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LOS CONCEPTOS DE BAZOOKA Y LAW
La palabra bazuca, castellanización del inglés bazooka, se usa para designar a un lanzacohetes anti carro portátil que impulsa una carga hueca o granada propulsada por un cohete, siendo esta la razón por que se le denominado lanzagranadas. Creado en los Estados Unidos fue una de las principales innovaciones del armamento de la Infantería durante la Segunda Guerra Mundial y se basó en el empleó del explosivo HEAT (High Explosive Anti-Tank). Alemania copió el diseño adaptándolo al calibre de 88 mm y dándole el nombre de Raketenpanzerbüchse Panzerschreck (o terror de los carros). La palabra bazuca se usa a menudo, aunque de manera errónea, para designar a todas las armas contra carro, como por ejemplo los RPG soviéticos.
Los primeros bazucas fueron el M1 y M1A1, en servicio en 1942, seguidos por el M9A1 en 1943. Este último difería de los anteriores en que el tubo lanzador se encontraba separado en dos partes, facilitando con ello su traslado, y en que el disparador por batería de ignición se reemplazó por otro magnético. El modelo M20 o "Super Bazooka" se empleó en Guerra de Corea y derivó en una versión, denominada M20B1 más ligera al tener un tubo de aluminio fundido. Estas dos últimas versiones experimentaron mejoras en 1952 con los modelos M20A1/A1B1. Ambas tenían, una vez armado el tubo lanzador, una longitud de 1,524 ms, calibre 88,9 mm. El peso desmontado del primero era de 6,4 kg y el del segundo de 5,9 kg el segundo, disparaban proyectiles de unos 4 kg de peso y tenían una máximo de más de 800. El lanzagranadas español Instalaza de 88,9, en amplio uso en nuestras Fuerzas Armadas hasta los años 80, es un arma muy similar.
El lanzagranadas / bazuca viene a ser algo así como un cañón portátil sin retroceso y reutilizable que requiere de un equipo compuesto, básicamente, por un tirador que porta el tubo plegado, y al menos un proveedor/cargador. El tirador monta el arma, apunta y dispara. El cargador desembala el proyectil, lo prepara y carga el lanzagranadas introduciéndolo por la parte posterior del tubo lanzador una vez que ha sus dos partes han sido montadas. En los modelos más antiguos debía hacerse un contacto entre el proyectil y el tubo lanzador empleando un hilo conductor. En este tipo de armas, una vez cargada el cargador da una palmada, generalmente en el casco o la cabeza, al tirador.
Durante la guerra de Vietnam, las fuerzas de los Estados Unidos buscaron un medio contra carro más ligero y versátil que permitiera a la Infantería disponer de más movilidad. Nació así el LAW, siglas de Light Anti-tank Weapon, o Arma Ligera Contra Carro. El LAW, a diferencia del Bazooka, se compone de dos tubos de aluminio que vienen encajados uno dentro de otro (es decir, no dos tubos que vienen separados y deben unirse) y con la munición precintada en el interior (no como en el Bazooka que debe cargarse una vez unidos los dos tubos). Para disparar el LAW se retiran los tapones extremos y se despliega el tubo, que cuenta con sistema óptico y un pulsador. El calibre es de 66 mm, con una longitud durante el transporte de 67 cm y de un metro en el momento del disparo, y un peso de 2,5 kg. En la actualidad, Estados Unidos ha sustituido el LAW por el M136 AT-4, un arma de producción sueca, y ha abandonado el uso de bazucas a favor de misiles filoguiados aunque hay Ejércitos modernos que siguen utilizando sistemas similares al Bazooka o al Instalaza 88,9. El equivalente español actual del LAW es el C90C Instalaza.
El modelo más extendido de lanzagranadas es el RPG-7, arma soviética que entró en servicio en 1961 y ha conocido diversas copias y adaptaciones. El RPG-7 y sus variantes se basan en un tubo de 4 cm de grosor soldado a una sección de mayor grosor que acaba en un estrangulamiento y una tobera que crean al efecto Venturi y anulan el retroceso del arma después del disparo del proyectil, de calibre 85 mm y con alcance de más de 900 ms. Se trata de un arma que puede ser transportada y usada por un solo servidor que consta de un lanzador de unos 7 kilos y un proyectil (de más de 2 a más de 4 kilos, según el tipo). Su versatilidad, robustez, sencillez y bajo precio hacen que se trate de un arma muy difundida, siendo usada en la actualidad como lanzagranadas normalizado en la Infantería rusa y unos 40 países.
Gonzalo Antonio Gil del Águila
21/11/10
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domingo, 21 de noviembre de 2010
22:38
CONSIDERACIONES SOBRE LA OFENSIVA DEL TET Y SU INFLUENCIA EN LA OPINIÓN PÚBLICA ESTADOUNIDENSE
Conocemos como ofensiva del Tet una operación militar de la Guerra de Vietnam que consistió en una ofensiva generalizada de las fuerzas del Ejército de Vietnam del Norte (EVN) y el Vietcong en 1968 contra las fuerzas aliadas del Ejército de Vietnam del Sur (ARNV), Estados Unidos y otras potencias occidentales, que comenzó el 31 de enero de 1968 aprovechando la celebración del año nuevo en el sur. Hasta ese momento el optimismo reinaba entre los Gobiernos aliados por lo favorable que para ellos parecía la marcha de las operaciones. Especialmente en Estados Unidos, el Gobierno y los mandos militares manifestaban reiteradamente que los comunistas no habían conseguido ganar una sola batalla y que iban a ser derrotados. Pero con la ofensiva del Tet la opinión pública occidental, que sentía una oposición creciente a la guerra, dejó de creer en la victoria al ver que 36 de las 44 capitales de provincia de Vietnam del sur y otras localidades menores eran ocupadas por fuerzas comunistas; que se combatía en Saigón, la capital; que la embajada estadounidense había sido asaltada; que se desarrollaban combates de gran envergadura alrededor de la base de Khe Sanh, cerca de la línea de demarcación entre el Sur y el Norte del país; y que se combatía duramente en Hué. Pero lo cierto es que la ofensiva del Tet, que no llegó a suponer un serio peligro para los aliados, acabó con una derrota militar comunista que, no obstante, fue interpretada de una manera distinta por los medios de comunicación occidentales y terminó influyendo decisivamente en la opinión públicas de sus países, sobre todo en Estados Unidos hasta hacerle abandonar el conflicto. Simplificando un poco puede decirse que los aliados vencieron a los comunistas en los campos de batalla pero que estos ganaron la guerra gracias a los medios de información occidentales y a su capacidad de influir para que la opinión de sus países repudiara de manera mayoritaria ese conflicto. Tras el abandono de sus aliados Vietnam del Sur sería derrotado y conquistado finalmente por Vietnam del Norte.
Los comunistas supieron confundir a la opinión occidental desde antes de la ofensiva del Tet con una campaña diplomática basada en una oferta de paz mientras concentraban en secreto sus fuerzas. La ofensiva cogería desprevenidos a los Gobiernos occidentales en una fecha en que muchos soldados del Ejército del Vietnam del Sur estaban de permiso por las festividades y la celebración de año nuevo permitiría que pasaran inadvertidos los movimientos de la “quinta columna” en territorio del sur. Es cierto que la Inteligencia aliada, y especialmente la CIA, intuyeron que algo iba a ocurrir, pero no fueron capaces de predecir su alcance.
En la Ofensiva Tet los aliados tuvieron más de 4.300 muertos (1.000 de ellos estadounidenses), 16.000 heridos y algo más de 1.000 desaparecidos. Los comunistas, que fueron completamente rechazados, vieron aniquilada su “quinta columna” en el sur, perdieron grandes cantidades de material y tuvieron entre 37.000 y 50.000 muertos. Desde un punto de vista estrictamente militar, la operación había terminado con un triunfo de los aliados. La situación guardaba cierto paralelismo con la ofensiva de las Ardenas de 1944: los alemanes atacaron por sorpresa cuando estaban cerca de la derrota buscando forzar una solución diplomática con los aliados occidentales. En ambos casos, los atacantes fracasaron militarmente pero la gran diferencia es que con la ofensiva del Tet la opinión pública occidental no creyó que hubiese una victoria aliada y pensaba que sus fuerzas llevaban a cabo una despiadada e inútil destrucción de Vietnam. En este sentido poco ayudaron declaraciones como las de un mando estadounidense que cuando explicó la destrucción de un tercio de Ben Tre dijo que "era necesario destruirla para salvarla". Evidentemente quería decir que hizo falta el uso de la artillería, y la consiguiente destrucción de la ciudad, para reconquistarla teniendo el menor número de bajas. Pero aquella desafortunada forma de expresarse horrorizó a la opinión pública y se convirtió en un símbolo del debate sobre los daños colaterales de la guerra. Y, para hacer más difícil aun la situación a los aliados, los comunistas volvieron a lanzar otra ofensiva en verano, aunque de menor envergadura, llamada del Mini Tet. No debe extrañar porque, a diferencia de lo ocurrido tras las Ardenas en 1944, los comunistas contaban con una retaguardia segura de la que llegaban equipamiento y recursos (la guerrilla comunista y Vietnam del Norte contaban con el apoyo de los países del bloque socialista y durante años de zonas santuario usados para la infiltración de sus fuerzas en Laos y Camboya y desde la frontera de la China popular).
Los civiles estadounidenses vieron la ofensiva de Tet como una derrota que desautorizaba las afirmaciones optimistas de sus militares y políticos y consideraron que las bajas mortales de su páis, unos 1000, como intolerables. La influencia de la opinión pública estadounidense se hizo mayormente contraria a la guerra y obligó a sus gobernantes a la retirada del conflicto. De esta manera, y por primera vez en la historia, una victoria militar en una campaña se convirtió en una derrota gracias a los medios de comunicación y a la opinión pública. ¿Quizás porque esa opinión pública quería una victoria rápida y contundente y no de notro tipo?
La principal preocupación de la casa Blanca no parecían ser los problemas militares si no su repercusión política. Jack Valenti, ayudante del presidente Johnson, comentó, hablando del presidente, que “cada mañana estaba al teléfono, con una diferencia de doce horas, comprobando las bajas del día anterior. ‘Sr. Presidente, perdimos 18 hombres ayer, Sr. Presiente perdimos 160 hombres, tuvimos 400 bajas', así una mañana tras otra". Especialmente impopular fue comprobar el alto porcentaje de bajas entre negros y pobres haciéndoles sentir como ciudadanos de segunda clase que sólo servían para aportar carne de cañón. En esa época, en los estados del Sur de Estados Unidos había cobrado fuerza el movimiento por los derechos civiles, el cual consideraba a la guerra de Vietnam como otra forma de opresión contra los negros. Martín Luther King Jr. dijo en 1967 que “las promesas de una gran sociedad han desaparecido en los campos de batalla de Vietnam. La persecución de esta guerra amplia ha estrechado las dimensiones prometidas de los programas de bienestar domésticos, ha hecho que el pobre, blanco o negro, soporte las cargas más pesadas tanto en el frente como en casa". Otro ejemplo de la oposición a la guerra es la letra de una canción muy popular de Joe McDonald que invitaba a los padres y madres a sacar a sus hijos de Vietnam “antes de que sea demasiado tarde” en la que, tras preguntarse “¿por qué estamos luchando?” se respondía “no me preguntéis, me importa un bledo”. Las manifestaciones en contra de la guerra congregaban a cada vez más participantes y algunos veteranos acudían a ellas con uniforme e incluso arrojaban sus medallas mientras los políticos eran presa del pánico. El 7 de febrero de 1968, pocas semanas después del comienzo de la ofensiva del Tet, el senador Robert Kennedy manifestó: "Dicen que el Viet Cong ya no es capaz de controlar las ciudades y probablemente sea cierto. Pero ellos han demostrado que a pesar de todos nuestros informes de avance, de fortaleza del gobierno y de la debilidad del enemigo, medio millón de soldados norteamericanos, con 700.000 aliados vietnamitas, con el dominio total por aire y mar, apoyados por los enormes recursos y las armas más modernas, somos incapaces de controlar incluso una sola ciudad de los ataques de un enemigo cuya fuerza total es aproximadamente de 250.000".
El general norvietnamita Giap, un excepcional militar, supo comprender las implicaciones políticas al expresar que "para nosotros no existe algo parecido a una única estrategia. La nuestra siempre es una síntesis, simultáneamente militar, política y diplomática, por esa razón, claramente, la Ofensiva Tet tenía múltiples objetivos".
El Tet había aniquilado la voluntad de combatir de la sociedad estadounidense y Henry Kissinger lo supo sintetizar: "En lo sucesivo, no importa lo efectiva que sea nuestra acción, la estrategia prevaleciente ya no puede conseguir sus objetivos dentro de un período dado ni dentro de los niveles de fuerza políticamente aceptables para el pueblo estadounidense".
Habiendo sido la primera vez que esto ocurrió, no podemos sustraernos a buscar comparaciones. Podemos encontrarla en la Batalla de Mogadiscio, también llamada del Mar Negro, que enfrentó fuerzas de los Estados Unidos y de la ONU contra guerrilleros somalíes de Mohamed Farrah Aidid en octubre de 1993. En esta operación, aun cuando los estadounidense lograron su objetivo de capturar a los jefes de la milicia, tuvieron 19 muertos y 79 heridos a los que se sumaron 3 muertos y 9 heridos de fuerzas de la ONU (Malasia y Pakistán) causando a los milicianos varios centenares de muertos y miles de heridos. El rechazo de la opinión pública estadounidenses ante las bajas impulsó el abandono de su misión en la zona y contribuyó a la inestabilidad que vive aun hoy día la zona.
Las comparaciones han sido inevitables desde la guerra de Vietnam. Sadam Hussein amenazó en 2003 con que atacar Iraq sería para los Estados Unidos una derrota como la de Vietnam. Cuando se preguntó a George W. Bush si el recrudecimiento de los atentados durante la campaña electoral iraquí de 2006 tenía algún parecido con la ofensiva del Tet respondió afirmativamente aunque la Casa Blanca se apresuró a decir que la comparación se reducía a la escalada en la actividad y no a la marcha de la guerra.
Gonzalo Antonio Gil del Águila
15/11/10
Los comunistas supieron confundir a la opinión occidental desde antes de la ofensiva del Tet con una campaña diplomática basada en una oferta de paz mientras concentraban en secreto sus fuerzas. La ofensiva cogería desprevenidos a los Gobiernos occidentales en una fecha en que muchos soldados del Ejército del Vietnam del Sur estaban de permiso por las festividades y la celebración de año nuevo permitiría que pasaran inadvertidos los movimientos de la “quinta columna” en territorio del sur. Es cierto que la Inteligencia aliada, y especialmente la CIA, intuyeron que algo iba a ocurrir, pero no fueron capaces de predecir su alcance.
En la Ofensiva Tet los aliados tuvieron más de 4.300 muertos (1.000 de ellos estadounidenses), 16.000 heridos y algo más de 1.000 desaparecidos. Los comunistas, que fueron completamente rechazados, vieron aniquilada su “quinta columna” en el sur, perdieron grandes cantidades de material y tuvieron entre 37.000 y 50.000 muertos. Desde un punto de vista estrictamente militar, la operación había terminado con un triunfo de los aliados. La situación guardaba cierto paralelismo con la ofensiva de las Ardenas de 1944: los alemanes atacaron por sorpresa cuando estaban cerca de la derrota buscando forzar una solución diplomática con los aliados occidentales. En ambos casos, los atacantes fracasaron militarmente pero la gran diferencia es que con la ofensiva del Tet la opinión pública occidental no creyó que hubiese una victoria aliada y pensaba que sus fuerzas llevaban a cabo una despiadada e inútil destrucción de Vietnam. En este sentido poco ayudaron declaraciones como las de un mando estadounidense que cuando explicó la destrucción de un tercio de Ben Tre dijo que "era necesario destruirla para salvarla". Evidentemente quería decir que hizo falta el uso de la artillería, y la consiguiente destrucción de la ciudad, para reconquistarla teniendo el menor número de bajas. Pero aquella desafortunada forma de expresarse horrorizó a la opinión pública y se convirtió en un símbolo del debate sobre los daños colaterales de la guerra. Y, para hacer más difícil aun la situación a los aliados, los comunistas volvieron a lanzar otra ofensiva en verano, aunque de menor envergadura, llamada del Mini Tet. No debe extrañar porque, a diferencia de lo ocurrido tras las Ardenas en 1944, los comunistas contaban con una retaguardia segura de la que llegaban equipamiento y recursos (la guerrilla comunista y Vietnam del Norte contaban con el apoyo de los países del bloque socialista y durante años de zonas santuario usados para la infiltración de sus fuerzas en Laos y Camboya y desde la frontera de la China popular).
Los civiles estadounidenses vieron la ofensiva de Tet como una derrota que desautorizaba las afirmaciones optimistas de sus militares y políticos y consideraron que las bajas mortales de su páis, unos 1000, como intolerables. La influencia de la opinión pública estadounidense se hizo mayormente contraria a la guerra y obligó a sus gobernantes a la retirada del conflicto. De esta manera, y por primera vez en la historia, una victoria militar en una campaña se convirtió en una derrota gracias a los medios de comunicación y a la opinión pública. ¿Quizás porque esa opinión pública quería una victoria rápida y contundente y no de notro tipo?
La principal preocupación de la casa Blanca no parecían ser los problemas militares si no su repercusión política. Jack Valenti, ayudante del presidente Johnson, comentó, hablando del presidente, que “cada mañana estaba al teléfono, con una diferencia de doce horas, comprobando las bajas del día anterior. ‘Sr. Presidente, perdimos 18 hombres ayer, Sr. Presiente perdimos 160 hombres, tuvimos 400 bajas', así una mañana tras otra". Especialmente impopular fue comprobar el alto porcentaje de bajas entre negros y pobres haciéndoles sentir como ciudadanos de segunda clase que sólo servían para aportar carne de cañón. En esa época, en los estados del Sur de Estados Unidos había cobrado fuerza el movimiento por los derechos civiles, el cual consideraba a la guerra de Vietnam como otra forma de opresión contra los negros. Martín Luther King Jr. dijo en 1967 que “las promesas de una gran sociedad han desaparecido en los campos de batalla de Vietnam. La persecución de esta guerra amplia ha estrechado las dimensiones prometidas de los programas de bienestar domésticos, ha hecho que el pobre, blanco o negro, soporte las cargas más pesadas tanto en el frente como en casa". Otro ejemplo de la oposición a la guerra es la letra de una canción muy popular de Joe McDonald que invitaba a los padres y madres a sacar a sus hijos de Vietnam “antes de que sea demasiado tarde” en la que, tras preguntarse “¿por qué estamos luchando?” se respondía “no me preguntéis, me importa un bledo”. Las manifestaciones en contra de la guerra congregaban a cada vez más participantes y algunos veteranos acudían a ellas con uniforme e incluso arrojaban sus medallas mientras los políticos eran presa del pánico. El 7 de febrero de 1968, pocas semanas después del comienzo de la ofensiva del Tet, el senador Robert Kennedy manifestó: "Dicen que el Viet Cong ya no es capaz de controlar las ciudades y probablemente sea cierto. Pero ellos han demostrado que a pesar de todos nuestros informes de avance, de fortaleza del gobierno y de la debilidad del enemigo, medio millón de soldados norteamericanos, con 700.000 aliados vietnamitas, con el dominio total por aire y mar, apoyados por los enormes recursos y las armas más modernas, somos incapaces de controlar incluso una sola ciudad de los ataques de un enemigo cuya fuerza total es aproximadamente de 250.000".
El general norvietnamita Giap, un excepcional militar, supo comprender las implicaciones políticas al expresar que "para nosotros no existe algo parecido a una única estrategia. La nuestra siempre es una síntesis, simultáneamente militar, política y diplomática, por esa razón, claramente, la Ofensiva Tet tenía múltiples objetivos".
El Tet había aniquilado la voluntad de combatir de la sociedad estadounidense y Henry Kissinger lo supo sintetizar: "En lo sucesivo, no importa lo efectiva que sea nuestra acción, la estrategia prevaleciente ya no puede conseguir sus objetivos dentro de un período dado ni dentro de los niveles de fuerza políticamente aceptables para el pueblo estadounidense".
Habiendo sido la primera vez que esto ocurrió, no podemos sustraernos a buscar comparaciones. Podemos encontrarla en la Batalla de Mogadiscio, también llamada del Mar Negro, que enfrentó fuerzas de los Estados Unidos y de la ONU contra guerrilleros somalíes de Mohamed Farrah Aidid en octubre de 1993. En esta operación, aun cuando los estadounidense lograron su objetivo de capturar a los jefes de la milicia, tuvieron 19 muertos y 79 heridos a los que se sumaron 3 muertos y 9 heridos de fuerzas de la ONU (Malasia y Pakistán) causando a los milicianos varios centenares de muertos y miles de heridos. El rechazo de la opinión pública estadounidenses ante las bajas impulsó el abandono de su misión en la zona y contribuyó a la inestabilidad que vive aun hoy día la zona.
Las comparaciones han sido inevitables desde la guerra de Vietnam. Sadam Hussein amenazó en 2003 con que atacar Iraq sería para los Estados Unidos una derrota como la de Vietnam. Cuando se preguntó a George W. Bush si el recrudecimiento de los atentados durante la campaña electoral iraquí de 2006 tenía algún parecido con la ofensiva del Tet respondió afirmativamente aunque la Casa Blanca se apresuró a decir que la comparación se reducía a la escalada en la actividad y no a la marcha de la guerra.
Gonzalo Antonio Gil del Águila
15/11/10
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21:09
LA OPERACIÓN BOLO
A finales de 1966, después de dos años de guerra, el arma aérea estadounidense había perdido un alto número de bombarderos F-100 y el F-105 sobre Vietnam del Norte.
El North American F-100 Super Sabre era un desarrollo de la empresa North American Aviation basado en los trabajos comenzados en 1949 sobre el modelo F-86 Sabre. Entró en servicio en las Fuerzas Aéreas estadounidenses en 1953 siendo retirado en 1970. Sus prestaciones se consideran similares a las de los Migs 17 y 19 soviéticos.
El F-100 y el Mig-19 soviético fueron los primeros aviones cazas supersónicos del mundo.
El Republic F-105 Thunderchief, cazabombardero monomotor y monoplaza conocido popularmente como Thud, desarrollado por Republic Aviation Company, entró en servicio en 1958 y se mostró falto de maniobrabilidad frente a los Migs norvietnamitas. Una de las variantes del F-105, el Wild Weasel, permaneció en servicio hasta 1984.
Las siglas Mig, por las que se designan los aviones soviéticos, se deben a las iniciales de los dos proyectistas directores: Mikoyan y Guerevich, M y G. El Mig-17 fue un desarrollo del Mig-15 con mayor velocidad y mejor motor por lo que debió contar con más peso. Se diseñó como avión de caza pero su primera función fue la de intercepción de los bombarderos estadounidenses de pistón B-29 y B-36, a los que aventajaba en velocidad y maniobrabilidad, con capacidad para enfrentarse a los F-84 de escolta. Con el Mig-17 los soviéticos buscaban contrarrestar la táctica de los bombardeos aliados de la Segunda Guerra Mundial. Aunque fue el caza de su época producido en mayor número, pronto pasó a segunda línea debido a que Estados Unidos produjo nuevos bombarderos a reacción (los B-58 supersónicos). Pero su alta maniobrabilidad aun permitía prolongar la vida operativa de los Mig-17 pasando a equipar a los aliados soviéticos. El sucesor del Mig-17, el Mig-19, más pesado y rápido, fue mejorado por el más pequeño MiG-21, de excepcionales condiciones para el combate cerrado, desarrollado en China popular como Shenyang J-6. Aunque en la Guerra de los Seis Días los Migs-17 árabes fueron fácilmente destruidos por la aviación israelí, demostraron ser muy eficaces en Vietnam del Norte (al igual que los Mig-19 y Mig-21) contra los modernísimos F-100, F-105 y F-4 norteamericanos. Bien es cierto que en esta operatividad de los Migs tuvieron mucho que ver las ridículas limitaciones operativas impuestas a los estadounidenses por medio de las “Rules of Engagement”, de acuerdo con las cuales no podían disparar a un enemigo hasta que él no lo hubiera hecho antes. De este modo, ignorando que en un combate aéreo moderno gana quien dispara antes, se ocasionaron graves pérdidas propias en material y personal. Los pilotos de los Migs norvietnamitas preferían evitar el encuentro con los Phantom de escolta para interceptar y atacar a los bombarderos F-100 y los F-105, que se veían obligados a abandonar sus bombas para ganar velocidad en el combate. Durante las incursiones estadounidenses, los Migs surgían de improviso aprovechándose de la menor maniobrabilidad de los pesados cazabombarderos F-100 y F-104. La táctica de los norvietnamitas era atacar y huir evitando el encuentro directo con el adversario, haciendo de esta manera un uso cauto de sus aviones, Migs 17, 19 y 21.
Durante la guerra, el F-4 Phantom II y el F-111 asumirían progresivamente las funciones de bombardero sobre Vietnam del norte, pero antes de ello, en diciembre de 1966, el cuartel general de la Séptima Fuerza Aérea Norteamericana en Saigón encargó al coronel Robin Olds, jefe de la 8° TWF “Wolfpack” con base en Ubon Royal Thai y un reputado as del combate aéreo durante la Segunda Guerra Mundial, un plan para forzar a los Migs a empeñarse en un combate aéreo decisivo. Así fue como surgió la “Operación Bolo”, consistente en hacer pasar a los más eficaces Phantom F-4C del “Wolfpack” por F-105 engañando a los radares norvietnamitas. Para conseguirlo, los F-4C debían maniobrar como los F-105 a la misma altitud y velocidad, usando sus puntos habituales de reabastecimiento y empleando sus señalas de radio y contramedidas electrónicas (ECM). El objetivo era atraer a los Migs a un combate aéreo en que el empleo de los F-4C diera la superioridad a los estadounidenses. El F-4 Phantom II es un cazabombardero supersónico biplaza producido por McDonnell Douglas, extraordinario para su época, que entró en servicio en 1960 y se mantuvo en activo en la Fuerza Aérea estadounidense hasta 1996.
La mañana del 2 de enero de 1.967 se llevó a cabo la operación. Catorce patrullas de F-4C, cuatro de F-104 Starfighter y seis de F-105 Wild Weasel, sumando casi un centenar de aviones, se encargarían de llevarla a cabo. Contaban con la ayuda de casi otro centenar de aviones de apoyo entre los que estaban aviones radar EC-121, plataformas de guerra electrónica EB-66, helicópteros para rescate de pilotos, etc. Los F-4C Phantom tomaron ruta hacia el norte. Los radares norvietnamitas confundieron las trazas de los aviones, por su velocidad, perfiles de vuelo y uso de contramedidas con F-105.
La primera oleada de aviones, compuesta por tres patrullas de F-4C bajo el mando directo de Olds, sobrevoló la base aérea de Phuc Yen y se dirigió a Hanoi. En esos momentos, un avión radar EC-121 sobrevolando el golfo de Tonkin informó que los Migs alzaban el vuelo para converger sobre Hanoi. Migs-21 se acercaban y comprobaron el error cuando comenzaron a ser alcanzados por los disparos de misiles estadounidenses. Con la pérdida de 7 aviones, los norvietnamitas abandonaron el combate dando la victoria del encuentro a los estadounidenses, que no perdieron aviones propios.
No obstante, la “Operación Bolo” no dio la completa superioridad aérea a la Fuerza estadounidense, y decisiones políticas dieron de nuevo prioridad a los bombardeos sobre los combates aéreos, debiendo esperar hasta 1972 para obtener otro éxito similar.
Gonzalo Antonio Gil del Águila
8/11/10
El North American F-100 Super Sabre era un desarrollo de la empresa North American Aviation basado en los trabajos comenzados en 1949 sobre el modelo F-86 Sabre. Entró en servicio en las Fuerzas Aéreas estadounidenses en 1953 siendo retirado en 1970. Sus prestaciones se consideran similares a las de los Migs 17 y 19 soviéticos.
El F-100 y el Mig-19 soviético fueron los primeros aviones cazas supersónicos del mundo.
El Republic F-105 Thunderchief, cazabombardero monomotor y monoplaza conocido popularmente como Thud, desarrollado por Republic Aviation Company, entró en servicio en 1958 y se mostró falto de maniobrabilidad frente a los Migs norvietnamitas. Una de las variantes del F-105, el Wild Weasel, permaneció en servicio hasta 1984.
Las siglas Mig, por las que se designan los aviones soviéticos, se deben a las iniciales de los dos proyectistas directores: Mikoyan y Guerevich, M y G. El Mig-17 fue un desarrollo del Mig-15 con mayor velocidad y mejor motor por lo que debió contar con más peso. Se diseñó como avión de caza pero su primera función fue la de intercepción de los bombarderos estadounidenses de pistón B-29 y B-36, a los que aventajaba en velocidad y maniobrabilidad, con capacidad para enfrentarse a los F-84 de escolta. Con el Mig-17 los soviéticos buscaban contrarrestar la táctica de los bombardeos aliados de la Segunda Guerra Mundial. Aunque fue el caza de su época producido en mayor número, pronto pasó a segunda línea debido a que Estados Unidos produjo nuevos bombarderos a reacción (los B-58 supersónicos). Pero su alta maniobrabilidad aun permitía prolongar la vida operativa de los Mig-17 pasando a equipar a los aliados soviéticos. El sucesor del Mig-17, el Mig-19, más pesado y rápido, fue mejorado por el más pequeño MiG-21, de excepcionales condiciones para el combate cerrado, desarrollado en China popular como Shenyang J-6. Aunque en la Guerra de los Seis Días los Migs-17 árabes fueron fácilmente destruidos por la aviación israelí, demostraron ser muy eficaces en Vietnam del Norte (al igual que los Mig-19 y Mig-21) contra los modernísimos F-100, F-105 y F-4 norteamericanos. Bien es cierto que en esta operatividad de los Migs tuvieron mucho que ver las ridículas limitaciones operativas impuestas a los estadounidenses por medio de las “Rules of Engagement”, de acuerdo con las cuales no podían disparar a un enemigo hasta que él no lo hubiera hecho antes. De este modo, ignorando que en un combate aéreo moderno gana quien dispara antes, se ocasionaron graves pérdidas propias en material y personal. Los pilotos de los Migs norvietnamitas preferían evitar el encuentro con los Phantom de escolta para interceptar y atacar a los bombarderos F-100 y los F-105, que se veían obligados a abandonar sus bombas para ganar velocidad en el combate. Durante las incursiones estadounidenses, los Migs surgían de improviso aprovechándose de la menor maniobrabilidad de los pesados cazabombarderos F-100 y F-104. La táctica de los norvietnamitas era atacar y huir evitando el encuentro directo con el adversario, haciendo de esta manera un uso cauto de sus aviones, Migs 17, 19 y 21.
Durante la guerra, el F-4 Phantom II y el F-111 asumirían progresivamente las funciones de bombardero sobre Vietnam del norte, pero antes de ello, en diciembre de 1966, el cuartel general de la Séptima Fuerza Aérea Norteamericana en Saigón encargó al coronel Robin Olds, jefe de la 8° TWF “Wolfpack” con base en Ubon Royal Thai y un reputado as del combate aéreo durante la Segunda Guerra Mundial, un plan para forzar a los Migs a empeñarse en un combate aéreo decisivo. Así fue como surgió la “Operación Bolo”, consistente en hacer pasar a los más eficaces Phantom F-4C del “Wolfpack” por F-105 engañando a los radares norvietnamitas. Para conseguirlo, los F-4C debían maniobrar como los F-105 a la misma altitud y velocidad, usando sus puntos habituales de reabastecimiento y empleando sus señalas de radio y contramedidas electrónicas (ECM). El objetivo era atraer a los Migs a un combate aéreo en que el empleo de los F-4C diera la superioridad a los estadounidenses. El F-4 Phantom II es un cazabombardero supersónico biplaza producido por McDonnell Douglas, extraordinario para su época, que entró en servicio en 1960 y se mantuvo en activo en la Fuerza Aérea estadounidense hasta 1996.
La mañana del 2 de enero de 1.967 se llevó a cabo la operación. Catorce patrullas de F-4C, cuatro de F-104 Starfighter y seis de F-105 Wild Weasel, sumando casi un centenar de aviones, se encargarían de llevarla a cabo. Contaban con la ayuda de casi otro centenar de aviones de apoyo entre los que estaban aviones radar EC-121, plataformas de guerra electrónica EB-66, helicópteros para rescate de pilotos, etc. Los F-4C Phantom tomaron ruta hacia el norte. Los radares norvietnamitas confundieron las trazas de los aviones, por su velocidad, perfiles de vuelo y uso de contramedidas con F-105.
La primera oleada de aviones, compuesta por tres patrullas de F-4C bajo el mando directo de Olds, sobrevoló la base aérea de Phuc Yen y se dirigió a Hanoi. En esos momentos, un avión radar EC-121 sobrevolando el golfo de Tonkin informó que los Migs alzaban el vuelo para converger sobre Hanoi. Migs-21 se acercaban y comprobaron el error cuando comenzaron a ser alcanzados por los disparos de misiles estadounidenses. Con la pérdida de 7 aviones, los norvietnamitas abandonaron el combate dando la victoria del encuentro a los estadounidenses, que no perdieron aviones propios.
No obstante, la “Operación Bolo” no dio la completa superioridad aérea a la Fuerza estadounidense, y decisiones políticas dieron de nuevo prioridad a los bombardeos sobre los combates aéreos, debiendo esperar hasta 1972 para obtener otro éxito similar.
Gonzalo Antonio Gil del Águila
8/11/10
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Administrador
domingo, 14 de noviembre de 2010
20:29
LA TEORÍA DEL DOMINÓ EN EL SUDESTE ASIÁTICO
La Teoría del dominó o del efecto bola de nieve plantea que si un país bascula hacia un sistema político puede terminar arrastrando hacia él a otros vecinos. Esto se observó en Europa como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial cuando diversos países adoptaron voluntariamente (España, Hungría o Rumania) o por la fuerza (Francia de Vichy, Noruega o Países Bajos) regímenes pro-nazis o pro-fascitas. Lo mismo se comprobó cuando, tras la derrota alemana, diversos países de la Europa oriental adoptaron regímenes comunistas (Albania, Alemania oriental, Checoslovaquia, Hungría, Polonia, Rumania o Yugoslavia) y existió una presión armada con apoyo soviético en otros a favor de su implantación (China, Grecia). Suele decirse que John Foster Dulles y la Doctrina Truman mantenían que el comunismo se implantaría mundialmente de no poner freno a su paulatina expansión.
Al comenzar la Guerra de Vietnam, el comunismo se había consolidado en China continental tras el triunfo comunista en la revolución (1949) manteniéndose un remedo de Gobierno nacionalista en Formosa (Taiwán). Una vez consolidado un bloque comunista con fronteras comunes entre China y la URSS era previsible su proyección tal y como había demostrado su implantación en Europa oriental (gracias a la segunda) o el apoyo de la China comunista a Corea del Norte durante la Guerra de Corea (1950-1953) y las presiones chinas en el sudeste asiático, el Mar de China o la India.
Tras la derrota francesa y la firma de los Acuerdos de Ginebra en 1954, de sus posesiones en Indochina surgen cuatro nuevos Estados: Camboya, Laos, Vietnam del Norte y Vietnam del Sur. De todos ellos, el único comunista era Vietnam del Norte mientras los demás eran pro-occidentales. Estos nuevos Estados heredaban conflictos antiguos que les enfrentaban desde antes de la colonización francesa, eran productores de importantes materias primas y ofrecían un potencial soporte estratégico avanzado para fuerzas aeronavales chinas o soviéticas.
Sintiendo los Estados Unidos que el comunismo avanzaba a costa del resto del mundo, sus estrategas y políticos plantean que si Vietnam del Sur cae en su órbita también lo harán Camboya y Laos con posibilidad de expansión a otros países limítrofes. Pero ese temor se hacía más grande cando se comprobó que durante el conflicto las fuerzas norvietnamitas atravesaban territorios del sur siguiendo la denominada ruta de Ruta Ho Chi Minh, demasiado cerca de la frontera de Laos, país a cuyo Gobierno hostigaban mientras Estados Unidos apoyaba y en cuyo territorio entraron fuerzas de Vietnam Norte. Laos terminó convirtiéndose en un país supeditado a Vietnam del Norte hasta que fue invadido por él en 1979.
En Camboya, los guerrilleros comunistas conocidos como Kmeres Rojos luchaban contra el Gobierno y cuando Estados Unidos entró en el país en 1971 se enajenó las simpatías de gran parte de la población que apoyó a los comunistas. Durante el gobierno los Kmeres Rojos (1975 a 1979) tuvo lugar el conocido como “genocidio camboyano” que costó la vida a quizás hasta tres millones de personas (un tercio de la población del país). En 2006 se constituyó un Tribunal internacional que en 2007 comenzó un juicio, aun no concluido. La caída del Gobierno de los Kmeres Rojos en 1979 se debió a la invasión de Camboya por Vietnam (ya reunificado bajo Gobierno comunista) obligándoles a convertirse en una guerrilla aliada a China y, paradójicamente, los Estados Unidos.
El 30 de abril de 1975 Saigón, capital de Vietnam del Sur, fue tomada por fuerzas nortvietnamitas después de que los Estados Unidos se hubiesen apartado del conflicto procurando su “vietnificación”. A partir de entonces, establecidos en Camboya, Laos y Vietnam regímenes comunistas, el único Estado pro-occidental en la zona era Tailandia, país que en 1967, junto a Filipinas, Malasia y Singapur constituyó la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (ASEAN), organización a la que en 1984 se unió Brunéi. Su objetivo inicial era el de promover el desarrollo conjunto pero la presión de un Vietnam unido en torno a un régimen comunista hizo que adoptase un marcado carácter defensivo.
La presión comunista trató de ser frenada, además, por medio de la política exterior estadounidense ya que el Gobierno de Ford fortaleció la cooperación con la China popular generándose así una especie de equilibrio contra el predominio soviético que pudo favorecer que en 1979 el Ejército chino atacase a un Vietnam pro-soviético para ayudar a los kmeres rojos.
Los hechos dieron la razón a la teoría del dominó y puede pensarse que de no haberse aislado la expansión de un Vietnam comunista por medio de la ASEAN y la cooperación que Estados Unidos ofreció a la China popular, otros países, posiblemente Tailandia el primero, habrían basculado hacia el bloque comunista.
Gonzalo Antonio Gil del Águila
31/10/10
Al comenzar la Guerra de Vietnam, el comunismo se había consolidado en China continental tras el triunfo comunista en la revolución (1949) manteniéndose un remedo de Gobierno nacionalista en Formosa (Taiwán). Una vez consolidado un bloque comunista con fronteras comunes entre China y la URSS era previsible su proyección tal y como había demostrado su implantación en Europa oriental (gracias a la segunda) o el apoyo de la China comunista a Corea del Norte durante la Guerra de Corea (1950-1953) y las presiones chinas en el sudeste asiático, el Mar de China o la India.
Tras la derrota francesa y la firma de los Acuerdos de Ginebra en 1954, de sus posesiones en Indochina surgen cuatro nuevos Estados: Camboya, Laos, Vietnam del Norte y Vietnam del Sur. De todos ellos, el único comunista era Vietnam del Norte mientras los demás eran pro-occidentales. Estos nuevos Estados heredaban conflictos antiguos que les enfrentaban desde antes de la colonización francesa, eran productores de importantes materias primas y ofrecían un potencial soporte estratégico avanzado para fuerzas aeronavales chinas o soviéticas.
Sintiendo los Estados Unidos que el comunismo avanzaba a costa del resto del mundo, sus estrategas y políticos plantean que si Vietnam del Sur cae en su órbita también lo harán Camboya y Laos con posibilidad de expansión a otros países limítrofes. Pero ese temor se hacía más grande cando se comprobó que durante el conflicto las fuerzas norvietnamitas atravesaban territorios del sur siguiendo la denominada ruta de Ruta Ho Chi Minh, demasiado cerca de la frontera de Laos, país a cuyo Gobierno hostigaban mientras Estados Unidos apoyaba y en cuyo territorio entraron fuerzas de Vietnam Norte. Laos terminó convirtiéndose en un país supeditado a Vietnam del Norte hasta que fue invadido por él en 1979.
En Camboya, los guerrilleros comunistas conocidos como Kmeres Rojos luchaban contra el Gobierno y cuando Estados Unidos entró en el país en 1971 se enajenó las simpatías de gran parte de la población que apoyó a los comunistas. Durante el gobierno los Kmeres Rojos (1975 a 1979) tuvo lugar el conocido como “genocidio camboyano” que costó la vida a quizás hasta tres millones de personas (un tercio de la población del país). En 2006 se constituyó un Tribunal internacional que en 2007 comenzó un juicio, aun no concluido. La caída del Gobierno de los Kmeres Rojos en 1979 se debió a la invasión de Camboya por Vietnam (ya reunificado bajo Gobierno comunista) obligándoles a convertirse en una guerrilla aliada a China y, paradójicamente, los Estados Unidos.
El 30 de abril de 1975 Saigón, capital de Vietnam del Sur, fue tomada por fuerzas nortvietnamitas después de que los Estados Unidos se hubiesen apartado del conflicto procurando su “vietnificación”. A partir de entonces, establecidos en Camboya, Laos y Vietnam regímenes comunistas, el único Estado pro-occidental en la zona era Tailandia, país que en 1967, junto a Filipinas, Malasia y Singapur constituyó la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (ASEAN), organización a la que en 1984 se unió Brunéi. Su objetivo inicial era el de promover el desarrollo conjunto pero la presión de un Vietnam unido en torno a un régimen comunista hizo que adoptase un marcado carácter defensivo.
La presión comunista trató de ser frenada, además, por medio de la política exterior estadounidense ya que el Gobierno de Ford fortaleció la cooperación con la China popular generándose así una especie de equilibrio contra el predominio soviético que pudo favorecer que en 1979 el Ejército chino atacase a un Vietnam pro-soviético para ayudar a los kmeres rojos.
Los hechos dieron la razón a la teoría del dominó y puede pensarse que de no haberse aislado la expansión de un Vietnam comunista por medio de la ASEAN y la cooperación que Estados Unidos ofreció a la China popular, otros países, posiblemente Tailandia el primero, habrían basculado hacia el bloque comunista.
Gonzalo Antonio Gil del Águila
31/10/10
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20:28
DIEN BIEN PHU
Entre los días 20 y 22 de noviembre de 1953 se llevó a cabo la “Operación Castor" consistente en la ocupación de Dien Bien Phu por fuerzas paracaidistas francesas de una amplia zona llana en el fondo de un valle a la que se le dio el nombre de cubeta. Las posiciones altas no fueron ocupadas, lo que se revelaría un error fatal. El Mando francés esperaba con esta operación imponer al Vietminh una solución negociada al conflicto de Indochina. La posición, aislada por tierra de las líneas francesas, sólo podía ser abastecida por aire y se pensaba que contra ella se estrellarían los ataques enemigos olvidando el precedente de una Lutwafe incapaz de aprovisionar a las fuerzas alemanas cercadas en la bolsa de Stalingtrado. Los franceses subestimaron la capacidad enemiga (especialmente el lo referente a concentración y capacidad artilleras) y escogieron una posición de mala defensa (el fondo de un valle dominado por montañas).
La “Operación Castor” se llevó a cabo a cambio de 16 muertos y 47 heridos franceses frente a 115 muertos y 4 heridos capturados del Vietminh. Para la noche del 22 de noviembre los franceses habían trasladado a unos 4.200 hombres consolidando la zona de desembarco. Tras ello, comenzaron los trabajos de fortificación y mejora del estado de la pista de aterrizaje, favoreciendo estos últimos la arribada de tropas no paracaidistas y 10 carros de combate M24 Chafee desarmados para ser montados. Los trabajos de fortificación construyeron centros de resistencia con nombres de mujer: Anne-Marie, Beatrice, Claudine, Dominique, Eliane, Françoise, Gabrielle, Huguette, Isabelle y Junon. Incrementados más tarde con otro 6 km al sur de Dien Bien Phu, con un pequeño campo de aviación.
El patrullaje francés en la periferia del perímetro se mantiene hasta que en el mes de diciembre son rechazadas en varios encuentros cada vez más costosos que demuestran cómo el Vietminh había consolidaba sus posiciones y tomado las alturas. Mientras tanto, había creado o mejorado carreteras desplazado a la zona decenas de miles de obreros que mantenían esas infraestructuras viarias reparando los daños producidos por la aviación francesa y asegurado el apoyo de China, cuya frontera no se encontraba muy lejos. Asimismo instaló cañones y morteros en las montañas que dominaban a la cubeta con los cuales llegó a lanzar 200.000 disparos sobre los sitiados empleando 20 cañones de 105 mm, 20 cañones de 75 mm y gran número de morteros y cañones sin retroceso, sumando posteriormente más recursos artilleros, especialmente los lanzacohetes “órganos de Stalin”. Los franceses, desde posiciones inferiores, no podían localizar el asentamiento de las piezas enemigas y organizar un adecuado fuego de contrabatería por lo que debían confiar exclusivamente en su aviación, la cual había de afrontar un cada vez más denso sistema de defensa antiaérea que contó al menos con 80 piezas de 37 mm y 100 ametralladoras de 12,70. Al comienzo del ataque, el Vietminh disponía de 33 batallones de infantería, posiblemente unos 100.000 hombres, frente a los 12.000 franceses que defendían las posiciones de Dien Bien Phu.
La batalla propiamente dicha comenzó el sábado 13 de marzo y se prolongó hasta el 8 de mayo de 1954. La noche del 13 tuvo lugar el primer ataque después de una intensa preparación artillera que se centró especialmente sobre Beatrice y Gabrielle. Tras algunas horas de combate, Beatrice fue conquistada por el Vietminh. La noche del 14 se repitió el ataque contra Gabrielle y culminó con su conquista y rechazo de un intento de contraataque francés. El último avión que despegó de la cubeta lo hizo el 26 y, desde entonces, las fuerzas francesas sólo fueron reforzadas con paracaidistas y abastecidas por medio de lanzamientos. El Vietminh construyó progresivamente una red de trincheras que le permitió infiltrarse en la cubeta y aislar los centros de resistencia. El 28, contando con refuerzos que acababan de ser lanzados en los días anteriores, tuvo lugar una eficaz acción ofensiva francesa al oeste de Dien Bien Phu. A cambio de 20 muertos y 76 heridos infringió al enemigo, respectivamente, 350 y 1.000. Pero se trató de una victoria aislada. El 30, después de una intensa preparación artillera, el Vietminh conquistó parte de las posiciones de Dominique y Eliane, que recuperada al día siguiente por las fuerzas francesas fue nuevamente abandonada por ellas. Mientras tanto, el Vietminh atacaba las posiciones de la Huguette desde las que se protegía el extremo norte del terreno de aviación.
El lado francés, previendo el desastre, buscó prolongar la resistencia el mayor tiempo posible para poder usarlo como baza en la conferencia de Ginebra que había comenzado el 26 de abril. El 6 de mayo, día de buen tiempo, se hizo realizó un gran lanzamiento de pertrechos a favor de los asediados (aunque gran parte cayó en campo del Vietminh) así como una gran intervención aérea con 47 bombarderos B-26, 18 Corsairs, 26 Bearcat, 16 Helldiver y 5 Privateer. Cuando la fuerza aérea abandonó la zona tuvo lugar un intenso ataque artillero por parte del Vietminh, que a las 10 de la mañana del 7 ocupó Eliane y casi todo el sector este del Nam Youm.
Ante la derrota, restos de las fuerzas francesas pretendieron llevar a cabo la Operación “Albatros” consistente en una salida hacia el sur que se intentó la noche del 7 al 8. Pero, interceptada, sólo algunos lograran atravesar las líneas enemigas y llegar a posiciones francesas. Mientras tanto, durante la madrugada del 8, Isabelle cayó.
Desde su llegada, el 20 de noviembre, hasta la víspera del ataque Vietminh, el 12 de marzo de 1954, los franceses tuvieron 151 muertos, 798 heridos y 88 desaparecidos. Entre el 20 de noviembre de 1953 y el 7/8 de mayo de 1954 habían desplazado 17 batallones que integraban más de 15.700 hombres. El 7 de mayo de 1954 sus fuerzas ascendían a más de 11.700, entre los que había más de 4.400 heridos, habiendo tenido menos de 2.300 muertos. La fuerza aérea francesa perdió 48 aviones (28 abatidos en vuelo y 20 en tierra), tuvo daños en otros 167 y perdió 2 helicópteros abatidos. En la batalla intervinieron 120 aviones de transporte y unos 230 aviones de caza y bombarderos más un número no determinado de aviones tripulados por civiles.
El Vietminh empleó algo más de 100.000 hombres y buscó el desgaste del enemigo en una batalla terrestre que prefería los ataques nocturnos para evitar la acción de la aviación enemiga. Se estima que tuvo unos 8.000 y unos 15.000 heridos.
Gonzalo Antonio Gil del Águila
Octubre de 2010
La “Operación Castor” se llevó a cabo a cambio de 16 muertos y 47 heridos franceses frente a 115 muertos y 4 heridos capturados del Vietminh. Para la noche del 22 de noviembre los franceses habían trasladado a unos 4.200 hombres consolidando la zona de desembarco. Tras ello, comenzaron los trabajos de fortificación y mejora del estado de la pista de aterrizaje, favoreciendo estos últimos la arribada de tropas no paracaidistas y 10 carros de combate M24 Chafee desarmados para ser montados. Los trabajos de fortificación construyeron centros de resistencia con nombres de mujer: Anne-Marie, Beatrice, Claudine, Dominique, Eliane, Françoise, Gabrielle, Huguette, Isabelle y Junon. Incrementados más tarde con otro 6 km al sur de Dien Bien Phu, con un pequeño campo de aviación.
El patrullaje francés en la periferia del perímetro se mantiene hasta que en el mes de diciembre son rechazadas en varios encuentros cada vez más costosos que demuestran cómo el Vietminh había consolidaba sus posiciones y tomado las alturas. Mientras tanto, había creado o mejorado carreteras desplazado a la zona decenas de miles de obreros que mantenían esas infraestructuras viarias reparando los daños producidos por la aviación francesa y asegurado el apoyo de China, cuya frontera no se encontraba muy lejos. Asimismo instaló cañones y morteros en las montañas que dominaban a la cubeta con los cuales llegó a lanzar 200.000 disparos sobre los sitiados empleando 20 cañones de 105 mm, 20 cañones de 75 mm y gran número de morteros y cañones sin retroceso, sumando posteriormente más recursos artilleros, especialmente los lanzacohetes “órganos de Stalin”. Los franceses, desde posiciones inferiores, no podían localizar el asentamiento de las piezas enemigas y organizar un adecuado fuego de contrabatería por lo que debían confiar exclusivamente en su aviación, la cual había de afrontar un cada vez más denso sistema de defensa antiaérea que contó al menos con 80 piezas de 37 mm y 100 ametralladoras de 12,70. Al comienzo del ataque, el Vietminh disponía de 33 batallones de infantería, posiblemente unos 100.000 hombres, frente a los 12.000 franceses que defendían las posiciones de Dien Bien Phu.
La batalla propiamente dicha comenzó el sábado 13 de marzo y se prolongó hasta el 8 de mayo de 1954. La noche del 13 tuvo lugar el primer ataque después de una intensa preparación artillera que se centró especialmente sobre Beatrice y Gabrielle. Tras algunas horas de combate, Beatrice fue conquistada por el Vietminh. La noche del 14 se repitió el ataque contra Gabrielle y culminó con su conquista y rechazo de un intento de contraataque francés. El último avión que despegó de la cubeta lo hizo el 26 y, desde entonces, las fuerzas francesas sólo fueron reforzadas con paracaidistas y abastecidas por medio de lanzamientos. El Vietminh construyó progresivamente una red de trincheras que le permitió infiltrarse en la cubeta y aislar los centros de resistencia. El 28, contando con refuerzos que acababan de ser lanzados en los días anteriores, tuvo lugar una eficaz acción ofensiva francesa al oeste de Dien Bien Phu. A cambio de 20 muertos y 76 heridos infringió al enemigo, respectivamente, 350 y 1.000. Pero se trató de una victoria aislada. El 30, después de una intensa preparación artillera, el Vietminh conquistó parte de las posiciones de Dominique y Eliane, que recuperada al día siguiente por las fuerzas francesas fue nuevamente abandonada por ellas. Mientras tanto, el Vietminh atacaba las posiciones de la Huguette desde las que se protegía el extremo norte del terreno de aviación.
El lado francés, previendo el desastre, buscó prolongar la resistencia el mayor tiempo posible para poder usarlo como baza en la conferencia de Ginebra que había comenzado el 26 de abril. El 6 de mayo, día de buen tiempo, se hizo realizó un gran lanzamiento de pertrechos a favor de los asediados (aunque gran parte cayó en campo del Vietminh) así como una gran intervención aérea con 47 bombarderos B-26, 18 Corsairs, 26 Bearcat, 16 Helldiver y 5 Privateer. Cuando la fuerza aérea abandonó la zona tuvo lugar un intenso ataque artillero por parte del Vietminh, que a las 10 de la mañana del 7 ocupó Eliane y casi todo el sector este del Nam Youm.
Ante la derrota, restos de las fuerzas francesas pretendieron llevar a cabo la Operación “Albatros” consistente en una salida hacia el sur que se intentó la noche del 7 al 8. Pero, interceptada, sólo algunos lograran atravesar las líneas enemigas y llegar a posiciones francesas. Mientras tanto, durante la madrugada del 8, Isabelle cayó.
Desde su llegada, el 20 de noviembre, hasta la víspera del ataque Vietminh, el 12 de marzo de 1954, los franceses tuvieron 151 muertos, 798 heridos y 88 desaparecidos. Entre el 20 de noviembre de 1953 y el 7/8 de mayo de 1954 habían desplazado 17 batallones que integraban más de 15.700 hombres. El 7 de mayo de 1954 sus fuerzas ascendían a más de 11.700, entre los que había más de 4.400 heridos, habiendo tenido menos de 2.300 muertos. La fuerza aérea francesa perdió 48 aviones (28 abatidos en vuelo y 20 en tierra), tuvo daños en otros 167 y perdió 2 helicópteros abatidos. En la batalla intervinieron 120 aviones de transporte y unos 230 aviones de caza y bombarderos más un número no determinado de aviones tripulados por civiles.
El Vietminh empleó algo más de 100.000 hombres y buscó el desgaste del enemigo en una batalla terrestre que prefería los ataques nocturnos para evitar la acción de la aviación enemiga. Se estima que tuvo unos 8.000 y unos 15.000 heridos.
Gonzalo Antonio Gil del Águila
Octubre de 2010
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