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SÍNTESIS DE LA BATALLA DE CANNAS

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La batalla de Cannas (o Cannæ) fue un enfrentamiento militar dentro de la Segunda Guerra púnica ocurrido el 2 de agosto del año 216 a. C. entre los ejércitos de Aníbal y Roma, comandas estas últimas por los cónsules Cayo Terencio Varrón y Lucio Emilio Paulo. La táctica empleada por Aníbal es hoy día un modelo clásico después de haber servido como inspiración al Estado mayor prusiano y alemán antes de la Primera Guerra Mundial.

Las fuerzas romanas contaban en la batalla con 75.000 soldados de infantería, 2.400 jinetes romanos y unos 4.000 jinetes aliados de caballería aliada. A estas fuerzas debían sumarse algo más de 10.000 soldados de infantería que no llegaron a intervenir en la batalla. Frente a esas fuerzas Anibal contaba con 46.000 soldados de infantería y 8.000 jinetes.

En esencia, la batalla de Cannas es un ejemplo de batalla que acepta el encuentro en un el centro que cede ante el avance del enemigo haciéndole meter en una especie de U mientras que los flancos se mantienen firmes aceptando el combate. En determinado momento, una de las alas acepta el combate cuando le es favorable para que una vez ha sido resuelto favorablemente pueda Transferir parte de sus efectivos al otro ala por detrás de la línea de combate. Una vez ambos flancos enemigos han sido derrotados las alas caen sobre la retaguardia del enemigo que queda embolsado.
En Cannas los ejércitos se desplegaron en una llanura. Los romanos con la infantería en el centro y la caballería en las alas, la romana en la izquierda y la aliada en la derecha. Aníbal colocó a su infantería también en la parte central de su despliegue pero con su centro avanzado hacia el despliegue romano a modo de arco colocando a galos e íberos mientras que a los flancos colocó a infantes libios. En las alas desplegó la caballería, la ligera númida a la derecha frente a la caballería de los aliados de Roma, y la pesada formada por jinetes galos e íberos a la izquierda, frente a la caballería romana.

El ataque fue comenzado por los romanos. El centro del despliegue cartaginés cedió ocupando las fuerzas romanas el espacio desalojado mientras que los flancos cartagineses se mantenían firmes.

La caballería cartaginesa de ambas alas ataca a la romana. Mientras la ligera númida es contenida, la pesada de galos e íberos derrota a la romana. Aníbal ordena que parte de esta fuerza ayude a la ligera númida trasladándose por detrás de la línea de la infantería cartaginesa, evitando así ser vista por el mando romano.
Los dos flacos de la infantería cartaginesa, compuesta por libios, no cedían al avance romano mientras sí lo hacía el centro de galos e íberos. De esta manera la infantería romana avanza formando una U que encaja en la U formada por la infantería de Aníbal.

La caballería romana es derrotada por la de Aníbal que cierra el espacio abierto de la U.

Las fuerzas romanas, completamente cercadas, son aniquiladas. Tito Livio cifra los caídos romanos en 50.000 y Plutarco en 70.000 en la que fue la mayor derrota de la historia de Roma. Los romanos perdieron en la batalla al cónsul Lucio Emilio Paulo, los dos cónsules precedentes, dos cuestores, veintinueve de los cuarenta y ocho tribunos militares y alrededor de ochenta de los 300 senadores. Al día siguiente, las fuerzas romanas que no habían intervenido en la batalla combatieron con los cartagineses siendo derrotados y sufriendo 2.000 muertos y 8.000 prisioneros. Los cartagineses tuvieron unos 6.000 muertos.

Tras esta victoria Aníbal no pudo o no se atrevió a conquistar Roma, invernando en Capua. Roma, temerosa del genio militar de Aníbal, le sometió a una guerra de desgaste y, más tarde, llevó el teatro de operaciones a tierras de Cartago. Aníbal abandonó a sus fuerzas en Italia para defender su patria amenazada y, por una de esas extrañas ironías que tiene la historia, los romanos le derrotaron en la Batalla de Zama, también llamada de Naraggara, el 19 octubre del 202 a.C., empleando la misma táctica que a tan alto precio habían aprendido en Cannas.

Gonzalo Antonio Gil del Águila
21/10/11