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CELEBARACIÓN DEL DÍA DE LA TOMA DE 2011

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Los actos conmemorativos de la Toma de Granada por los Reyes Católicos han tenido lugar con las críticas de grupos independentistas y de izquierda enfrentados a otros de derecha. No obstante, este año (2011) no se ha repetido una situación como la del anterior (2010) cuando, ante los insultos de independentistas y radicales de izquierda en la Plaza del Carmen al Ejército, el general jefe del MADOC les respondió diciendo: "soy un general de un Ejército democrático, no consiento que me chiflen". Este año (2011) la celebración de La Toma ha tenido lugar, como viene siendo habitual, con manifestaciones fuera de tono e insultos en la Plaza del Carmen. Que la cosa no haya llegado a más a pesar de temerse que así fuera puede atribuirse al aviso de que la Fiscalía emprendería acciones judiciales contra quienes se comportaran inadecuadamente, al mayor despliegue policial y al partidop de fútbol que a las 12:00 enfrentó al Granada CF con el Alcorcón en el estadio de Los Cármenes.

El acto comenzó con la reunión de los miembros del Ayuntamiento en el salón de comisiones y la entrega del estandarte real a la concejal Isabel Fernández Muriel. Esta, escoltada por gastadores, bajó las escaleras del Ayuntamiento y sobre las 10:30 salió a la Plaza del Carmen. A su llegada, nacionalistas y ultraizquierdistas lanzaban gritos de "independencia", "viva Andalucía libre", "no tenemos nada que celebrar" o "en Granada, fachas fuera" mientras que algunos ultraderechistas levantaban el brazo derecho. Ambos grupos se encontraban separados por un cordón policial.

A continuación, la comitiva se dirigió a la Capilla Real atravesando Reyes Católicos, Plaza de Isabel la Católica, Gran Vía y Oficios. Una vez en la Capilla Real se ofició la misa por el arzobispo de Granada, Francisco Javier Martínez. Durante su homilía dijo que "una guerra es una derrota de la humanidad aunque lo que celebremos sea una victoria" y mantuvo que esta fue "extraordinaria, exquisita y humana en comparación con otro tipo de conquistas en las que se pasaba a cuchillo. Comparada con otros fenómenos, estuvo marcada por una extraordinaria humanidad y gestos de amor (...) y ese pensamiento español fue el antecedente de los derechos humanos porque se reconocía que las personas de otros pueblos tenían la misma alma". Mostró su gratitud por "una tradición de la que no tenemos que avergonzarnos sino que dar las gracias" y reclamó libertad religiosa. Tras la misa, el concejal Eduardo Moral tremoló el estandarte y luego se hizo la ofrenda a los Reyes Católicos colocando en sus sepulcros una corona de laurel y un ramo de flores. Acabada la ofrenda se regresó al Ayuntamiento desde cuyo balcón Fernández Muriel tremoló el pendón saludando al público de Plaza del Carmen con el ritual de "-¡Granada! -¿Qué?".

Ante la tremolación desde el balcón algunos congregados gritaban "los genocidios no se celebran", "España asesina", "puta España", "Ejército asesino", o "no eran moros, eran granadinos" mientras enarbolaban banderas de Andalucía con las expresiones "Andalucía Independencia" o "Stop Nazis". Frente a ellos había banderas españolas sin el actual escudo constitucional, banderas de Falange y como pancartas con la expresión "Por una nueva reconquista. Alianza Nacional". Sin relación con ambos grupos un tercero exhibía una pancarta con el lema "Recuperemos el papel histórico que Andalucía le ha robado a la región de Granada". Los simpatizantes independentistas y de extrema izquierda aplaudían ante el himno de Andalucía y pitaban al Ejército. Los ultraderechistas gritaban vivas a España y al Rey ante el himno nacional y aplaudieron al Ejército.

El alcalde, José Torres Hurtado y el subdelegado del Gobierno, Antonio Cruz, coincidieron en señalar que el acto acto se había desarrollado con ausencia de incidentes.

Por la tarde se celebró en el Teatro Isabel La Católica la denominada Fiesta de las Culturas en la cual se entregó el Granadillo 2011 al periodista Jesús Quintero, que no acudió al acto, en consideración a su trabajo a favor del diálogo entre culturas. La marroquí Ihsan Rimiki interpretó canciones populares españolas y hubo música y danza árabes y andalusíes.

Desde la asociación Granada Histórica se ha pedido el reconocimiento de la fiesta de la Toma como bien de interés cultural mientras que la Plataforma Granada Abierta promovió un acto en la Fundación Euroárabe bajo el lema "Por el diálogo entre las culturas". Durante el acto se presentó el libro "La España racista", de Esteban Ibarra, y el autor pidió la creación de una "Fiscalía de Delitos de Odio" para combatir la intolerancia.

Gonzalo Antonio Gil del Águila

Publicado en NOTICIAS DE GRANADA

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DISQUISIONES DE PEDRO ANTONIO DE ALARCÓN SOBRE LA ETIMOLOGÍA DE LA ALPUJARRA EN SU OBRA “LA ALPUJARRA: SESENTA LEGUAS A CABALLO PRECEDIDAS DE SEIS EN

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Advirtiendo que “Discordes andan historiadores y orientalistas acerca del origen y significación de la palabra Alpujarra”, Pedro Antonio hace la siguiente enumeración:

“PRIMERA OPINIÓN.- Según Luis del Mármol, Alpujarra proviene de la voz árabe abuxarra, que él traduce: la rencillosa, la pendenciera”.

“SEGUNDA OPINIÓN.- D. Miguel Lafuente Alcántara dice lo mismo, como si lo copiara reverentemente, permitiéndose tan sólo traducir indomable en lugar de rencillosa, y conservando lo de pendenciera”.

“FUNDAMENTO DE ESTAS DOS OPINIONES.- Todos los cronistas antiguos están contestes, principiando por el historiador musulmán Aben-Ragid, en que los Agarenos no lograron dominar las fragosidades alpujarreñas ni reducir a los cristianos que allí vivían, sino pasados siglos de la batalla de Guadalete y de la ocupación de casi toda la Península por las legiones Africanas y Asiáticas. Y, aún después; si éstas penetraron y reinaron en la Alpujarra, fue por la buena y a condición de tolerar la Religión del Crucificado, cuyo culto siguió, en efecto, siendo libre durante otros dos o tres siglos, hasta que poco a poco, y sin violencia alguna, los más absorbieron a los menos, o los menos se refundieron en los más, al punto de no quedar un solo alpujarreño que se acordase de la fe de sus mayores.- Creen, pues, Mármol y Lafuente Alcántara que los calificativos de rencillosa, pendenciera e indomable le venían como de molde a aquella región en los tiempos en que los moros tuvieron la primera idea de ella”.

“IMPUGNACIÓN DE TODO LO DICHO.- Es, sin embargo, muy de extrañar que el mismo Aben-Ragid, relator de esos hechos, nunca llame a la Alpujarra sino la Tierra del Sirgo (por la mucha seda que en ella se criaba); y sorprende aún más, que, después de haber publicado Mármol la citada versión, otros filólogos e historiadores hayan continuado poniendo en tela de juicio la verdadera significación del nombre que hoy lleva aquel territorio”.

“Romey y Mr. Sacy, por ejemplo (TERCERA OPINIÓN), se fijan en que Suar-el-Kaici y otros revoltosos de la Andalucía oriental levantaron por las Serranías de Granada algunas fortificaciones llamadas Al-Bord-jela, (Castillo de los Aliados), y creen que de este nombre vino a formarse el de Alpujarras”.

“En cambio (CUARTA OPINIÓN), Xerif Aledrix y nuestro insigne Conde aseguran por otro lado que Alpujarra vale tanto como Al-bugscharra, voz árabe que se interpreta Sierra de hierba o de pasto”.

Finalmente, el ilustrado orientalista y literato de nuestros días, Sr. Simonet, dice (QUINTA OPINIÓN) que no le parece buena ninguna de las traducciones que conoce de Albuxarrat (que, según él, era como verdaderamente llamaban los moros a aquella Serranía), y aventura la idea de si podrá traducirse Alba Sierra, aunque añade modestísimamente a renglón seguido que está muy lejos de creer haber acertado más que los otros”.

Prudentemente, Pedro Antonio de Alarcón ofrece al lector la posibilidad de escoger la teoría que más le guste mientras afirma de sí mismo “Yo no escojo ninguna... por la sencilla razón de que no sé el árabe” para continuar diciendo que “En lo que, a pesar mío, no puedo abstenerme de dar un humilde dictamen (o, por mejor decir, he tenido que darlo anticipadamente, al ponerle título a esta obra), es respecto de si debe escribirse La Alpujarra o Las Alpujarras” explicando que ha “optado por el singular” no sin “pasar antes por angustiosas vacilaciones”. Honestamente continúa: “Figuraos que el plural tenía en su abono estos antecedentes: Primero: El empleo que hacen de él varios autores antiguos y modernos siempre que hablan de aquel país; Segundo: El usarlo en la conversación bastantes gentes, bien que fuera de Andalucía; Y tercero, y mucho más importante: La autoridad de la Academia Española, que define así, en su Diccionario de la Lengua Castellana, la voz ALPUJARREÑO, ÑA: «Adj. que se aplica al natural de Las Alpujarras, y a lo perteneciente a ellas». Había, pues, harto motivo para decidirse por el plural, -y ya lo había usado yo mismo en cierta ocasión, obligado por la fuerza del consonante... Sin embargo, hacíaseme cuesta arriba escribir Alpujarras al frente de este libro y en la mayor parte de sus hojas, cuando toda mi vida había dicho y oído decir La Alpujarra; y como me pusiera a excogitar razones para mantenerme dentro de mi dulce rutina (¡qué rutina no es dulce en estos tiempos de tantas dislocaciones y extravíos!), encontré en apoyo del singular los tres fundamentos siguientes: Primero: Que Hurtado de Mendoza, Mármol, Lafuente Alcántara y otros escritores de muchas humanidades y escrupulosa conciencia, en sus Historias relativas a aquella región, la llaman siempre La Alpujarra; Segundo: Que del propio modo la mientan constantemente casi todos los naturales de la provincia de Granada, empezando por los de su culta capital; Y tercero, y principalísimo: Que así la nombran los mismos alpujarreños”. Más adelante nos explica que “Por lo demás, comprenderéis que a mí me importa un bledo que la Alpujarra se llame de este o del otro modo; -pues, como dice muy oportunamente la Julieta de Shakespeare: «Lo que llamamos rosa embalsamaría lo mismo el aire si tuviera cualquier otro nombre.».

Respecto a los límites de la Alpujarra nos dice que “en este punto la verdad y el error son más evidentes a mi juicio, y más fáciles, por tanto, de separar”. Y continúa diciendo que no sabe “quién sería el primero (tal vez Méndez de Silva) que escribió la peregrina especie de que «la Alpujarra, mide diez y siete leguas de longitud desde Motril a Almería, por once de anchura, desde Sierra Nevada al mar»...”
Preciso es hacer un amplio parántesis para hablar de la legua como unidad de medida.
La legua castellana se fijó originalmente en 5.000 varas castellanas, es decir, 4,19 km o unas 2,6 millas romanas, y variaba de modo notable según los distintos reinos españoles y aun según distintas provincias, quedando establecida en el siglo XVI como 20.000 pies castellanos, es decir, entre 5.573 y 5.914 metros. La legua de 20 al grado comenzó a ser utilizada en España en el siglo XVII en sustitución de la legua de 17,5 al grado, es decir de 17,5 leguas por grado de longitud
Siguió utilizándose de forma profusa mucho después de ser oficialmente abolida por Felipe II en 1568, pero Carlos IV por Real Orden de 26 de enero de 1801 estableció:

“Para que la legua corresponda próximamente a lo que en toda España se ha llamado y llama legua, que es el camino que regularmente se anda en una hora, será dicha legua de veinte mil pies; La que se usará en todos los casos que se trate de ella, sean caminos Reales, en los Tribunales y fuera de ellos”.
Retomando la explicación de Pedro Antonio en el punto en que la dejamos, “- Fuera quien fuese, este deslinde tuvo la fortuna de que lo copiasen al pie de la letra muchos graves autores, y hoy sigue dando la vuelta al mundo, en Diccionarios geográficos, Enciclopedias, Guías, y toda clase de itinerarios pintorescos, como una verdad de a folio”. Pero esta valoración es errónea y “La prueba es que los mismos historiadores del siglo XVI, que la transcriben a cierraojos, distinguen luego entre Tierra de Motril, Alpujarra y Tierra, o río de Almería, presentando cada región por separado como cosas muy diferentes. Y, por si esto no bastara, esos mismísimos historiadores, al describir en otros pasajes la comarca alpujarreña, la dividen en las tahas o distritos que contenían, resultando de sus propios datos que no abarcaba, ni con mucho, las vertientes orientales de Sierra de Gádor ni las occidentales de Sierra de Lújar. Por último: ningún motrileño ni almeriense (exceptuando a los nacidos en la banda occidental de Sierra de Gádor: que tienen razón en creerse alpujarreños), se ha considerado jamás a sí propio como hijo de la Alpujarra.”

Nuestro autor nos recuerda que “Ya lo he indicado muchas veces (apoyándome en idénticas consideraciones que ahora): por Alpujarra se entiende todo el terreno comprendido entre Sierra Nevada y el mar, y encerrado luego, como en un rectángulo, por las sierras laterales; es decir: todo lo que queda dentro del horizonte sensible que se abarca desde las cimas del Cerrajon de Murtas; todo lo que sería un solo valle, a no existir la Contraviesa; todo lo que, visto desde el mar de Albuñol, mirando al Mulhacén, tiene, en fin, un cielo común...” porque “El común denominador, la razón de ser de la Alpujarra como comarca, es el cinturón de cumbres y olas que la rodea, el pedazo de cielo que la cobija”. Y nos aclara que en “la frontera occidental de la Alpujarra principia en el Picacho de Veleta; baja con el río de Lanjarón hasta el río de Órgiva; gana luego la Sierra de Lújar, y corre (por donde mismo va la raya del Partido judicial de Motril) hasta caer al mar entre Castel de Ferro y Torre de Paños. Y la frontera occidental empieza hacia Ohánes; busca las crestas de Sierra de Gádor, y va a morir en la Punta de las Sentinas.- Dicho se está, por consiguiente, que quedan reducidas a diez u once las famosas diez y siete leguas del consabido geógrafo”. Mientras que de los límites al Norte y Sur “no hay que ocuparse” porque son evidentes “el Mediterráneo y Sierra Nevada.- Sólo advertiré que, entre Sierra Nevada, y el Mediterráneo, en línea perpendicular, no median nunca las pretendidas once leguas, sino ocho, todo lo más; y esto, sólo hacia el Campo de Dalias; que, por los puntos restantes, apenas llegarán a siete, -midiendo siempre a vuelo de pájaro”.

Granada, 6 de Enero de 2.008

EL TRASLADO DE MEDINA ELVIRA A ILÍBERIS SEGÚN LAS MEMORIAS DE ABD ALLAH

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“Sabedores los Ziríes de que el enemigo reclutada tropas y las concentraba para venir a atacarlos, reunieron a los habitantes de Elvira y les dijeron "nosotros no hemos venido para ser causa de la ruina de vuestra tierra, ni nos hemos instalado en ella por la fuerza. Si vinimos fue por vuestra libre elección. Ahora se encaminan estas bandas a atacarnos. Si estamos seguros de vuestra lealtad os defenderemos, pero si no ha de ser así, avisádnoslo y nos iremos de aquí en los mejores términos, ya que no han de faltarnos bienes que conquistar con nuestras espadas". Los habitantes de Elvira les respondieron: "manteneos en vuestro propósito de combatir al enemigo, defendiéndoos y defendiéndonos porque nosotros somos vuestros súbditos obedientes y nos fiamos de vuestras cortantes espadas". Entonces Zawi Ibn Ziri les añadió: "Si tal es vuestra opinión, lo mejor que podemos hacer es abandonar esta ciudad y elegir para instalarnos, cerca de ella, un lugar mejor fortificado en el que podamos refugiarnos con nuestras familias y nuestros bienes porque la guerra tiene muchas alternativas y se puede vencer o ser vencido y ser tenido, en este caso, por incapaz. El mismo Profeta -¡Dios lo salve!-, cuando los politeístas reclutaron tropas para atacar a Medina, ordenó cavar un foso en torno a la ciudad y prescribió la resistencia enérgica. Y si procedió así, estando asistido por la revelación, ¿qué no debemos hacer nosotros? Dijeron más los Sinhaya a los habitantes de Elvira "estamos dispuestos a no imponeros estos tribunos que soléis pagarnos tan puntualmente, con tal que gastéis ese dinero en lo que os concierne, es decir, fortificando vuestra ciudad y reclutando entre vosotros milicias de infantes, sostenidas a vuestra costa, y que os servirán como auxiliares en materia de vigilancia, espionaje y otras análogas. Reclutad, pues, a cuantos sepáis que pueden hacer servicio armado o bien construid una muralla pues, si no lo hacéis, siempre habrá una brecha por la cual pueda entraros la desgracia". Los habitantes de Elvira oyeron con agrado estas palabras que aumentaron a sus ojos el prestigio de los Ziríes y, por unánime decisión, se resolvieron a escoger para su nueva instalación una altura que dominase el territorio y una posición estratégica de cierta elevación en la que construir sus casas y a la que trasladarse todos, hasta el último; posición de la que harían su capital y en cuyo interés demolerían la mencionada ciudad de Elvira. Y contemplaron una hermosa llanura llena de arroyos y de arboledas que, como todo el terreno circundante, está regada por el río Genil, que baja de Sierra Nevada (Yabal Sulayr). Contemplaron así mismo el monte en el que hoy se asienta la ciudad de Granada y comprendieron que era el centro de toda la comarca ya que tenía delante la Vega, a ambos lados los términos de Al-Zawiya y detrás el distrito del Monte. El lugar les encantó porque vieron que reunía todas las ventajas y se dieron cuenta que estaba en el punto central de una región muy rica y en medio de sus focos de población y de que, si un enemigo venía a atacarlo no podría ponerle sitio ni impedir en modo alguno que sus habitantes se aprovisionasen dentro y fuera de todos los víveres necesarios. En consecuencia, y en tanto Elvira quedaba arruinada, comenzaron a edificar en aquel sitio, y cada uno de los hombres del grupo, lo mismo andaluz que bereber, procedió a levantar allí su casa”.

LA DIATRIBA DEL ALFAQUÍ ABU-ISAQ Y EL POGROM DE GRANADA DE LA NOCHE DEL 31 DE DICIEMBRE DE 1066

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El judío Samuel Ben Nagrela, asesinado en 1056, fue un importante y hábil consejero y diplomático de religión judía que supo servir eficazmente a los reyes ziríes Habus Ibn Maksan (que reinó entre 1019 y 1035) y Badis Ibn Habus (que lo hizo entre 1035 y 1075). Samuel Ben Nagrela fue igualmente un filósofo y literato que escribió poesía, una introducción al Talmud y varios libros y tratados de gramática. La estima en que se le tuvo queda reflejada en las palabras que un poeta le dedicó:

"Reuniste en tu persona todas las buenas cualidades que los otros sólo en parte poseen, tú que has devuelto la libertad a la generosidad cautiva, tú que eres tan superior a los hombres de Oriente y de Occidente, lo mismo que el oro es superior al cobre. Si los hombres pudieran distinguir lo verdadero de lo falso no pondrían su boca sino en tus dedos. En vez de tratar de agradar a Dios besando en la Meca la piedra negra, besarían tus manos porque ellas son las que disponen la felicidad".

Claudio Sánchez Albornoz explica el valor de Samuel Ben Nagrela diciendo que

"De su padre, Habus, heredó Badis, además del reino, al visir, judío e intelectual Samuel Ben Nagrela: barbarie y refinamiento frente a frente en Granada. "No podía ser mayor el contraste que separaba a la ignorancia, la bravura, la crueldad y el ciego ímpetu del soberano, y el talento político, la reflexión, la cultura refinada y la suavidad de su ministro. Como sus caracteres se complementaban, se entendieron a maravilla. Sin la astucia del hebreo, la barbarie del bereber habría fracasado. Eran dos personalidades extraordinarias. Y el elogio de Samuel por el más grande de los historiadores hispanomusulmanes, Ibn Hayyan, su contemporáneo, además, nos descubre todas las facetas: inteligencia, saber, refinamiento, doblez y astucia del judío genial".

A la muerte de Samuel Ben Nagrela su hijo Yusuf Ben Nagrela le sucede como consejero del rey Badis. Pero el hijo no consiguió el reconocimiento de su padre y tuvo en su contra a la nobleza. La situación se fue deteriorando hasta acabar en un pogrom y la muerte de Yusuf Ben Nagrela junto a otros 5000 judíos. El pogrom fue incitado por Ibrahím ben Mosud, llamado Abu Ishaq al-Ilbiri (al-Ilbiri o el de Elvira), jurista y poeta musulmán que había escrito un poema anti judíosemítico, así como por el rumor que circulaba por la ciudad de José Ibn Nagrela estaba detrás de la supuesta muerte del rey Badis. Además de intereses políticos y sociales latía de fondo el odio hacia la comunidad judía, de la cual había tomado nombre la ciudad ya que "ger-anat" en hebreo significa ''campo de refugiados". La noche del 31 de diciembre de 1066 tuvo lugar la matanza y Granada dejó de hacer justicia a su nombre. La Diatriba del alfaquí Abu-Isaq contra los judíos decía:

"Lleva, mensajero, a todos los sinhaya, lunas llenas y leones de nuestro tiempo, estas palabras de un hombre que los estima y que creería faltar a sus deberes religiosos si no les diera saludables consejos.
Vuestro señor ha cometido un yerro, del que los malévolos se regocijan: pudiendo elegir su secretario entre los creyentes, lo ha tomado entre los infieles. Gracias a este secretario, los judíos, desde el fondo de su vilipendio se han convertido en grandes señores, hasta el extremo de que ya en orgullo y arrogancia rebasan todo limite.

De la noche a la mañana y sin sospecharlo siquiera, han conseguido cuanto pudieran apetecer; han llegado al ápice de los honores, de manera que el mono más vil de esos infieles cuenta hoy entre sus dores una muchedumbre de piadosos y devotos musulmanes. Y todo eso no lo deben a su propio esfuerzo, no; ¡el que los ha encumbrado tan alto es un hombre de nuestra religión!

¡Ah! ¿Por qué ese hombre no sigue a su respecto el ejemplo que dieron los príncipes buenos y devotos de antaño?¿Por qué no los vuelve a su puesto? ¿Por qué no los convierte en los más viles de mortales?

Entonces, yendo en tropel, llevarían en medio de nosotros una vida errante, a merced de nuestro desdén y nuestro desprecio; entonces no tratarían a nuestros nobles con altivez, ni a nuestros santos con arrogancia; entonces, no se sentarían a nuestro lado esos hombres de raza impura, ni cabalgarían al lado de nuestros grandes señores de la corte! ¡Oh Badis! Tú eres un hombre de gran sagacidad y tus conjeturas equivalen a la certeza.

¿Cómo es posible que no te percates del mal que hacen esos diablos cuyos cuernos se manifiestan por doquier en tus dominios? ¿Cómo puedes profesar afecto a esos bastardos que te han hecho odioso ante el género humano? ¿Con qué derecho esperas afianzar tu poder, cuando esas gentes destruyen lo que tú edificas? ¿Cómo puedes otorgar una confianza tan ciega a un malvado, y hacer de él tu íntimo amigo?
¿Has olvidado que el Omnipotente dice en el Libro que no hay que trabar amistad con los malvados? No tomes, pues, a tales hombres como ministros; abandónalos a las maldiciones, pues toda la tierra clama contra ellos; ¡pronto temblará y entonces todos pereceremos! Dirige tus miradas hacia otros países y verás que en todas partes se trata a los judíos como perros y se les da de lado. ¿Por qué has de ser tú el único en obrar de otra manera, tú que eres un príncipe amado de tus pueblos, tú que procedes de ilustre estirpe de reyes, tú que aventajas a tus contemporáneos, como tus antepasados aventajaron a los suyos?

Llegado a Granada vi que allí señoreaban los judíos. Se habían repartido la capital y provincias; en todas partes mandaba uno de esos malditos. Ellos recaudaban las contribuciones, comían opíparamente, vestían con todo lujo, en tanto que vuestra indumentaria estaba vieja y deteriorada. Todos los secretos del Estado les eran conocidos: ¡qué imprudencia confiarlos a traidores! Los creyentes malcomían a razón de un dirbam por cabeza; ellos, en cambio, banqueteaban suntuosamente en palacio.
Os han suplantado en el favor de vuestro soberano, ¡oh musulmanes! ¿Y vosotros no los recusáis, les dejáis hacer? Sus oraciones resuenan igual que las vuestras: ¿no lo oís, no lo veis? Sacrifican bueyes y carneros en vuestros mercados y ¡vosotros coméis la carne que para ellos mismos es inmunda! El jefe de esos monos ha enriquecido su morada con incrustaciones de mármol; ha hecho correr fuentes donde corre el agua más cristalina y en tanto que nos hace esperar a su puerta, se mofa de nosotros y de nuestra religión.

¡Oh, Dios, qué desventura! Si dijera que es tan rico como tú, ¡oh rey!, diría la verdad. ¡Ah! Apresúrate a degollarlo y a ofrecerlo en holocausto; sacrifícale; es un carnero cebón. No perdones a sus parientes y allegados. También ellos han reunido inmensos tesoros. Toma su dinero. Tú tienes más derecho que ellos.
No creas que sea una perfidia matarlos, no; la verdadera perfidia sería dejarles reinar. Han quebrantado el pacto que habían estipulado con nosotros; ¿quién se atrevería, pues, a recriminarte por castigar a perjuros? ¿Cómo podríamos nosotros aspirar a distinguimos, viviendo en la oscuridad, cuando los judíos nos deslumbran con el brillo de sus grandezas? Comparados con ellos somos objeto de vilipendio, y diríase en verdad que nosotros somos unos malvados y que esos hombres son gente honorable.

No consientas por más tiempo que nos traten como hasta ahora vienen haciendo, pues tú nos responderás de su conducta.

Recuerda que tú también un día tendrás que dar cuenta al Eterno sobre la manera como hayas tratado al pueblo que El eligió y que ha de gozar de la eterna bienaventuranza".

Gonzalo Antonio Gil del Águila
Granada, 25/12/10

LA DOBLA BALADÍ

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Una de las palabras que en lengua castellana se encuentran en franco retroceso en la actualidad es baladí. Esta expresión, aportada por el árabe hispánico que a su vez lo toma del clásico, significa en su lengua originaria “del país” o “indígena”, y es uno de los escasos adjetivos que desde la lengua árabe han pasado a la castellana. Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua tiene dos significados en castellano. El primero es “de poca importancia” y el segundo “propio de la tierra o del país”.

El significado de baladī en lengua árabe se comprende si recordamos que bajo la denominación de “raks báladi”, literalmente “danza del pueblo”, se alude en el folclore árabe a la danza prácticamente ausente de desplazamientos y con casi exclusividad de movimientos de cadera. Pero entre nosotros predomina no el sentido originario si no el de “poca importancia”. ¿A qué se debe ello? A una moneda usada en el Reino Nazarí de Granada, la dobla.

¿Qué era la dobla? Una moneda empleada en la península ibérica y en el norte de África entre la Edad Media y parte de la Moderna. En España se conoce por dobla una moneda castellana de oro y se emplea un adjetivo para denominar las de reinos musulmanes. Por eso se habla de dobla y dobla de la banda (acuñadas en Castilla), dobla almohade, dobla baladí, dobla de cinco rayas, dobla granadina, dobla morisca, dobla morisca vella y dobla zaena.

La dobla baladí del Reino Nazarí de Granada equivalía a la dobla de la banda castellana pero resultaba inferior al de las doblas del norte de África, razón por lo que baladí terminó acuñando entre nosotros el significado de poco valor.

Gonzalo Antonio Gil del Águila

Granada, 27 de Abril de 2008

ENTREVISTA DE 2002 CON ARMANDO SOBRE LA SEMANA SANTA EN GRANADA

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A continuación se reproduce la entrevista hecha en 2002 a Armando López-Murcia Romero sobre la Semana Santa en Granada y que fue publicada entonces en un fanzine del que saqué algunos números. En aquel momento los blogs de internet no estaban en marcha y en su lugar había que recurrir a ese tipo de ediciones hechas con fotocopias o páginas impresas grapadas en cuadernillos para tener así una publicación barata que permitiera su distribución gratuita. Las fotos que se acompañan son del entrevistado.

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Dice ser un enamorado de Granada y sus tradiciones y ejerce ese amor cada vez que puede. Antiguo alumno del Colegio Santo Tomás de Villanueva de Granada. Muy vinculado con el mundo de nuestras Hermandades desde niño, es un cofrade comprometido, convencido y convincente, y es uno de los Hermanos Mayores más jóvenes de nuestra ciudad al desempeñar actualmente dicho cargo en la Pontificia y Real Cofradía y Hermandad de Nuestra Señora de la Soledad y Descendimiento del Señor del Real Monasterio de San Jerónimo, aunque no pierde nunca de vista sus orígenes en la Cofradía de Santa María de la Alhambra, a la que pertenece desde siempre por vinculaciones familiares. Gran aficionado a la fotografía, ha conseguido hacerse un nombre entre los fotógrafos más reputados de la temática cofradiera de Granada, sus obras ilustran los carteles y las publicaciones de nuestras Cofradías y es el autor del Cartel Oficial que anuncia nuestra Semana Santa en el presente año. Imbuido en los preparativos propios de este tiempo nos ha atendido y respondido a algunas preguntas.


¿Cómo llegas al mundo de las Cofradías?

Estoy inmerso en el mundo de las Hermandades de Granada desde siempre, ya que desde, muy pequeño, recuerdo que en mi casa se vivían los días de la Semana Santa y el ambiente de las Cofradías de manera muy intensa. Mi familia ha vivido toda la vida en la Alhambra, y mi abuelo fue uno de los fundadores de la Cofradía de Santa María que radica en la iglesia del recinto, por lo que todos los miembros de la familia han estado muy vinculados a ella. Rememoro con cariño los trajines del Jueves Santo en los instantes previos a la procesión, con mis tíos preparando las túnicas, las capas y los capillos, o a mi padre, cuando yo aún casi ni andaba llevándome a ver los desfiles por el centro de la ciudad. Son muchos recuerdos y mi gente me inculcó esos sentimientos que tienen mucho que ver con la fe y con la tradición; a mí me gusta muchísimo conservar las tradiciones que nos dejaron nuestros mayores porque considero que son el mejor patrimonio que se pueda poseer.


¿Hoy desempeñas cargo en alguna Hermandad?

Efectivamente, hoy día tengo el honor de ejercer el cargo de Hermano Mayor en la Pontificia y Real Cofradía y Hermandad de Nuestra Señora de la Soledad y Descendimiento del Señor del Monasterio de San Jerónimo, las populares “Chías”.


Y, ¿de qué manera has llegado a tal responsabilidad, que es la máxima en una Cofradía según creo?

Sí, es la máxima responsabilidad en el ámbito de una Hermandad. La vida, a veces, resulta curiosa. Como ya te he dicho, yo desde siempre he pertenecido, y pertenezco, a la Cofradía de Santa María de la Alhambra, a la que acompaño, cada año y desde muy niño, en su salida del Sábado Santo, y me ha gustado todo lo relacionado con nuestras Hermandades. A los dieciocho años, mi buen amigo José Antonio Alemán Caballero, también antiguo alumno ¬¬agustino, me pidió que yo colaborara con su Cofradía de la Soledad en la edición de la revista “Descendimiento”, ofreciéndome la posibilidad de coordinar un número de manera provisional entretanto encontraban alguien que se hiciera cargo de la publicación, y todo ello, en base a mi experiencia como director en su momento de “Moaxaja”en nuestro Colegio; el caso es que lo que iba a ser una edición transitoria se convirtió en mi integración paulatina en la Junta de Gobierno de la Cofradía, con cada vez mayor número de responsabilidades. Me fui haciendo cargo de diferentes áreas, la inicial revista se convirtió en unos dieciséis números a lo largo de estos últimos diez años, y he seguido trabajando hasta que hace año y medio resulté elegido Hermano Mayor de la Cofradía. Mi corazón cofrade se “partió” en dos mitades entre la Alhambra y San Jerónimo, y de él se han adueñado la Virgen de las Angustias que se venera en las alturas de la colina roja y la Reina enlutada que habita en el convento jerónimo.



¿Qué exige esa responsabilidad?

Pues, fundamentalmente mucho esfuerzo, cariño y dedicación. Quien en los días de cada Semana Santa contempla en nuestras calles los desfiles procesionales ve sólo el lado bonito, la magnificencia de los tronos, los pasos y los enseres, el orden de los penitentes y las camareras, la música, el trabajo de los costaleros, la flor... pero detrás está la labor y el tesón de todo un año y de muchas personas. Cuando tu Cofradía regresa a su sede y se encierra, en ese mismo instante, hay que comenzar a preparar la Estación de Penitencia del año siguiente, a intentar corregir los fallos. Presentar una Hermandad en la calle conlleva muchos gastos y muchos “quebraderos” de cabeza, y a ese esfuerzo hay que unir el resto de actividades de la Hermandad, porque, afortunadamente, las Cofradías ya no son sólo algo que sale a la calle en Semana Santa y una vez concluida la procesión se guarda todo y hasta el año que viene; ahora, se mantiene ininterrumpidamente una actividad de cultos, de relaciones con otras Cofradías y con los hermanos Mayores Honorarios, hay un protocolo, hay charlas de formación cristiana para los cofrades, se desarrollan iniciativas de caridad, pregones, carteles, conciertos, Cultos, y las Casas de Hermandad están abiertas todo el año. Si a eso unes la necesidad de reunirse varias veces al mes las Juntas de Gobierno para ir avanzando hasta que llega la Cuaresma en la que el trabajo se multiplica, la labor de ir cerrando los mil y un detalles, la tarea de ir intentando hacer frente a los imprevistos, y, en ocasiones, pocas gracias a Dios, la labor de ir tratando de solucionar las tensiones que a veces surgen entre las personas que conviven y trabajan tan estrechamente, pues el trabajo puede llegar a ser agotador. Aunque sea un poco exagerado, casi podríamos hablar de una “profesionalización” del cargo, dado el tiempo que requiere, y de la necesidad de tener un buen equipo, porque un Hermano Mayor sin personas que lo apoyen y colaboren con él en que las diferentes áreas desarrollen su cometido, no tiene nada que hacer. Creo que ante todo, la actitud de un hermano Mayor debe ser de diálogo, de comprensión, de equilibrio y escucha, de buena voluntad, de entender el honor del cargo como servicio a los hermanos que te confiaron su guía y gobierno. Yo no sé si lo consigo siempre, pero procuro hacerlo así, aunque seguro que me equivocaré en mis decisiones mil veces al día.


¿Los cargos se desempeñan de forma gratuita?

Total y absolutamente. Quizá las Cofradías sean uno de los últimos reductos para el altruismo. Es más, no sólo no se trata de cargos remunerados sino que el ejercicio de los mismos suele costar bastante dinero a quien los desempeña, en gasolina, en sellos, en teléfono, en pequeñas facturillas que se rompen para ayudar a la Hermandad en vez de presentarlas a Tesorería... y en el tiempo que se dedica, que muchas veces, te impide desarrollar otras actividades, incluso profesionales; pero el sacrificio creo que merece la pena. Las cosas hay que hacerlas con entrega y convencimiento, y si no, lo mejor es quedarse en casa y dar paso a otros que tengan mayores ganas de luchar.


Antes has apuntado algo acerca de las tensiones en el seno de las Hermandades. Háblanos de ello. ¿Existen problemas?

Las Cofradías, se nutren de personas, con los defectos y virtudes que tenemos, y como en todo grupo humano, surgen problemas, discusiones, enfrentamientos... que nunca deberían producirse en base a lo que especialmente perseguimos y predicamos las Hermandades, pero que están ahí, y, en ocasiones, si las personas que se enfrentan no tienen la suficiente humildad y capacidad de perdonar pueden llegar a convertirse en auténticas guerras que no hacen sino perjudicar a la Hermandad que sea, e incluso, te diría que a todas las demás. Ese es el principal escollo en el mundo de las Cofradías, ya digo, principalmente causado porque somos grupos humanos, y a partir del hecho de juntar la opinión de dos sujetos que conviven y trabajan codo con codo, pueden surgir las disparidades, y es normal; lo que nunca debe pasar es llegar a la guerra, sino que hay que procurar ceder y entenderse en base al alto fin que tenemos encomendado; esa es una asignatura pendiente, que nos cuesta muchas críticas, y que, poco a poco, creo que se va consiguiendo aprobar, aunque sea “por parciales”. Pero esos “problemas” puntuales no deben empañar el magnífico trabajo desarrollado por las Cofradías a todos los niveles, incluido el humano.


¿Se están “sevillanizando” nuestras Hermandades de Granada?

Sin duda, y por desgracia, y ello no lo digo, en absoluto, con desprecio, sino con la mayor de las tristezas, y me explico. Yo no estoy en contra de la Semana Santa de Sevilla; al revés, la admiro y respeto siendo consciente de la importancia que tiene y de lo que mueve e incluso, siendo partidario de ciertas influencias, pero no de la copia por la copia. Es más, no me falta un libro o un vídeo o un CD de ella, pero lo mismo que los tengo de la Semana Santa de Murcia o de la de Castilla-León, o de la de Aragón. Sin embargo, las Cofradías de Granada están perdiendo paulatinamente su personalidad y tradición por “importar” patrones de Andalucía occidental en una considero que mal entendida renovación. Así, estamos trayendo imágenes de más que dudable categoría artística para reemplazar las nuestras, o perdemos nuestros tronos, puede que humildes pero originales, por cambiarlos por grandes pasos casi seriados hechos en talleres hispalenses, impactantes pero repetitivos, todos de estilo “pecho paloma” y rebosantes de volutas y angelillos impersonales, o estamos recortando las túnicas bordadas de cola a nuestros Cristos haciendo desaparecer una costumbre inveterada y exclusiva de nuestra ciudad, o sustituimos los faroles artesanos de chapa y cristales granadinos por orfebrería clónica, o todas nuestras Vírgenes tienen que pasar a tener palio o cambiar el que ya tenían, aunque sea a costa de recortar tisú dorado o en plata para calcar dibujos ya existentes en las Hermandades de la vera del Guadalquivir, o nos sobran las “mantillas” en las Estaciones de Penitencia que han sido característica y símbolo de identidad de nuestra Semana Santa, o se suprimen elementos que, si hay suerte, se condenan al olvido del rincón de un almacén, y, si no la hay, se queman o abandonan hasta su destrucción, sin tener en cuenta que forman parte de nuestra historia y que, como mínimo, deben quedar guardados o expuestos como testimonio de lo que hemos sido y hemos tenido, y del esfuerzo que realizaron otras personas en tiempos no tan fáciles ni tan abundantes como los actuales. Yo todavía entiendo que las Cofradías de nuevo cuño se levanten con el estilo que prefieran sus hermanos, pero me duele que Hermandades de muchos años y con estilo y enseres muy consolidados se vean transformadas y alteradas por “modas”, perdiendo enseres y rasgos personalísimos y exclusivos cuando, por el contrario, son una herencia, que debe ser respetada, como producto del trabajo de quienes nos precedieron en su gobierno. Quienes gestionamos las Hermandades en cada momento somos depositarios de una historia y del trabajo de unos antecesores, y no siempre tenemos conciencia de ello.



Y su Hermandad... ¿se sevillaniza?

Yo prefiero hablar de la Hermandad a la que pertenezco que de “mi” Hermandad, expresión que da una falsa idea de propiedad. Ha sido empeño de quienes la han dirigido antes que yo, y, desde luego, mío, de mantenerla en su pureza, libre de influencias externas innecesarias que alteren su idiosincracia. Se trata de una Cofradía muy característica, con elementos muy granadinos y especiales que, si en un tiempo fueron propios de todas las Hermandades de la ciudad, se han mantenido sólo en la de la Soledad como son las “Chías”; otras peculiaridades son, por ejemplo, el paso “viviente” del Cristo del Descendimiento en el que hermanos de la Cofradía caracterizados de Santos Varones y de las Tres Marías portan la talla de Cristo Yacente atribuida a Pablo de Rojas, o la imagen de Nuestra Señora de la Soledad, dolorosa de vestir tan cercana a Pedro de Mena que se le atribuye, que procesiona sin palio y mantiene una actitud de tristeza profunda pero serena y lleva las manos entrelazadas, característica propia de la escuela escultórica granadina; o las largas filas de penitentes amarillos y negros que portan farolillos morados oscilantes, etc... Son suficientes motivos como para mantener su personalidad, ¿verdad?.


También se critican los gastos de las Hermandades...

Sí, pero creo que es, fundamentalmente por desconocimiento. Las Cofradías procuran poseer para el culto externo enseres de gran valor, sobre todo artístico y, por qué negarlo, económico, y creo que ello es bueno, creo que es bueno que exista cierta competitividad en intentar que nuestro Cristo o nuestra Virgen lleven los mejores ajuares posibles; ahora bien, que ello no se convierta en el fin primordial. No podemos olvidar el carácter de nuestra Semana Santa, que como todo lo propio de Andalucía, es exagerado, fastuoso, barroco, en una forma muy peculiar de expresar la fe... Creo positivo el hecho de que para conseguir hacerle una corona a la Virgen, costear un respiradero de plata, o bordar una túnica para un Cristo, unan sus esfuerzos e ilusiones durante bastante tiempo el joven y el viejo, hombres y mujeres, ricos y pobres, y que todos juntos realicen iniciativas para lograr esa ilusión. Por otro lado, hay que recordar que el gasto de las Cofradías ha permitido la continuidad y supervivencia de muchos oficios artesanos como la talla, el dorado, el bordado, la orfebrería, la cerería, etc... que se habrían perdido indiscutiblemente sin las Hermandades, y yo, desde luego, prefiero a tres familias bordando en oro un costoso y recargado manto durante tres años, y la creación de esa obra de arte y de esos puestos de trabajo mantenidos ese tiempo, a que esas bordadoras, o los empleados de taller de un orfebre o de un ebanista o tallista, por ejemplo, estén haciendo cola en el INEM; y luego hay otra faceta interesante que es que luego, ese manto, ese respiradero o esa corona, en la calle provoca que “mi” Semana Santa tenga más valor en la parte de espectáculo que indudablemente posee, y la gente salga a la calle a ver las Cofradías, y gane dinero el señor del hotel que está completo porque vinieron visitantes a contemplar nuestra Semana Mayor, o el señor del bar, el de los globos, el tío de las pipas, el de las patatas asadas.... esa es una labor social indirecta de las Cofradías con sus estrenos y con sus enseres, que considero importantísima, puesto que crea riqueza para todos. Igualmente, mantengo que ese no debe ser nunca el fin exclusivo, pues nuestra base es religiosa, y esta labor social, al ser y sentirnos cristianos y católicos, debe acompañarse de otras iniciativas de caridad que ya se van asumiendo. No se puede desposeer a la Semana Santa de su parte de boato y oropeles, como acto de culto que es, y toda liturgia requiere de una ceremonia y un patrimonio, pero sin olvidar, desde luego, que su esencia es religiosa y consiste en dar testimonio público de fe. El secreto es saber trascender el aspecto externo, sin suprimirlo, para vislumbrar lo importante. Igualmente te digo que de nada sirve el testimonio público de esa fe si después no eres capaz de vivirla en el ámbito de tu familia, de tus amigos, de tus relaciones laborales... pero eso es cuestión de cada uno.


¿Cómo os integrais en la Iglesia?

Pienso que cada vez mejor, gracias a nuestro esfuerzo y a los esfuerzos de comprensión que se están realizando por algunos sectores de la jerarquía y de otros movimientos eclesiales. Casi siempre, un simple gesto abre una vía de entendimiento, y en Granada tenemos un caso reciente como ha sido la apuesta decidida que nuestro actual Arzobispo, Monseñor Cañizares, ha realizado por las Cofradías, haciéndose eco de nuestro clamor durante tantos años pidiendo el acceso al interior de la Santa Iglesia Catedral y siendo consciente de nuestras muchas posibilidades, y reclamándonos un papel más activo en las necesidades y cometidos de la Iglesia diocesana. Sin embargo, continúa habiendo una parte de esa jerarquía eclesiástica y de algunos otros movimientos que, quizá por desconocimiento, o quizá por determinadas actitudes de los miembros de las Hermandades, nos ignoran a los cofrades en el mejor de los casos, o bien nos censuran o incluso nos detestan, sin intentar comprendernos y sin querer darse cuenta del inmenso potencial de las Cofradías en el seno de la Iglesia si se sabe atraer nuestra atención y comprender nuestra especial forma de vivir la fe; en ese camino de comprensión trabajan ya muchos sacerdotes que sí se han advertido que, cuando hay cultos o actos de una Hermandad en su iglesia, el templo se llena, y de todos los que llegan a un Vía-Crucis, a una Misa, aunque sea a oír al pregonero de turno o a la banda, alguno puede que se quede, y es ahí donde cobra todo su sentido el primordial papel de las Cofradías como catequesis de alejados. Las Cofradías en las que sus responsables espirituales toman interés están viendo incrementada enormemente la participación de los hermanos en iniciativas de culto, formación, caridad... Hay también, por qué no admitirlo, muchos defectos en nosotros, los cofrades no somos perfectos, y es necesario ir puliendo paulatinamente esas cosas, sobre todo, con comprensión y paciencia, en un camino que ya está iniciado y creo y deseo que no tenga retorno.


Volviendo a ti, tu faceta cofrade no acaba en lo que hemos descrito antes, sino que también podemos verte por las calles de Granada haciendo fotografías de los pasos y las procesiones...

Es cierto. A mi pasión por las Cofradías se une mi “hobby” favorito, que es la fotografía, afición que me viene de herencia porque, como sabes, mi padre, tristemente ya desaparecido, era periodista gráfico en diversos medios escritos y cámara de televisión, y era un gran profesional y un gran artista. Por desgracia, no pudo enseñarme todo lo que sabía, que era mucho, y mis condiciones las considero muy inferiores a las suyas porque parecérsele a nivel fotográfico sería para mí un sueño, pero me debió dejar un poco de su arte y me dedico a la fotografía “cofrade”, a veces, incluso, consiguiendo algún buen resultado.


Pero, ¿cómo empezaste?

De una manera muy rara; hasta los diecisiete años yo no había cogido una cámara de fotos, y lo hice en aquella Semana Santa, y la verdad es que los resultados no fueron malos vistos desde la perspectiva de entonces, aunque hoy serían fotos muy mejorables. Continué al año siguiente y empecé a formarme en escuelas de fotografía, y perseveré en mi afición, y poco a poco, fui depurando la técnica y obteniendo mejores resultados, que me llevaron a ir incluyendo algunas de mis obras en publicaciones y revistas cofrades y dándome a conocer poco a poco.


Has ganado varias veces el concurso del Cartel Oficial, y este año es obra tuya.

Sí, tras algunos años de “sequía” fui recibiendo algunos premios modestos en varios concursos, que me estimularon a continuar, hasta que conseguí el Cartel Oficial del año 94, lo que supuso una ilusión enorme. A partir de ahí, a pesar de que lo que voy a decir suene a pedante es la verdad, me convertí en asiduo entre los galardones de los certámenes fotográficos dedicados a la Semana Santa y entre las publicaciones cofrades de Granada, y el primer premio del Concurso Oficial recayó sobre mis obras de nuevo en el año 97 y en este, en que una instantánea del pasado año, que presenta al Cristo del Silencio bajo las torres de la Alhambra en la madrugada del Jueves Santo, anuncia nuestra Semana Mayor de 2002, lo que es motivo de especial satisfacción para mí, y supongo que para todos aquellos, pocos, que nos entregamos a esta pasión por las Cofradías y la fotografía, que, además, nos sale la afición por un ojo de la cara, que todo hay que decirlo, ¡já, já!, al tratarse de un “hobby” no excesivamente barato.


Y ¿cómo se hace eso que tú llamas fotografía cofrade?

Desde luego con mucha constancia, más paciencia y con mucho cariño hacia nuestra Semana Santa. He dicho muchas veces, y lo repito con frecuencia, que no basta sólo la técnica para ello; la técnica puede dar buenos resultados, y arrojará una instantánea perfecta, pero fría, formal. A mi juicio, a la técnica hay que unir el sentimiento, ese “pellizco” que provoca que cuando miras por el visor de la máquina fotográfica lo que ves te llame en un momento determinado la atención y te transmita el suficiente mensaje “cofrade” como para que te decidas a inmortalizar el instante para dárselo a conocer a otros a través de las copias. Cuando se unen esos dos elementos, la foto comunica, habla, “pregona”.


Será un trabajo duro...

Lo es, y mucho. Piensa que supone estar en la calle un mínimo de ocho horas cada uno de los días de la Semana Santa, salvo aquellos en los que realizas Estación de Penitencia en tu propia Cofradía, cargado con bastantes kilos de material entre cámaras, objetivos y trípode, esperando el segundo y el encuadre, yendo de un lado a otro de la ciudad buscando los escenarios más idóneos de los recorridos de las Hermandades. Cansancio que se va acumulando, mucho desánimo a veces cuando no te salen las cosas como tú las habías previsto, y sobre todo, mucha renuncia a estar con los tuyos viendo los desfiles procesionales y mucha paciencia y comprensión de quienes quieren estar contigo disfrutando de las Hermandades y no lo pueden hacer porque tú estás “trabajando”, sea tu novia, tu familia, tus amigos... Además es una labor muy complicada por las dificultades que tiene hacer fotos en vivo, no en un estudio; en la calle tienes que conseguir, en una instantánea en la que aparezca un paso procesional o un detalle cofrade, la información y el mensaje de una foto periodística combinados con la composición y la elegancia de una foto artística o de estudio, y eso en medio de unas condiciones que tú no puedes controlar, como es la cantidad de gente moviéndose y poniéndose delante, las luces contrarias, los letreros comerciales y el cableado que tanto afea nuestra ciudad, las prisas del instante exacto en el que debes hacer la foto para que tenga el contenido que tú deseas, los fallos “técnicos”... es bastante difícil, la verdad, pero lo cierto es que luego se ve recompensado todo ese esfuerzo cuando ves tus obras trasladadas a los carteles y a las revistas anunciando la Semana Santa y las Cofradías en todas las paredes y escaparates, siendo lo que alguien llamó, a ver si me acuerdo, “pregones impresos de la Pasión, la Muerte y la Resurrección de Jesucristo y de los dolores de su Santísima Madre que, cada año, rememora Granada”.


Por último, ¿qué deseas para la próxima Semana Santa?

Lo mejor que se puede desear: tiempo soleado y espléndido para que ninguna Hermandad sufra la tristeza de ver frustradas sus ilusiones trabajadas durante todo el año por una tarde de lluvia, concurrencia máxima de hermanos y hermanas en las filas, afluencia inmensa de público en nuestras calles y ausencia de todo tipo de problemas en todos y cada uno de nuestros desfiles procesionales, para que podamos celebrar una Semana Santa esplendorosa, espectacular y, a la vez, plena de sentido cristiano.

TRADUCCIÓN DE LAS INSCRIPCIONES ÁRABES EN LA ALHAMBRA Y EL GENERALIFE

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Existen unas 10.000 inscripciones en árabe repartidas por el complejo de La Alhambra y El Generalife. Se trata tanto palabras y frases sueltas como de versos. En 2002 comenzó un trabajo, en el que colaboran El Patronato de La Alhambra y El Generalife y la Escuela de Estudios Árabes dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, que tiene por objetivo el estudio de las inscripciones caligráficas del complejo y la creación de un corpus epigráfico. Se prevé que el trabajo esté concluido 2011 y pueda ser accesible en Internet con todo cuanto ello significa de divulgación entre investigadores y público en general. Al frente del trabajo está, como director científico, Juan Castilla Brazales, miembro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Las inscripciones se encuentran en una antigua caligrafía que llamamos cúfica y en otra cursiva lo que implica la dificultad de su lectura incluso para hablantes árabes nativos. Hay quien considera que el mayor valor de estas inscripciones no es lo que dicen si no su riqueza plástica.

Tras la Toma de Granada se hicieron diversas traducciones que no se han conservado. En 1564 el morisco granadino Alonso del Castillo (muerto en 1610) recibió el encargo del Concejo de Granada de recopilar y traducir las inscripciones árabes del complejo. Gracias a su labor han llegado hasta nosotros textos cuya inscripción se ha perdido. Alonso del Castillo era un criptojudío médico y trujamán (traductor del árabe al castellano) que sin duda participó en la falsificación de los Libros Plúmbeos del Sacromonte. En 1859 se publicó el libro Inscripciones árabes de Granada del catedrático de arte de la Universidad de Granada Emilio Lafuente Alcántara (1830-1868), obra que todavía hoy es referencia imprescindible.

La frase más repetida en el complejo es el lema de la dinastía nazarí, “sólo Alá es vencedor”, atribuida a su fundador Alhamar. Esta frase inunda el Palacio de Comares. Se considera que los tres poetas de la Corte de Granada que compusieron versos inscritos y que han llegado a nosotros fueron Ibn al-Yayyab (1274-1349), Ibn al-Jatib (1313-1375) e Ibn Zamrak (1333-1393), que destaca entre todos ellos. Los tres desempeñaron cargos de gobierno en su época. En el complejo hay también versos coránicos y una profusión de palabras y frases sueltas, como “bendición” y ”felicidad ”, cuya inscripción se supone una manera de pedir esas gracias o consagrar un lugar o sultán; o como el consejo “sé parco en palabras y saldrás en paz”, sin duda muy útil entre diplomáticos y políticos; o como otras frases: “la eternidad es atributo de Dios”, “alégrate en el bien, pues ciertamente es Dios quien ayuda” o “sólo a Dios pertenecen la grandeza, la gloria, la eternidad, el imperio y el poder”. Hay poesías de extensión variable que tienen desde versos aislados hasta largas composiciones que ocupan paredes y techos.

En 2001 Eduardo Paniagua y El Arabí Serghini grabaron un disco de “música andalusí” llamado Poemas de la Alhambra con versos de La Alhambra atribuidos de Ibn Zamrak. Sin duda, la publicación en 2011 del trabajo dirigido por Juan Castilla Brazales servirá para que se difunda una imagen poética e idealizada de aquellos tiempos.

Gonzalo Antonio Gil del Águila
Granada, 30/12/10

A continuación se reproduce la traducción al castellano de varios poemas epigráficos de La Alhambra en la versión ofrecida en la web de la Asociación Pedagógica y Cultural Alhambra junto con las notas incluidas en esa publicación.

Comienzo de la cita >>

Poema de la taca derecha en el pórtico norte del Generalife

Estas tacas eran nichos, alacenas u hornacinas practicados en el muro, situados por parejas a ambos lados de los arcos o puertas de entrada a las habitaciones para contener vasijas con agua en su interior.
El poema, escrito en su alfiz dice:

«Taca en la puerta del salón más feliz
para servir a Su Alteza en el mirador.
¡Por Dios, qué bella es alzada
a la diestra del rey incomparable!
Cuando en ella aparecen los vasos de agua,
son como doncellas subidas a lo alto.
Regocíjate con Ismail, por quien
Dios te ha honrado y hecho feliz.
¡Subsista por él el Islam con fortaleza
tan poderosa, que sea la defensa del trono!»


Tercer poema en la torre de la Cautiva

«Esta obra ha venido a engalanar la Alhambra;
es morada para los pacíficos y para los guerreros;
Calahorra que contiene un palacio.
¡Di que es una fortaleza y a la vez una mansión para la alegría!
Es un palacio en el cual el esplendor está repartido
entre su techo, su suelo y sus cuatro paredes;
en el estuco y en los azulejos hay maravillas,
pero las labradas maderas de su techo aún son más extraordinarias;
fueron reunidas y su unión dio lugar a la más perfecta
construcción donde ya había la más elevada mansión;
parecen imágenes poéticas, paranomasias y trasposiciones,
los enramados e incrustaciones.
Aparece ante nosotros el rostro de Yusúf como una señal
es donde se han reunido todas las perfecciones.
Es de la gloriosa tribu de Jazray cuyas obras en pro de la religión
son como las aurora cuya luz aparece en el horizonte.»


Poema de la puerta de Comares

«Soy corona en la frente de mi puerta:
envidia al Occidente en mí el Oriente.
Al-Gani billah* mándame que aprisa
paso dé a la victoria apenas llame.
Siempre estoy esperando ver el rostro
del rey, alba que muestra el horizonte.
¡A sus obras Dios haga tan hermosas
como son su temple y su figura»

(*) Al-Gani billah: El vencedor por Dios: Sobrenombre tomado por Mohamed V tras la victoria de Algeciras en 1369.


Poema de la taza de los leones

«Bendito sea Aquél que otorgó al imán Mohamed
las bellas ideas para engalanar sus mansiones.
Pues, ¿acaso no hay en este jardín maravillas
que Dios ha hecho incomparables en su hermosura,
y una escultura de perlas de transparente claridad,
cuyos bordes se decoran con orla de aljófar?
Plata fundida corre entre las perlas,
a las que semeja belleza alba y pura.
En apariencia, agua y mármol parecen confundirse,
sin que sepamos cuál de ambos se desliza.
¿No ves cómo el agua se derrama en la taza,
pero sus caños la esconden enseguida?
Es un amante cuyos párpados rebosan de lágrimas,
lágrimas que esconde por miedo a un delator.
¿No es, en realidad, cual blanca nube
que vierte en los leones sus acequias
y parece la mano del califa, que, de mañana,
prodiga a los leones de la guerra sus favores?
Quien contempla los leones en actitud amenazante,
(sabe que) sólo el respeto (al Emir) contiene su enojo.
¡Oh descendiente de los Ansares, y no por línea indirecta,
herencia de nobleza, que a los fatuos desestima:
Que la paz de Dios sea contigo y pervivas incólume
renovando tus festines y afligiendo a tus enemigos!»


Poema de la fuente del jardín de Daraxa

«Yo soy un orbe de agua que se muestra a las criaturas diáfano y transparente
una gran Océano cuyas riberas son labores selectas de mármol escogido
y cuyas aguas, en forma de perlas, corren sobre un inmenso hielo primorosamente labrado.
Me llega a inundar el agua, pero yo, de tiempo en tiempo,
voy desprendiéndome del transparente velo con que me cubre.
Entonces yo y aquella parte del agua que se desprende desde los bordes de la fuente,
aparecemos como un trozo de hielo, del cual parte se liquida y parte no se liquida.
Pero, cuando mana con mucha abundancia, somos sólo comparables a un cielo tachonado de estrellas.
Yo también soy una concha y la reunión de las perlas son las gotas,
semejantes a las joyas de la diestra mano que un artífice colocó
en la corona de Ibn Nasr del que, con solicitud, prodigó para mí los tesoros de su erario.
Viva con doble felicidad que hasta el día el solicito varón de la estirpe de Galib,
de los hijos de la prosperidad, de los venturosos,
estrellas resplandecientes de la bondad, mansión deliciosa de la nobleza.
De los hijos de la cabila de los Jazray, de aquellos que proclamaron la verdad y ampararon al Profeta.
El ha sido nuevo Sa'd que, con sus amonestaciones, ha disipado y convertido en luz todas las tinieblas
y constituyendo a las comarcas en una paz estable ha hecho prosperar a sus vasallos.
Puso la elevación del trono en garantía de seguridad a la religión y a los creyentes.
Y a mí me ha concedido el más alto grado de belleza, causando mi forma admiración a los sabios.
Pues nunca se ha visto cosa mayor que yo, en Oriente ni en Occidente
ni en ningún tiempo alcanzó cosa semejante a mí,
rey alguno, en el extranjero ni en la Arabia.»

Poema del arco de entrada al mirador de Daraxa

Cada una de las artes me he enriquecido con su especial belleza y dotado de su esplendor y perfecciones.
Aquel que me ve juzgue por mi hermosura de la esposa que se dirige a este vaso y le pide sus favores.
Cuando el que me mira contempla atentamente mi hermosura se engaña la mirada de sus ojos con una apariencia.
Pues al mirar a mi espléndido fondo cree que la luna llena tiene aquí fija su morada habiendo abandonado sus mansiones por las mías.
No estoy sola, pues desde aquí contemplo un jardín admirable.
No vieron los ojos cosa semejante a él.
Este es el palacio de cristal;
sin embargo, ha habido quien al verlo le ha juzgado un océano proceloso y conmovido.
Todo esto lo construyó el Imán Ibn Nasr*;
sea Dios guardián para los demás reyes de su grandeza.
Sus ascendientes en la antigüedad alcanzaron mayor elevación
pues ellos hospedaron al Profeta y sus deudos.

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*Aclaración: el Imán Ibn Nasr es Mohamed V.


Poema de la sala de Dos Hermanas

«Jardín yo soy que la belleza adorna:
sabrá mi ser si mi hermosura miras.
Por Mohamed, mi rey, a par me pongo
de lo más noble que será y ha sido.
Obra sublime, la fortuna quiere que a todo momento sobrepase.
¡Cuánto recreo aquí para los ojos!
Sus anhelos el noble aquí renueva.
Las Pléyades les sirven de amuleto;
la brisa la defiende con su magia.
Sin par luce una cúpula brillante,
de hermosuras patente y escondidas.
Rendido de Géminis la mano;
viene con ella a conversar la Luna.
Incrustarse los astros allí quieren,
sin más girar en la celeste rueda,
y en ambos patios aguardar sumisos,
y servirle a porfia como esclavas:
No es maravilla que los astros yerren
y el señalado límite traspasen,
para servir a mi señor dispuestas,
que quien sirve al glorioso gloria alcanza.
El pórtico es tan bello, que el palacio
con la celeste bóveda compite.
Con tan bello tisú lo aderezaste,
que olvido pones del telar del Yemen.
¡Cuántos arcos se elevan en su cima,
sobre las columnas por la luz ornadas,
como esferas celestes que voltean
sobre el pilar luciente de la aurora!
Las columnas en todo son tan bellas,
que en lenguas, corredora, anda su fama:
lanza el mármol su clara luz, que invade
la negra esquina que tiznó la sombra;
irisan sus reflejos, y dirías
son, a pesar de su tamaño, perlas.
Jamás vimos jardín más floreciente,
de cosecha más dulce y más aroma.
Por permiso del juez de la hermosura
paga, doble, el impuesto en alcázar más excelso,
de contornos más claros y espaciosos.
Jamás dos monedas,
pues si, al alba, del céfiro en las manos
deja dracmas de luz, que bastarían,
tira luego en lo espeso, entre los troncos,
dobles de oro de sol, que lo engalanan.
(Le enlaza el parentesco a la victoria:
Sólo el Rey este linaje cede.)»

>> Fin de la cita

URL en la que figuran estos poemas citados: http://www.alhambra.org/esp/index.asp?secc=/alhambra/alhambra_poemas

MI ABUELO

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Estas líneas prácticamente reproducen las que mi tía Eva dirigió en julio de 2010 a quienes estaban preparando una recopilación histórica sobre los represaliados de Trebujena como consecuencia de la Guerra Civil de 1936. Quiero con ello rendir un pequeño homenaje a personas como mi abuelo, Antonio del Águila Marín.

Mi abuelo nació en Trebujena (Cádiz) el 6 de abril de 1914. El Alzamiento de 1936 le sorprendió prestando el servicio militar en el Regimiento Lepanto nº 2 en Granada. Pocos días antes unas octavillas con propaganda anarquista habían aparecido en el acuartelamiento y, como se sabía que era cenetista, se le consideró responsable y el 26 de julio fue arrestado. De los más de 70 que estuvieron arrestados se fusiló a unos 60 en los días siguientes. Antes de que pasara un mes fue internado en los calabozos del acuartelamiento donde estaría 45 días hasta que se le envío desarmado al frente en la zona de Pinos Puente (Granada) junto a otros militares sospechosos de ser desafectos a la sublevación. En este lugar consiguió entablar relación con vecinos del pueblo y estos le indicaron cómo podría atravesar las líneas.

Una vez que tuvo la certeza de cómo pasar a la zona republicana se lo comentó a sus compañeros pero de unos 50 sólo 5 decidieron acompañarle. Así, el 4 de diciembre de 1936 -día de Santa Bárbara, patrona de Artillería- se apoderan de seis mosquetones, 150 cartuchos cada uno, un fusil ametrallador "de petaca" y dos docenas de bombas de mano. El 7 de diciembre, después de haber vagado por los campos, toparon con elementos de la caballería republicana en la zona de Martos. Recuerdo, siendo yo muy niño, un encuentro al que asistí entre mi abuelo y un compañero de aquella aventura llamado Mariano. A pesar de los años viene a mi memoria el afecto y emoción con que se hablaron. Y que en una conversación con mi abuelo varios años más tarde me rememoró la preocupación que tuvieron al ver los jinetes y pensar que podía tratarse de la caballería mora al servicio de Franco.

Durante la guerra mi abuelo fue ascendido a cabo y, en 1938, a sargento aunque ejerció de teniente. Cuando la República se desmoronó él estaba en la zona de Toledo. Intentando alcanzar Valencia para huir por mar fue apresado en Moriscote (Albacete) donde le dieron una brutal paliza de la que sobrevivió sólo gracias a su juventud y fortaleza física. Un capitán médico al que golpearon y encerraron junto a él murió consecuencia de los golpes. Fue trasladado a Albacete donde permaneció 14 días en una enfermería y posteriormente conducido a Granada donde se le juzgó por deserción y condenó a muerte. La pena de muerte se conmutó por la de treinta años y un día de prisión.

Trasladado al penal de Astorga (León) estuvo ocho meses durante los que perdió 26 kg debido al hambre, las malas condiciones de internamiento, las humillaciones y el maltrato. De Astorga le llevaron al penal del Puerto de Santa María (Cádiz) empleando 24 días en el desplazamiento. Gracias a la mayor cercanía a Trebujena pueden visitarle sus padres. Pero cuando le ven no son capaces de reconocerle debido al mal estado en que se encuentra. Afortunadamente, en este penal el trato no es tan cruel y se le destina al almacén donde comienza a redimir pena con el trabajo. Fue puesto en libertad condicional en diciembre de 1942 y fijó su residencia en Trebujena donde poco después se casó con Paca, mi abuela. De esta unión nacieron sus hijas, África (mi madre) y Eva (mi tía).

En un principio mi abuelo debía presentarse todas las noches en el cuartel de la Guardia Civil donde estaba expuesto a los castigos y humillaciones que quisieran causarle. Me comentó que los malos tratos dependían del estado de ánimo de los guardias civiles o de las denuncias que hubieran podido hacerse por cualquier cosa con la que él nada tuviese que ver. Aunque esta situación fue suavizándose con el tiempo al dejar de obligársele a acudir todas las noches al cuartel, él seguía teniendo que pedir salvoconducto cada vez que necesitaba salir del pueblo, continuaba expuesto a las extralimitaciones de los miembros de la Guardia Civil y vivía bajo un régimen que le trataba como ciudadano sin derechos. Además tenía que convivir con aquellos que se pavoneaban de haber matado a su hermano José y a varios de sus amigos y de haber cometido innumerables crímenes y fechorías. Y también sufría por saber que a su hermano Rafael, con dieciocho años, le fusilaron cuando intentaba pasar al bando republicano al igual que él había hecho. En esa España de posguerra, miseria y represión se le hacía imposible vivir a un hombre como él, joven, vital y amante de la libertad. Así que decidió escapar de la cárcel que era España.

Un amigo le proporcionó documentación falsa y gracias a ella se marchó en enero de 1953 a Tánger (Marruecos). Esta era una ciudad que aun mantenía el estatuto de zona internacional y en la que las autoridades franquistas no podían ejercer su poder de la misma forma que en territorio nacional. Una vez en ella, a pesar de los múltiples obstáculos, pudo empezar una vida dura y difícil pero en libertad. Después de haber tenido muchos trabajos y superar penalidades abrió una zapatería en la Mensalah (o “barrio moruno” como decían los españoles) y trabajó en la rotativa del Diario España. A la familia le consta que siempre fue apreciado por todos y que nunca decayeron sus inquietudes políticas y sindicales.

El precario equilibrio material que había alcanzado la familia se perdió cuando Tánger fue integrado en el reino de Marruecos y los extranjeros comenzaron a ser expulsados. No podía volver a España, donde temía ser detenido y encarcelado, y no podía emigrar porque el Gobierno español no le habría concedido pasaporte. Pero, dispuesto a salir adelante y tras malvender las escasas posesiones que tenía la familia, en julio de 1962 se hizo con un pasaje como turista en un barco con destino a Marsella (Francia).

Una vez llegó a Francia se trasladó a Troyes, una ciudad del noreste donde trabajaban en la construcción Dalmacio y Custodio, sus dos hermanos menores, y encontró trabajo como peón de albañil. Mientras tanto, su mujer y sus hijas habían vuelto a Trebujena donde contaron con el apoyo de la familia en espera de que las cosas se arreglaran. Al cabo de 6 meses pudieron ir a Francia y comenzar una nueva vida de desarraigados. Pasó el tiempo y murieron su madre y su padre, y crecieron sus hermanos y sobrinos, y se hicieron mayores sus amigos. A ninguno de ellos había podido verles desde la huida a Tánger hasta que, en agosto de 1967 y tras un indulto concedido por el Gobierno de Franco, visitó Trebujena. Le esperaban familia y amigos, para quienes era un héroe. Su padre había muerto sólo un mes y medio antes. De entre aquellos amigos se ha oído años después en mi casa los nombres de “Manolo Martin” y “don Antonio”, de apellidos Mesa Jarén. Vuelto a Francia siguió tirando para adelante esperando que Franco muriese antes que él. Mi madre, África, se casó con mi padre José, un granadino emigrado a Francia en busca de mejor fortuna hijo de una familia de derechas. Yo, su primer nieto, nací en 1969. Y en 1971 mis padres se trasladaron a Granada, la misma localidad en que la guerra sorprendió a mi abuelo. En 1976 sufrió un infarto que lo tuvo ingresado casi tres meses en una UVI de Paris. Recuerdo que ese verano fuimos allí mis padres, mi hermano José David, nacido en 1972 en Granada, y yo. ¡Qué moderna, ordenada y respetuosa me pareció esa ciudad de provincias frente a nuestra rancia España de aquella época!

Una vez repuesto decidió que la vida que le quedase deseaba vivirla en España. Y en mayo de 1977 mis abuelos y mi tía Eva se mudaron a Granada. ¡Otra vez Granada! Recuerdo a mi abuelo en Granada como un hombre noble y honrado, agotado y cansado por una vida llena de penalidades, aunque sin odio. Mientras vivió con mis padres en la calle Molinos acudía al cercano local de la CNT-FAI. Y, por extrañas ironías de la vida, este local se encontraba frente al colegio, entonces llamado de la División Azul, que tras la guerra fue uno de los centros en que él estuvo preso. En 1979 mi tía Eva tuvo a su hija Alicia (10 años más tarde tendría a Daniel). Mi abuela murió en 1980 sin que ambos hubieran podido disfrutar juntos de tantas cosas que nunca pudieron tener. ¡Cuánto me hubiese gustado verles vivir más! Para mi abuelo fue una gran satisfacción vernos crecer a sus nietos; establecerse la democracia en España; la victoria del PSOE en octubre de 1982; y que se reconociera su esfuerzo, y el de los militares republicanos, por medio de la Ley 37/1984, de 22 de octubre, de reconocimiento de derechos y servicios prestados a quienes durante la guerra civil formaron parte de las Fuerzas Armadas, Fuerzas de Orden Público y Cuerpo de Carabineros de la República.

La salud de mi abuelo estaba quebrada y fue intervenido de cáncer de pulmón en 1985. Falleció el 1 de mayo de 1987, una fecha tan emotiva para él mientras yo me encontraba de guardia al prestar mi servicio militar. De esta manera, con una innegable carga simbólica, se cerraba en Granada un ciclo comenzado casi 51 años antes cuando él, que había venido a prestar su servicio militar en esta ciudad, se encontró con una guerra.

Un día le vi afectado. No quiso decirme qué le pasaba, pero pregunté y me respondió que se sentía mal porque se había encontrado por la calle con alguien que le había torturado. No quiso dar más detalles. Durante el verano de 1985 acudí a menudo a verle a casa de mi tía, donde él vivía entonces. Le preguntaba y me contaba cosas de su juventud y la guerra. Nunca le oí hablar con odio ni tener una mala palabra hacia quienes tanto daño le habían causado. Su expresión y comportamiento eran los de un hombre santo que había tenido una vida áspera sin perder sus ilusiones ni su bondad.

Gonzalo Antonio Gil del Águila
23/12/10

PASEANDO POR LA FUENTE DEL AVELLANO

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Tarde del Miércoles 29 de Agosto de 2007. Quiero visitar la fuente del Avellano. Dirijo mis pasos desde Plaza Nueva hasta el Paseo de los Tristes. Cruzo el río Darro por el Puente del Aljibillo y al otro lado, a la izquierda según lo atravieso, se encuentra el camino de tierra que conduce a la fuente. Subiendo una ligera cuesta pronto se olvida la presencia de las edificaciones intuyéndose a la izquierda, y el sentido de la marcha, el río Darro. A la derecha del camino y desde sus bordes el monte arranca dejando entrever veredas descuidadas que prosiguen hacia sus alturas. Algunas losas que jalonan el recorrido, en cada una de las cuales hay añadida una placa metálica con versos, esperan al caminante a modo de mudos poetas. Me encuentro con un simpático alemán de avanzada edad con el que continúo caminando y charlando. Me refiere que vive desde hace dos años en la ciudad, de la cuál está enamorado desde mucho antes, que su mujer falleció un año atrás y que sus cenizas reposan al pie de una de las torres de La Alhambra. Siente con pena que no se aproveche mejor el lugar por el que andamos. Llegados a la fuente del Avellano se divisa la Abadía del Sacromonte en la otra orilla a través de un claro en la vegetación. Hay pintadas en diversas partes del entorno así como en las losas que hemos dejaso atrás. Tomo algunas fotos de la fuente mientras hablamos de la belleza de Granada y él me enseña las que ha hecho de monumentos y lugares granadinos con una cámara digital que lleva consigo. De los dos caños de la fuente uno está seco y el otro gotea tímidamente. Por encima de los dos caños ocho deterioradas piezas de alicatado conmemoran las reuniones de Ganivet con sus compañeros de la cofradía de la fuente del Avellano. Acude un ciclista y queda pendiente de nuestra conversación. Sólo puede encontrarse agua en un moderno surtidor, que no fuente, colocado a pocos metros, que requiere presionar un pulsador para que salga un tímido chorrito de agua.

En 1.951 Antonio Molina prestaba su voz a una canción titulada “La fuente del Avellano”, cuya letra dice que “Al pie del Generalife / en las márgenes del Darro / hay una fuente famosa / la fuente del Avellano” (1) que da un agua “que baja como la nieve / cristalina y con anises” y “que en grana(da) (2) vendiendo voy”. ¿Quién podría hoy reconocer esas celebradas aguas en la furtiva gota de uno de los caños de la fuente o el triste chorrito del surtidor?

La perdida fuente del Avellano se lleva no sólo el recuerdo de un lugar que antaño, como la ciudad, inducía la excitación de las mentes románticas, si no también un importante símbolo de su pasada vida cultural. La segunda mitad del siglo XIX supuso para la cultura granadina una época de brillantez no ajena a la concurrencia de tres acontecimientos. Uno fue la obra de la Cuerda granadina, un grupo de escritores. Otro las actividades de la sociedad literaria de el Liceo. El tercero las actividades del Centro Artístico. Personas cercanas a esos entornos intelectuales constituyeron, al parecer en el verano de 1.895, y con continuidad en algún o algunos veranos siguientes, la cofradía del Avellano, un grupo de amigos bajo la influencia y dirección de Ángel Ganivet, el cual pareció concebir en las reuniones celebradas ante la fuente la idea de componer el “Libro de Granada” publicado en 1.899.

Los contertulios se reunieron algunos veranos en varias ocasiones ante la entonces célebre y seguramente concurrida fuente. Sin duda degustaron sus aguas escapando a los rigores del calor y la sed del estío y disfrutaron del encanto del lugar mientras conversaban. En sus debates debieron tratar del noventa y ochentista dolor por España y el inevitable y solidario dolor por Granada. Ha pasado más de un siglo de aquellas charlas y los intelectuales de esta tierra todavía hablan de esos dolores habiendo perdido, quién sabe si definitivamente, la compañía de las puras y cristalinas aguas de la fuente del Avellano.

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NOTAS
(1) Texto completo de la canción La fuente del Avellano. Al parecer la discografía del cantante ofrece una primera versión de 1.951 y otra posterior de 1.972, pero ambas con idéntica letra

Que fresquita baja hoy
el agua del Avellano
el agua del Avellano
que en grana vendiendo voy

Al pie del Generalife
en las márgenes del Darro
hay una fuente famosa
la fuente del Avellano

Todas las mañanas subo
caminito de la fuente
y así lanzo mis pregones
cuando paso por el puente

Que baja como la nieve
el agua del Avellano
que baja como la nieve
cristalina y con anises
fresquita no hay quien la pruebe
el agua del Avellano

(2) La letra de la canción dice Graná pero aclaro Grana(da) para los foráneos que lean este escrito e ignoren la costumbre ampliamente extendida en la tierra granadina de llamar sincopadamente Graná a la ciudad y a la tierra de la provincia.

LA ESPADA DE BOABDIL

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Una espada atribuida al rey Boabdil se expone durante este mes de Septiembre en Washington cedida por el Museo de Ejército como parte de la muestra "El arte del poder" que cuenta con 75 piezas y la participación de la Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior, Patrimonio Nacional y la National Gallery of Art.

Esta espada es una gran desconocida para los granadinos y, siguiendo los comentarios vertidos en las páginas 163 y 164 de la recientemente publicada obra “Isabel la Católica en la Real Academia de la Historia” de Luis Suárez Fernández y otros autores, "...según opinión de los investigadores, que se basan en la documentación del marqués de Viana, donde consta que el arma procede del reparto hecho por los Reyes católicos tras la batalla de Lucena, donde fue apresado el último rey de Granada por el conde de Cabra y el alcalde de los Donceles.

La espada, si era propiedad de Boabdil, desde luego la debió recibir en herencia, ya que se considera mucho más antigua. Según Silva Santa-Cruz (2004), la ausencia de abstracción en la decoración de atauriques la fecha en un período anterior al de su reinado. Este tipo de espadas se conocen como jinetas, asociado tradicionalmente a la forma de combatir a la jineta, que trajeron a la península en el siglo XIII la tribu de los Benímerin, aunque hoy día se pone en cuestión tal hipótesis. En cualquier caso, es un arma de parada o gala extraordinaria, con una empuñadura ricamente decorada, con marfil labrado y metales preciosos con esmaltes en blanco, negro, rojo, verde y azul. La decoración combina elementos geométricos de estrellas y lacerías, con motivos vegetales naturalistas, zoomorfos y cartelas con inscripciones, traducidas por Fernández y González (1872) como "Logra tu fin / en conservarle la vida"; "En el nombre de Dios / el poderío le pertenece / y no hay otra divinidad que Él. / la felicidad proviene de Dios único"; "El milagro es propiedad de Dios; / porque ciertamente la primera vez / no conocen a Dios los ignorantes, / pues su constumbre es el error"; "Dí, Él es Dios único, / Dios eterno, no engendró / ni fue engendrado"; "Dios es el clemente y misericordioso / Dios es el dotado de mejor memoria". La hoja de acero parece añadida con posterioridad y presenta como marca una S dentro de un círculo de puntos.

La espada de Boabdil se conserva en el Museo del Ejército de Madrid, con número de inventario 24902, donada al entonces Museo de Artillería por María del Carmen Pérez de Barradas y Bernuy, marquesa viuda de Villaseca y marquesa de Viana".

NOTA: las imágenes reproducen la espada y un sello postal español inspirado en ella de 1.975.


Gonzalo Antonio Gil del Águila

19 de Septiembre de 2009

DE ILIBERRI A GRANADA SEGÚN GÓMEZ MORENO

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El arqueólogo e historiador granadino Manuel Gómez-Moreno Martínez (1870-1970), hijo del pintor también granadino Manuel Gómez-Moreno González, aportó una interesante explicación acerca de la identificación de la ciudad de Granada y Elvira en la Antigüedad y Edad Media en su artículo “De Iliberri a Granada” aparecido en 1905 el tomo 46 del Boletín de la Real Academia de la Historia. El autor nos dice que “el sitio de Iliberrí es la cuestión de geografía española que ha dado pie á debate más enconado y largo” y nos sintetiza su tesis diciendo que “Granada fué Medina Elbira, y ésta fué Iliberri; la Elvira, distante de Granada unos IO kilómetros hacia oeste, se llamó antes Hádira Elbira y Castilla. Sólo faltaba para ello remover una errata, que ahora salvaremos en definitiva, y llamar la atención sobre las palabras árabes medina y hádira, reputadas virtualmente sinónimas, en equivalencia de capital, lo que es en cierto modo inexacto para ambas, pues hádira no tiene otro significado que residencia, estación fija, lugar de gente sedentaria; y respecto de medina, su valor se circunscribe á ciudad, cuando más á población principal, metrópoli, según dijo Gayangos y Dozy ha probado con ejemplos. Este de medina es título que entraña nobleza histórica, por excelsa fundación ó siglos de esplendor y soberanía, siendo persistente una vez adquirido; mas el de hádira lleva su explicación tan sólo en la inquietud de los árabes, y quiere decir que allí habían plantado sus tiendas con fijeza, que allí reunidas habitaban las gentes sedentarias de una comarca”. Como sustento de su tesis nos recuerda que “Ilíberri ó Eliberrí, el antiguo Municipio Florentino, había sido cabeza en los tiempos godos de una provincia eclesiástica, y acaso también civil, que gozó de esplendor hasta lo último, como prueban monedas acuñadas allí bajo Recaredo, Wittirico, Gundemaro, Sisebuto, Suintila, Chindasvinto, Ervigio, Egica y Wittiza. Al sobrevenir luego el poderío musulmán subsistió el nombre, modificado según el genio de la lengua árabe, en Elbira ó Libira, que se aplicó á la provincia misma llamándola cora de Elbira, y también á la ciudad, que de este modo suena medina Elbira. En creer que ella era la mismísima Iliberrí no debe vacilarse, pero con tal nombre solamente la registran cuatro ó cinco pasajes de cronistas arábigos (…); en los demás, la ciudad de esta provincia se llama Garnata, lo que no es óbice, pues los mismos cronistas, bien advertidos, expresan paladinamente que ambas eran una”.

Gonzalo Antonio Gil del Águila
Granada, 29 de Abril de 2009


TRANVÍAS EN GRANADA (1904-1974)

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Un proyecto de 1882 planeó unir entre sí y con la ciudad los pueblos de la Vega granadina. Años más tarde, las empresas Edmond Fage y Tranvías de Granada y Murcia se hicieron con algunas concesiones, todas ellas posteriormente en manos sólo de Tranvías de Granada y Murcia. En 1901 se iniciaron las obras y se permitió el cambio de la inicialmente autorizada tracción a vapor por la eléctrica. En 1903 asumió la dirección del proyecto Nicolás de Escoriaza y Fabro (1869-1940), un empresario zaragozano cuya familia había participado en los negocios de tranvías y de fabricación de material ferroviario, y poco después bajo su impulso se creó la sociedad Tranvías Eléctricos de Granada (TEG). El 7 de Julio de 1904 se inauguró la primera línea de tranvía entre el Paseo de La Bomba y Plaza Nueva.

La TEG amplío su red hasta 1939: en 1912 se inauguró la línea que salía de Granada atravesando Armilla y Churriana llegando hasta Gabia la Grande; en 1914 las que unían Santa Fe y Maracena, esta última ampliada en 1916 hasta Artafe; en 1918 la línea de Santa Fe se amplió hasta Chauchina y la de Maracena hasta Pinos Puente; en 1922 se hizo lo mismo con la que iba desde Armilla hasta Alhendin, prolongándose a Padúl en 1923 y Dúrcal en 1924 cruzando el popularmente conocido "Puente de Lata" sobre el barranco del río Dúrcal, obra de hierro de casi 200 metros de largo y una altura de más de 50 metros; en 1927 un funicular prolongaría esta última línea permitiendo el enlace de mercancías, que no de pasajeros, hasta Motril, dando lugar a un servicio que se mantuvo hasta 1953. Como curiosidades pueden citarse que la última ampliación de la red se produjo cuando el 9 de Agosto de 1939, pocos días después del comienzo de la Guerra Civil, se inauguró la línea que unía la ciudad de Granada con la localidad de Fuente Vaqueros y que el ramal de acceso a la Alhambra, inaugurado en 1907, requirió la instalación de un sistema de cremallera siendo el único tranvía en España con estas características. Las líneas de la TEG, que alcanzaron cerca de 90 kilómetros de vías férreas, comenzaron a clausurarse en la década de 1960, pasando en 1972 la concesión a la empresa FEVE y clausurándose la última línea en servicio en 1974.

Al tendido férreo descrito hay que sumar los casi 20 kilómetros del tranvía de tracción eléctrica de la concesión explotada por Ferrocarril Eléctrico de Granada a Sierra Nevada, sin duda el más añorado por los granadinos, que saliendo desde la ciudad terminaba en Maitena atravesando bellísimos parajes enlazaba con el Hotel del Duque. Este tranvía fue impulsado por Julio Quesada Cañaveral y Piédrola (1857-1936), Duque de San Pedro de Galatino, Conde de Benalúa y de las Villas y Señor de Láchar, promotor del Hotel Alhambra Palace inaugurado en 1910 por el Rey Alfonso XIII (amigo personal suyo) y del Hotel Sierra Nevada (o del Duque) inaugurado en 1925 disponiendo de la electricidad proveída “San Pedro. Eléctrica del Maitena”, sociedad fundada en 1921 también por el Duque. Esta línea de tranvía, explotada entre 1925 y 1974, es motivo de añoranza por granadinos que no lo conocieron pero consideran parte de una lejana y romántica belleza perdida.

Gonzalo Antonio Gil del Águila

Granada, 25 de Abril de 2009

RÁPIDO PASEO POR EL BARRIO GREÑUDO Y SUS ALREDEDORES

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Ya sé que eso de barrio greñudo, greñúo según el habla más peculiar granadina, no define con exactitud una zona concreta, pero hago aquí referencia al Realejo, el auténtico barrio greñudo, y sus zonas adyacentes, como la parte de Granada que desciende desde la cumbre del denominado desde época musulmana monte Mauror, o del Sol, hasta el curso del río Darro en la zona que hoy es conocida como Carrera de la Virgen, y que viene, a grandes rasgos, a identificarse con la Granada judía. Lo de greñudo, greñúo como he apuntado poco antes, es el mote por el que se conoce a los habitantes del barrio debido los rizos de la Virgen de la Amargura de las Comendadoras de Santiago. Comencemos nuestro breve y por esta razón incompleto itinerario por tan rica zona monumental en el Cuarto Real de Santo Domingo, cuya edificación se hace sobre el antigüo Palacio de la Almanxarra del siglo XIII que servía de alojamiento a los Reyes Nazaríes durante el mes del Ramadán. A escasa distancia, en la Plaza de Santo Domingo nos encontramos con el Convento de Santa Cruz la Real, fundado por los Reyes Católicos y del que actualmente sólo se conserva el Monasterio tras haber desaparecido en el siglo XIX el Claustro y el Noviciado. Contigua al Convento la Iglesia de Santo Domingo, con símbolos imperiales en su fachada comenzada a construir en 1.512 pero de interior barroco. Asido a la Iglesia un callejón abovedado nos conduce por estrechas calles al Monasterio de las Comendadoras de Santiago, donde se encuentra la Virgen de la Amargura, símbolo tradicional del barrio y sus gentes como se ha dicho, que fundado por Isabel la Católica conserva esculturas de Alonso de Mena. Desandando el camino hacia la Iglesia de Santo Domingo, a la que dejamos junto a la escultura de Fray Luis de Granada, y buscando llegar a la antigüa Capitanía, actualmente MADOC y en tiempos un Convento, llegamos a la calle Ancha de Santo Domingo donde está la Casa de los Girones, un palacio del siglo XVI edificado sobre uno anterior de época musulmana. Preguntemos por el Campo del Príncipe y la figura que hay en él del Cristo de los Favores, a la que de manera rendida y fervorosa los greñudos se entregan, veamos en uno de los extremos de esa plaza el antigüo Hospital Militar, edificio del siglo XVI con elementos platerescos; subamos ahora un breve trecho hasta la Iglesia de San Cecilio, de bella portada plateresca en la cual se guarda una imagen de la Virgen de Belén debida a Alonso Mena también del siglo XVI, edificada en el lugar que la tradición señalaba para el culto cristiano de los mozárabes antes de la Reconquista. Continuando la subida, esa zona es hasta el hotel Alhambra Palace la Antequeruela; en ella encontraremos la Casa Museo Manuel de Falla, y algo más arriba, el Auditorio Manuel de Falla, moderna edificación de los años 70 obra del Arquitecto José María García de Paredes que sufrió un aparatoso incendio en el Verano de 1.986. A unos centenares de metros tenemos el Carmen de los Mártires, inicialmente una emita construida tras la Reconquista en recuerdo de los mártires cristianos que padecieron en Granada el cautiverio, que Iglesia y Convento del que San Juan de la Cruz en el siglo XVI fuera prior. Habiendo sido recinto religioso desde mediados del siglo XIX es una villa de estilo neoclásico con magníficos jardines románticos. Abandonando el Carmen de los Mártires bajamos la ligera pendiente que nos lleva al hotel Alhambra Palace, hotel que desde los años 20 del siglo XX sirvió de alojamiento a muchos turistas europeos que venían buscando las pintorescas imágenes de Granada y La Alhambra. Desde la entrada del hotel y en dirección a Torres Bermejas arranca la calle del Niño del Royo en la que se sitúa el Carmen de la Fundación Rodríquez-Acosta, edificio construido poco antes que el hotel que fue estudio de aquél pintor y hoy es Museo. No lejos están las nombradas Torres Bermejas desde las que intuimos a lo lejos entre la espesura del bosque de La Alhambra la Torre de la Vela. Volviendo hacia el Realejo descendemos por calles empedradas hoy casi peatonales encontrando el Convento de Santa Catalina de Siena del siglo XVI. Desde aquí, atravesando la Placeta de Fortuny y la calle Santa Escolástica, bajo cuyos pavimentos hay restos de muralla de época musulmana, llegamos a la plaza del Padre Suárez, adosada a la Casa de los Tiros y frente al MADOC no lejos de una edificación de fachada plateresca en la calle Pavaneras. La Casa del Padre Suárez, lugar de nacimiento del filósofo y teólogo granadino, formó parte de la casa de los Tiros siendo actualmente sede del Archivo de la Chancillería. Una de las calles cercana a la Casa de los Tiros nos permite subir hasta el Lavadero del Sol, lavadero tradicional que debe su nombra a la Puerta del Sol que se abría en el lienzo de la muralla que recorría aquella parte del Cerro del Sol o Mauror.

Gonzalo Antonio Gil del Águila

Granada, 17 de Marzo de 2008