la batalla de Adrianápolis la parte Oriental del Imperio romano se encontraba gobernada por el emperador Valente. En aquella época, aun cuando el arma principal de Roma era la infantería, la caballería comenzaba a imponerse como arma fundamental. En 376 Valente se encontraba enfrentado a los persas sasánidas mientras que los godos, expulsados de las actuales territorios de Bielorrusia y Ucrania por los hunos, habían atravesado el Danubio. Fueron inicialmente aceptados pero pronto, ante la enorme cantidad de inmigrantes godos, surgieron tensiones y enfrentamientos que culminaron con su revuelta ante las puertas de Marcianópolis. Bajo el mando de su jefe Fritigerno se dedicaron al saqueo de la zona, derrotaron a una pequeña fuerza romana que marchó en ayuda de la ciudad y se convirtieron en dueños de Tracia aunque no fueron capaces de conquistar las grandes ciudades amuralladas. Fritigerno consiguió unir a su causa a mercenarios godos al servicio de Roma acantonados cerca de Adrianópolis y sus fuerzas aumentaron constantemente con la infiltración constante de inmigrantes godos que atravesaban el Danubio una vez desaparecida la resistencia romana en la frontera. Ante estos hechos, Valente ultima una paz con los persas y desplaza fuerzas desde el frente oriental (Persia) al norte (Tracia). La llegada a la Tracia de unidades de refresco romanas encuentra al ejército godo concentrado cerca de Marcianópolis. Este emprende la marcha hacia el norte hasta que ambos ejércitos se encuentran cerca del Danubio, en una localidad llamada “ad Sauces”, librando un combate no concluyente. Tras el enfrentamiento, los romanos, temiendo la posible llegada de refuerzos godos y del invierno, se repliegan hacia el sur acantonando sus unidades en plazas fortificadas a la espera de la próxima campaña una vez llegue el buen tiempo. Mientras, las fuerzas de Fritigerno aumentan con más contingentes bárbaros e incluso hunos y, valiéndose de su caballería, aniquila unidades romanas aisladas y continua el saqueo de la zona.

Valente decide acudir personalmente a la zona de operaciones acompañado de su séquito y abandona Antioquía. La situación es tan desesperada, que Graciano, emperador de Occidente, a pesar de la presión soportada en el Rin ofreció fuerzas a Oriente aunque estas se vieron obligadas a retrasar su marcha debido al levantamiento de los alamanes. Las fuerzas de Valente se iban concentrando cerca de Constantinopla y estaban compuestas por unidades de “comitatenses” y de “scholae” o caballería así como fuerzas auxiliares y caballería pesada (“clibanarii” y “catafractos”). Estas fuerzas eran profesionales y contaban con buen equipamiento y experiencia en combate. Como anticipo de la ofensiva, Sebastián, un reputado general, dirigió una guerra de guerrillas muy eficaz que permitió la recuperación de localidades y botín. Pero Valente, emperador impopular que deseaba acabar con las críticas que se le dirigían, no apreciaba esta táctica y buscaba una victoria rápida y definitiva. Esto le impulsó a mandar a su ejército, de unos 56.000 hombres, hacia el interior de Tracia en busca del grueso de las fuerzas bárbaras, seguramente más del doble, desoyendo a quienes le aconsejaban esperar los refuerzos de Occidente. Los godos se replegaron hacia el norte y los romanos le siguieron. Por error, los exploradores romanos calculaban a la baja las fuerzas bárbaras y ambos ejércitos se prepararon para el combate.

En la batalla posiblemente se enfrentaron las siguientes fuerzas

Bárbaros - Romanos
Caballería: 12.000 - 8.000
Infantería pesada: 120.000 - 20.000
Infantería ligera: 20.000 - 28.000

Primera fase.

El 9 de Agosto del año 378 la vanguardia romana llegó a las inmediaciones de Adrianópolis encontrando el campamento bárbaro formado en círculo tras los carros. El ejército romano comenzó el despliegue con la infantería en el centro y la caballería en las alas mientras que Valente se colocó con su guardia detrás del centro. Fritigerno quiso entablar conversaciones, quizás temeroso ante la impresionante fuerza enemiga o quizás buscando ganar tiempo para que llegase la caballería alano-ostrogoda. Pero cuando las conversaciones iban a comenzar, parte de la infantería auxiliar romana al mando de Bacurio de Iberia y Cassio se lanzó al ataque contra la infantería goda situada en el exterior de su campamento. La caballería romana del ala izquierda apoyó el movimiento mientras el resto del ejército romano quedó sin actuar. Es posible que este movimiento se debiera a la tensión del momento y a la falta de coordinación entre las unidades. Y fue eso precisamente lo que permitió a la infantería goda rechazarlo.


Segunda fase.

El ala derecha bárbara atacó las posiciones romanas con el apoyo de parte de la caballería alano-ostrogoda al mando de Alateo y Safrax arrollando a la caballería del ala izquierda romana que regresó a sus posiciones de partida. El grueso del ejército bárbaro atacó las el centro y ala derecha romanos.


Tercera fase.

La caballería romana del ala izquierda lanzó un ataque contra la caballería bárbara de Alateo y Safrax haciéndola retroceder hasta su campamento. Pero, habiendo quedado en la carga sin apoyo de la infantería, los romanos fueron superados y dispersados por las fuerzas enemigas que salían del campamento. Este es sin duda el punto de inflexión de la batalla .


Cuarta fase.

Aniquiladas las fuerzas del flanco izquierdo romano, los bárbaros lanzan por esta zona fuerzas de caballería e infantería que explotan el éxito y atacan la retaguardia romana.

Quinta fase.

Los romanos mantienen focos aislados de resistencia y el propio emperador encuentra la muerte en los combates aunque su cuerpo nunca fue identificado. Unos 20.000 romanos logran salvarse de la derrota.


Los restos del ejército romano se dirigieron a Adrianópolis, ciudad amurallada que mantenía una guarnición y armó a sus ciudadanos. Los bárbaros, como había ocurrido desde que pasaron el Danubio, fueron incapaces de conquistar la ciudad al carecer de material y entrenamiento para ello, por lo que continuaron con el saqueo de pequeñas localidades. Al conocer la derrota, el emperador Graciano detuvo a sus fuerzas en el Ilírico, para defender su imperio de posibles incursiones, y apoyó a uno de sus generales, Teodosio, (posteriormente conocido como Teodosio I el Grande), como nuevo emperador de Oriente.

Gonzalo Antonio Gil del Águila

5/12/10

Nota: en azul las fuerzas bárbaras y en rojo las romanas. La caballería tiene una diagonal. El campamento bárbaro está representado por una línea negra.

LA LEGIÓN ROMANA HASTA LA REFORMA DE MARIO

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Al comienzo de la monarquía el ejército romano se formaba sólo con los patricios divididos en 30 curias. Cada curia aportaba 100 hombres de a pie, llamados "milities", y 10 jinetes, o "celeres" que constituían una "decuria". La infantería era mandada por un tribuno militaris y los jinetes por un tribuno celeres, residiendo el mando supremo en el rey. Durante los primeros tiempos de la historia romana el ejército no era permanente.

El sexto rey de Roma, Servio Tulio, acometió una reforma sustituyendo la organización en curias por la de centurias o grupo de 100 hombres y haciendo que los plebeyos prestasen servicio militar. La capacidad del ciudadano de dotarse de equipo personal era lo que determinaba su inclusión en un grupo. Así, los más adinerados componían la caballería (équites) seguidos por quienes formaban la infantería pesada y la ligera. Con la inclusión de los plebeyos el ejército de Servio Tulio llegó a tener unos 4.500 hombres en total, de los que 3.000 aproximadamente formaban la infantería pesada, 1.200 la ligera y 300 la caballería.

Marco Furio Camilo (446? - 365 a. C.) vivió los agitados tiempos de la invasión de los galos senones, a los que derrotó, y acometió una importante reforma de la legión.

En primer lugar, Camilo modificó el orden de combate olvidando, para la infantería pesada, el basado en la riqueza o censal (según el cual los más ricos formaban en las primeras filas y los menos detrás) adoptando en su lugar la formación de acuerdo con la edad y grado de instrucción. De este modo, la infantería pesada pasaba a formar en tres líneas: en la primera se integraban los más jóvenes (hastados), en la segunda los más veteranos (príncipes), y la en tercera, a modo de reserva, los veteranos. La infantería ligera (velites) siguió formando de acuerdo con el carácter censal. De esta manera, la Roma convulsionada por las luchas sociales entre patricios y plebeyos, encuentra en la legión el modo de articularse como un todo orgánico y dinámico que engloba a todos los grupos sociales.

En segundo lugar, Camilo introdujo los manípulos (manipulum) o unidades tácticas de de 200 hombres que permitían más movilidad, versatilidad en su empleo y capacidad de reacción. La fuerza de infantería de una legión pasa a dividirse en 21 manípulos que forman en combate en cuatro líneas, contando la primera con 6 manípulos de los velties o infantería ligera; en la con otros 6 manípulos, llamados hastati (hastatos), de la infantería pesada; en la tercera formaban otros 6 manípulos, los príncipes; y, tras estos, los triarii (triatos) que, con 3 manípulos y 600 hombres, contaban con los soldados más viejos y veteranos. Los triatos solo intervenían en casos excepcionales.

Camilo promovió la normalización del armamento haciendo, entre otras cosas, que el yelmo de metal sustituyera al de cuero y se mejorasen el pilum y los escudos. Con su sistema, la legión se componía de 4.200 hombres a pie y 300 jinetes.

Más tarde, con la reforma de Cayo Mario (cerca de 157-86 a. C.), se adoptó el sistema de cohortes. Cada cohorte estaba compuesta por unos 480 hombres divididos en tres manípulos de 160 soldados cada uno. Y cada manípulo se componía de dos centurias de 80 hombres. La división de la infantería entre hastati, príncipes y triarii desaparece y la infantería pasa a convertirse en un cuerpo homogéneo de infantería pesada sin distinguir a sus integrantes de acuerdo con la edad o el tipo de armamento. No obstante, se seguirán conservando las denominaciones de hastati, príncipes y triarii a efectos de escalafón. La infantería ligera o velites compuesta por romanos desapareció y su papel pasó a ser asumido por los auxilia o auxiliares no romanos, tropas mercenarias reclutadas entre aliados que eran agrupadas según su nacionalidad conservando su uniformidad, armas y modo de combate. Con el tiempo, la legión pasará a dividirse en 10 cohortes compuestas de 6 centurias cada una y alcanzará la cifra de 6.000 hombres de infantería y 300 jinetes a los que, cada vez más, habrá de sumarse personal de oficios, manteniéndose este orden hasta tiempos de Diocleciano. Junto al personal propio de la legión hay que contar un número indeterminado de comerciantes, prostitutas y compañeras de de legionarios (estos no podían casarse), que creaban auténticas ciudades alrededor de los campamentos romanos.

La reforma de Mario respondió a las nuevas necesidades de Roma tras las graves derrotas en las guerras contra cimbrios y teutones en 106 y 105 a. C. ya que a las grandes pérdidas en personal hubo de hacerse frente junto con un creciente desinterés de los ciudadanos romanos por servir en su ejército. Esto obligó a abandonar el concepto de ejército de ciudadanos y la idea de un servicio militar que comenzaba a los 17 años y mantenía como reservista al ciudadano hasta los 60. En su lugar se constituyó un ejército profesional reclutado entre las clases más desfavorecidas que lucha por la promesa de una paga y de un retiro, muchas veces consistente en tierras. El ejército profesional originó una creciente inestabilidad del gobierno republicano ya que los soldados tendían a ser más leales a sus generales que a sus gobernantes, sobre todo cuando algunos generales, como es el caso de Julio César en la guerra de las Galias, pagaba a sus soldados con sus fondos particulares. De esta manera, el ejército se conviertió en una herramienta para conquistar y conservar el poder.

Gonzalo Antonio Gil del Águila
28/11/10

SÍNTESIS DE LA BATALLA DE CANNAS

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La batalla de Cannas (o Cannæ) fue un enfrentamiento militar dentro de la Segunda Guerra púnica ocurrido el 2 de agosto del año 216 a. C. entre los ejércitos de Aníbal y Roma, comandas estas últimas por los cónsules Cayo Terencio Varrón y Lucio Emilio Paulo. La táctica empleada por Aníbal es hoy día un modelo clásico después de haber servido como inspiración al Estado mayor prusiano y alemán antes de la Primera Guerra Mundial.

Las fuerzas romanas contaban en la batalla con 75.000 soldados de infantería, 2.400 jinetes romanos y unos 4.000 jinetes aliados de caballería aliada. A estas fuerzas debían sumarse algo más de 10.000 soldados de infantería que no llegaron a intervenir en la batalla. Frente a esas fuerzas Anibal contaba con 46.000 soldados de infantería y 8.000 jinetes.

En esencia, la batalla de Cannas es un ejemplo de batalla que acepta el encuentro en un el centro que cede ante el avance del enemigo haciéndole meter en una especie de U mientras que los flancos se mantienen firmes aceptando el combate. En determinado momento, una de las alas acepta el combate cuando le es favorable para que una vez ha sido resuelto favorablemente pueda Transferir parte de sus efectivos al otro ala por detrás de la línea de combate. Una vez ambos flancos enemigos han sido derrotados las alas caen sobre la retaguardia del enemigo que queda embolsado.
En Cannas los ejércitos se desplegaron en una llanura. Los romanos con la infantería en el centro y la caballería en las alas, la romana en la izquierda y la aliada en la derecha. Aníbal colocó a su infantería también en la parte central de su despliegue pero con su centro avanzado hacia el despliegue romano a modo de arco colocando a galos e íberos mientras que a los flancos colocó a infantes libios. En las alas desplegó la caballería, la ligera númida a la derecha frente a la caballería de los aliados de Roma, y la pesada formada por jinetes galos e íberos a la izquierda, frente a la caballería romana.

El ataque fue comenzado por los romanos. El centro del despliegue cartaginés cedió ocupando las fuerzas romanas el espacio desalojado mientras que los flancos cartagineses se mantenían firmes.

La caballería cartaginesa de ambas alas ataca a la romana. Mientras la ligera númida es contenida, la pesada de galos e íberos derrota a la romana. Aníbal ordena que parte de esta fuerza ayude a la ligera númida trasladándose por detrás de la línea de la infantería cartaginesa, evitando así ser vista por el mando romano.
Los dos flacos de la infantería cartaginesa, compuesta por libios, no cedían al avance romano mientras sí lo hacía el centro de galos e íberos. De esta manera la infantería romana avanza formando una U que encaja en la U formada por la infantería de Aníbal.

La caballería romana es derrotada por la de Aníbal que cierra el espacio abierto de la U.

Las fuerzas romanas, completamente cercadas, son aniquiladas. Tito Livio cifra los caídos romanos en 50.000 y Plutarco en 70.000 en la que fue la mayor derrota de la historia de Roma. Los romanos perdieron en la batalla al cónsul Lucio Emilio Paulo, los dos cónsules precedentes, dos cuestores, veintinueve de los cuarenta y ocho tribunos militares y alrededor de ochenta de los 300 senadores. Al día siguiente, las fuerzas romanas que no habían intervenido en la batalla combatieron con los cartagineses siendo derrotados y sufriendo 2.000 muertos y 8.000 prisioneros. Los cartagineses tuvieron unos 6.000 muertos.

Tras esta victoria Aníbal no pudo o no se atrevió a conquistar Roma, invernando en Capua. Roma, temerosa del genio militar de Aníbal, le sometió a una guerra de desgaste y, más tarde, llevó el teatro de operaciones a tierras de Cartago. Aníbal abandonó a sus fuerzas en Italia para defender su patria amenazada y, por una de esas extrañas ironías que tiene la historia, los romanos le derrotaron en la Batalla de Zama, también llamada de Naraggara, el 19 octubre del 202 a.C., empleando la misma táctica que a tan alto precio habían aprendido en Cannas.

Gonzalo Antonio Gil del Águila
21/10/11