Mostrando entradas con la etiqueta FILOSOFÍA. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta FILOSOFÍA. Mostrar todas las entradas

LAS ARTES LIBERALES

0 comentarios

Es común alterar según conveniencias diversas el significado de las palabras cayendo así en un juego de confusiones que inunda la mente con voces y ecos impidiendo oír el canto de los pájaros. Antonio Machado (1) nos dice: “Desdeño las romanzas de los tenores huecos / y el coro de los grillos que cantan a la luna. / A distinguir me paro las voces de los ecos, / y escucho solamente, entre las voces, una". Sigamos su consejo y oigamos “entre las voces, una” haciendo en consecuencia de la hermenéutica la guía de estas breves líneas. El Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española da como cuarta definición a la entrada “liberal” lo siguiente: “Dicho de un arte o de una profesión: Que ante todo requiere el ejercicio del intelecto”. Y a intelecto lo define como “Entendimiento, potencia cognoscitiva racional del alma humana”. El término arte tal y como se usaba en la Edad Media, momento en que se procedió a la consagración de la expresión Artes Liberales, no tiene el sentido que vulgarmente se le otorga en la actualidad, y por tales Artes se entendía aquel conjunto de disciplinas que sirven para entrenar al hombre libre por oposición a las Artes Mecánicas, Prácticas o Serviles que persiguen capacitar para el desarrollo de los oficios. En otras palabras, las Artes Liberales pretenden capacitar al estudiante no para “ganarse la vida” si no para alcanzar la mezcla de habilidad, maestría y conocimientos que permitían la combinación de Filosofía y Teología en el mundo de la Escolástica.

La formación superior se concretó durante la Edad Media en las Universidades, institución que debe su nombre a la pretensión de universalidad o totalidad antes que a la consecución de una habilidad específica, deduciéndose de ello que la actual nada tiene en común con la medieval. La palabra Universidad parece proceder del latín Universitas, término formado por universus (todo o universal) y unus (uno, lo que no admite división) aunque hay quien quiere encontrar su etimología en la unión de unus y verto (girado o convertido), dándole así el significado de girado o convertido hacia la unidad. El sentido primigenio de Universitas se refería a cualquier asociación destinada a la consecución de una meta común pero en la actualidad define a un sistema educativo. Este nos invita a comprender que la Universitas y las Artes Liberales no requieren un razonamiento meramente lógico logrado a través de la aplicación objetiva de métodos empíricos o racionales si no que debe incluir una referencia metafísica a valores suprasensibles para así lograr la “coniuctio” o íntima unión que viene a ser simbolizada por las Bodas Alquímicas. Que esta posibilidad de entendimiento es algo al alcance de unos pocos lo refleja en nuestra cultura la parábola de la boda (2) cuando nos explica que un hombre, habiendo sido llevado de manera fortuita a una boda, no se encontraba adecuadamente vestido y fue expulsado “porque muchos son llamados y pocos escogidos”.

El concepto medieval de Arte Liberal nació de la Antigüedad Clásica. Varrón, en el siglo I antes de Cristo, fusionó doctrinas pitagóricas y cínicas con el eclecticismo y en su obra “Disciplinae”, de enorme influencia en la Edad Media, apuntó la división de Artes Liberales en un sentido previamente señalado por Quintiliano. En el siglo VI Casiodoro (4) señaló que en la expresión Ars Liberalis el último término no procedía del latín libre sino libro (aunque ambos tengan igual nominativo) declarando así que la libertad no tenía que ver tanto con el estado del hombre como con una formación y estudio que dependen de los libros en contraposición a lo que ocurre con las Artes Serviles, dignificándose igualmente a estas últimas que en el mundo cristiano también eran propias de hombres libres. Alcuino (5), un destacado consejero de Carlomagno, propició la enseñanza de las Artes Liberales y desde entonces se convirtieron en la parte fundamental del currículo universitario. Estas disciplinas se dividen en dos grupos: el Trivium y el Quadrivium. El primero procede de los términos latinos tri, que significa tres o triple, y via, camino. Viniendo a significar tres caminos o confluencia de tres caminos abarca aquellas Artes Liberales que tienen que ver con la Elocuencia y que son Gramática, Retórica y Dialéctica. La expresión latina “Gram. loquitur, Dia. vera docet, Rhet. verba colorat” nos explica el sentido del Trivium: La Gramática habla, la Dialéctica enseña la palabra, la Retórica le da color a las palabras. El otro grupo de disciplinas se conoce como Quadrivium, que significa cuatro caminos o confluencia de cuatro caminos, abarcando las que desde una perspectiva pitagórica gravitan alrededor de las Matemáticas: Aritmética, Geometría, Astronomía y Música. La expresión latina que explica al Quadrivium es “Ar. numerat, Geo ponderat, As. colit astra Mus. Canit” que significa: la Aritmética cuantifica, la Geometría pondera, la Astronomía atiende a las estrellas, la Música canta.

Tengamos presente que Arte, según la primera definición del Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, es "Virtud, disposición y habilidad para hacer algo" indicándose que procede del término latino ars, artis, el cual equivale al griego τέχνη. Y τέχνη está presente en dos conceptos importantes: Hermenéutica (del griego ἑρμηνευτικός) en cuanto implica declarar, anunciar, esclarecer y, por último, traducir; y Arquitectura, que, a través de la forma latina architectūra, reproduce las expresiones griegas «αρχ» (arch), cuyo significado es “quien tiene el mando”, y “τεκτων” (tekton), que significa “constructor o carpintero”. El sentido profundo del Arte aun hoy es parcialmente reconocido por el Diccionario citado cuando en su definición número 9 le define arte como "Lógica, física y metafísica".

Importante es, finalmente, distinguir las Artes Liberales de las llamadas Bellas Artes ya que ambas definiciones obedecen a objetivos distintos. Las Bellas Artes contemplan la faceta estética de seis disciplinas definidas en el mundo clásico al incluir en su definición la Arquitectura, la Escultura, la Pintura, la Música (que incluye el Teatro), la Declamación (entendamos Literatura y Poesía incluidas) y la Danza, habiéndose sumado en la actualidad como séptima a la Cinematografía. Bellas Artes, en suma, que deben ser contempladas como Artes Serviles antes que Liberales aun cuando en determinados momentos se ha querido a través de ellas alcanzar un conocimiento suprasensible. Terminemos estas líneas recordando que las Artes Liberales no suponen a priori, y en cuanto concepto, un beneficio material ni su posibilidad por cuanto persiguen la consecución de una iluminación interior. Quien la alcanza está, como dice Antonio Machado (1) “ligero de equipaje, casi desnudo, como los hijos de la mar."

Gonzalo Antonio Gil del Águila
Granada, 14/02/10

----------

NOTAS:

(1) “Retrato” de Antonio Machado (26 de julio de 1875 - 22 de febrero de 1939)
(2) Evangelio según San Mateo 22:1-14
(3) Marco Terencio Varrón 116 a 27 a.d.n.e.
(4) Casiodoro (480-575) intentó cristianizar las aportaciones de la cultura clásica
(5) Alcuino de York (735-804) tuvo un papel relevante en el renacimiento carolingio
(6) Las Artes Liberales son: la Gramática, (lingua o lengua), la Dialéctica (tropus o figuras), la Retórica (ratio o razón), la Aritmética (numerus o números), la Geometría (angulus o ángulos), la Astronomía (astra o astros) y la Música (tonus o cantos).

“EL CRIMEN FUE EN GRANADA: A FEDERICO GARCÍA LORCA”

0 comentarios
(título de un poema de Antonio Machado)


En Abril de 2.006 se presentó en Fuentevaqueros, y en el contexto de la inauguración que tuvo lugar en su casa natal de la exposición “Federico García Lorca 1.936: Documentos para la Memoria”, la obra de Ian Gibson “Antonio Machado, ligero de equipaje”. En la presentación del libro Gibson dijo que "Federico García Lorca, sin Antonio Machado, no sería el artista que hoy conocemos" y recordó que "el primer encuentro entre Machado y Lorca tuvo lugar en Baeza, cuando Federico era pianista y no había dado aún el salto hacia la poesía". Gibson opina que el encuentro entre ambos poetas fue importante para que Federico se dedicara a la poesía y relata que Machado no pudo asistir al estreno de “Bodas de Sangre” aunque sí lo hizo a su cuarto día de representación saliendo de la misma tan conmovido que remitió una carta invitándole a seguir escribiendo de esa manera. Al parecer, esa demostración de afecto era algo inaudito en Machado al que define como “un hombre tímido, retraído, que no tenía mucha relación con los poetas de la generación de Lorca, y que sin embargo le escribió esa carta”. Señala Gibson que Machado tuvo una difícil vida amorosa y que por esa época estaba enamorado de Pilar de Valderrama, siendo aquella una relación imposible y trágica, por lo que la visión de Bodas de Sangre le permitiría sentirse identificado con la obra. Recuerda Gibson que Machado se sintió traumatizado cuando a los 4 años abandonó Sevilla y una “compañera” cuyo nombre no ha trascendido, trauma que revivió al morir su joven esposa Leonor. En el libro citado, Gibson escribe que Pilar de Valderrama, a la que Machado llama “Guiomar” en sus poemas de amor, “es una mujer con muchos problemas, aterrada por el cuerpo y el sexo, ultracatólica, casada con un donjuán, que busca la gran ternura que aprecia en la poesía de Machado. Es una mujer confusa, que sufre, que no es demasiado valiente y que no tiene la culpa de ser Pilar de Valderrama". Ella, nacida en Madrid en 1.892, falleció en 1.979 y su propia obra poética ha quedado eclipsada por las amorosas “Canciones de Guiomar” que Machado le dedicara. Una vez muerto Machado se encontró en su bolsillo una última frase: “estos días azules y este sol de la infancia”, posibles recuerdos de quien quizás se sintiera reflejado en el olmo del Duero “viejo”, “hendido por el rayo / y en su mitad podrido”, árbol que “no será, cual los álamos cantores / que guardan el camino y la ribera, / habitado de pardos ruiseñores” a pesar de lo cual su corazón esperaba “también hacia la luz y hacia la vida, / otro milagro de la primavera”, a modo de comienzo de una nueva vida.

Antonio Machado, cuyo nombre completo es Antonio Cipriano José María y Francisco de Santa Ana Machado Ruiz, nacido en Sevilla en 1.875 y muerto en el exilio en la localidad de Collioure, Francia, el 22 de Febrero de 1.939, poeta español y tardío miembro de la Generación del 98 cuyas primeros pasos se iniciaron en la senda del Modernismo, escribió el poema titulado “El crimen fue en Granada: a Federico García Lorca”. Machado, hablando de su amigo, nos dice que “se le vio, caminando entre fusiles, / por una calle larga, / salir al campo frío, / aún con estrellas, de la madrugada. / Mataron a Federico / cuando la luz asomaba. / El pelotón de verdugos / no osó mirarle la cara. / Todos cerraron los ojos; / rezaron: ¡ni Dios te salva! / Muerto cayó Federico. / -sangre en la frente y plomo en las entrañas-”. Así se evoca la muerte del poeta fusilado en la madrugada del 19 de Agosto de 1.936, cuyo cadáver y el de otros tres ejecutados junto a él yacen en una fosa común: los banderilleros cenetistas Joaquín Arcollas Cabezas y Francisco Galadí Melgar y el maestro de escuela del pueblo de Pulianas Dióscoro Galindo González. En el lugar en que se considera que fueron enterrados se quiso, no hace mucho, construir un campo de fútbol y no muy lejos hay un restaurante llamado la Ruta de Lorca en el que se sirven platos a los que se dan nombres tales como lorquianitos, brocheta lorquiana o la ensalada Doña Rosita.

A Federico la sublevación le sorprende recién regresado a Granada y alojado en la Huerta de San Vicente alrededor de la cual en la actualidad existe el “Parque Federico García Lorca”. A los pocos días del Alzamiento y de improviso un grupo de sublevados acude a la huerta buscando a un hermano de Gabriel, el casero. Al no encontrarle agreden a Gabriel y maltratan e insultan a Federico. Tras el altercado este decide pedir la ayuda de Luis Rosales, miembro de una destacada familia falangista de Granada, poeta y docente universitario. Acogido en la céntrica casa familiar de los Rosales, en calle Angulo, vive oculto hasta el 16 de Agosto, día en que es detenido y coincide el fusilamiento de su cuñado Manuel, que había sido alcalde de Granada. Las circunstancias y motivos de la detención y muerte del poeta son objeto de una controversia no resuelta todavía pero es evidente que causó sorpresa encontrar a Federico escondido en la casa de la familia Rosales. Parece que Federico estuvo detenido hasta el 18 de Agosto de 1.936 porque Angelina Cordobilla, la niñera de los sobrinos de Federico, le llevó ese día y el anterior a su lugar de detención la comida y el tabaco que el 19 no les pudo entregar porque se le respondió que el poeta ya no estaba. Igualmente parece que alrededor de las dos de la madrugada de ese día 19 el cura de Víznar, que se encontraba dispuesto para asistir en confesión a los que iban a ser fusilados, se retiró al comunicársele que esa noche no habría más ejecuciones. No obstante, sobre las cuatro de la madrugada se mató a Federico y a las tres personas más ya citadas. Luis Rosales (1.910-1.992), poeta y ensayista español perteneciente a la denominada Generación del 36 y de la que en cierto modo fue su cabeza visible, ha sido objeto de los ataques de quienes sospechan su participación en la muerte de Federico. En contra de esas suposiciones se argumenta que, en su afán por ayudarle tras la detención, Luis estuvo a punto de perder su propia vida siendo salvado gracias a la intervención del falangista Narciso Perales que intercedió a su favor y pagó una importante multa.

La idea central del poema “El crimen fue en Granada”, la muerte de Federico, no escapa a la poética recreación de quien no podía saber si los ejecutores cerraron los ojos o rezaron, cosa que no se supo entonces ni se sabe ahora, insistiendo “que fue en Granada el crimen / sabed -¡pobre Granada!-, en su Granada”; recreación que representa al poeta esperando la inminente muerte con un diálogo simbólico en medio del que “se le vio caminar solo con Ella, / sin miedo a su guadaña. / Ya el sol en torre y torre; los martillos / en yunque - yunque y yunque de las fraguas”. Ese yunque repetido tres veces, onomatopeya del continuo golpear del martillo sobre él, representa la capacidad humana para hacer cosas pequeñas que permitan cambiar al mundo. Y en el poema “hablaba Federico, / requebrando a la muerte”. Y Ella, la muerte, escuchaba a quien iba a morir decirle: “porque ayer en mi verso, compañera, / sonaba el golpe de tus secas palmas”, probablemente ese golpe que al igual que sucede con el yunque y el martillo moldea la obra final, prosiguiendo el discurso puesto en boca de Federico: “y diste el hielo a mi cantar, y el filo / a mi tragedia de tu hoz de plata, / te cantaré la carne que no tienes, / los ojos que te faltan, / tus cabellos que el viento sacudía, / los rojos labios donde te besaban… / Hoy como ayer, gitana, muerte mía, / qué bien contigo a solas, / por estos aires de Granada, ¡mi Granada!”.

¿Qué quiere decir Machado con lo de requebrar la muerte? ¿Significaba volver a quebrar en piezas más menudas lo que estaba ya quebrado? Parece que no es el significado buscado. ¿Acaso lo sea lisonjear a una mujer alabando sus atractivos? Ya se ha referido antes en el poema a la muerte como una figura femenina caminando junto al poeta fusilado. Si consideramos que Machado y Lorca podían tener una espiritualidad profunda y libre (y no olvidemos que fueron masones o personas cercanas a la masonería), este poema, con sus símbolos como estrellas, torres, largo camino, martillo, fraguas y otros más, se nos puede presentar como una obra dedicada a un amigo y a alguien que puede sentir esa espiritualidad, alcanzándose con esta visión una clave para hacer una lectura no habitual.

El Machado que escribió sobre la "España de charanga y pandereta" lo hizo también sobre "la España del cincel y de la maza" y elogió a Francisco Giner de los Ríos, reputado masón, diciéndole: "Y hacia otra luz más pura / partió el hermano de la luz del alba, / del sol de los talleres, / el viejo alegre de la vida santa". De José Ortega y Gasset, igualmente cercano a la masonería o masón, dice: "A ti laurel y yedra, / corónente, dilecto / de Sofía, arquitecto. / Cincel, martillo, piedra / y masones te sirvan". En plena Guerra Civil, el 1 de Mayo de 1.937 y en medio de un discurso dirigido a las Juventudes Socialistas Unificadas, Machado afirma: "Yo no soy marxista, no lo he sido nunca" y existen indicios para pensar que o bien ingresó en la Logia Mantuana de Madrid o se mantuvo muy cerca de ella. Muestra de la vinculación masónica de Machado es el poema titulado “Al maestro que se va”: “Como se fue el maestro / la luz de esta mañana / me dijo: van tres días / que mi hermano ....no trabaja. / ¿Murió?... Sólo sabemos / que se nos fue por una senda clara, / diciéndonos: Hacedme / un duelo de labores y esperanzas. / Sed buenos y nada más, sed lo que he sido / entre vosotros: alma. / Vivid, la vida sigue, / los muertos mueren y las sombras pasan, / llevan quien deja y viva el que ha vivido. / ¡Yunques, sonad! ¡Enmudeced, campanas! / y hacia otra luz más pura / partió el hermano de la luz del alba, / del sol de los talleres, / El viejo alegre de la vida santa. / ¡oh sí! llevad, amigos, / su cuerpo a la montaña, / a los azules montes / del ancho Guadarrama. / Allí hay barrancos hondos / de pinos verdes donde el viento canta. / su corazón reposa / bajo una encinta casta, / En tierra de tomillos, donde juegan / mariposas doradas... / allí el maestro un día / soñaba un nuevo florecer de España”.

Es cierto que la vinculación masónica de Machado ha sido negada y en parte esta teoría se fundamenta en que el Director General de Servicios Documentales de Salamanca firmó con fecha de 18 de Diciembre de 1.957 un escrito que dice lo siguiente: “Excmo. Señor: / Consecuente a su atento escrito del Negociado Segundo y Antecedentes núm. 15817, de fecha 11 del actual, relativo a ANTONIO MACHADO RUIZ, tengo el honor de participar a V. E. que, hasta la fecha, no han aparecido antecedentes masónicos del citado individuo. / Dios guarde a V. E. muchos años.". Quienes niegan la tesis masónica de Machado igualmente pueden acudir a que este nunca fue depurado a pesar de que se le incoó un expediente al amparo de la Ley de Responsabilidades Políticas y que la Comisión Superior Dictaminadora de Expedientes de Depuración informó por medio de escrito de fecha 7 de Julio de 1.941 favorablemente sobre la propuesta de separación definitiva del servicio y baja en el escalafón de Catedráticos de Institutos de Enseñanza Media de quien había fallecido en 1.939. Y a pesar de que a finales de 1.981 el Ministerio de Educación y Ciencia publica una Orden "por la que se rehabilita a D. Antonio Machado Ruiz como Catedrático de Instituto" nunca antes había sido inhabilitado.

Ahondando en la filiación masónica de Antonio Machado debemos recordar que su abuelo, Antonio Machado Núñez, quien fuera rector de la Universidad de Sevilla y Gobernador Civil con la I República, perteneció a la sociedad masónica Unión Ibérica. Y más aun Antonio Machado Álvarez, padre de nuestro escritor, conocido flamencólogo bajo el apelativo de Demófilo, que en griego significa amigo del pueblo y a quien nuestro poeta Machado llama luz de Sevilla, también fue masón. Todo esto permite pensar que Machado, quizás como lovetón o hijo de masón presentado por el padre ante la Logia, hubiera vivido y conocido desde temprana edad esa hermandad.

Antonio, que ideológicamente diverge de su hermano mayor que él un año, Manuel, nos deja un claro ejemplo de su religiosidad cuando a la saeta popular (“¿Quién me presta una escalera, / para subir al madero, / para quitarle los clavos / a Jesús el Nazareno?”) contrapone en la suya: “Oh, no eres tú mi cantar! / ¡No puedo cantar ni quiero / a ese Jesús del madero, / sino al que anduvo en el mar!”. De esta manera Antonio rechaza lo esencial del Catolicismo convencional, esto es, la idea del Sacrificio de la Cruz así como la religiosidad popular. Y recordemos ahora los versos leídos respecto a la muerte del maestro: “¡Yunques, sonad! ¡Enmudeced, campanas!”. Se trata de los yunques del taller frente a las campanas de las iglesias.

De Federico no consta una vinculación tan evidente pero sí que bajo el nombre simbólico de Homero se pudo unir a la Masonería; que estuvo muy vinculado con el masón Francisco Giner de los Ríos (1.839 - 1.915), discípulo de Julián Sanz del Río y fundador y Director de la Institución Libre de Enseñanza; que tras la guerra se incoó contra Federico un expediente de depuración como masón y que en su obra aparecen símbolos que se pueden considerar masónicos como la acacia, el yunque y los metales. Así, al comienzo de la Escena IV de Mariana Pineda en voz baja esta dice: “Y me quedo sola mientras / que bajo la acacia en flor / del jardín mi muerte acecha”; en el poema Acacia leemos: “¿Quién segó el tallo / de la luna? / (Nos dejó raíces de agua.) / ¡Qué fácil nos sería cortar / las flores de la eterna acacia!”; en La Veleta yacente: "Lírica flor de torre / y luna de los vientos, / abandona el estambre de la cruz / y dispersa sus pétalos, / para caer sobre las losas frías / comida por la oruga / de los ecos. / Yaces bajo una acacia. / ¡Memento! / No podías latir / porque eras de hierro..." Y memento, en cuanto expresión, implica recordar pero también es cada una de las dos partes del canon de la misa en que se hace conmemoración de los fieles vivos y de los difuntos. La Acacia, palabra que procede del griego Akakia por lo que puede significar también inocencia y pureza, representa tradicionalmente la elegancia y la amistad. Si es blanca o rosada se asocia además a la constancia y si es amarilla al amor secreto. Pero en la masonería la acacia es un símbolo de la resurrección e inmortalidad del alma y Federico la asocia en su obra a la idea de la muerte. Esta vinculación podría no ser fruto de la casualidad porque se ofrece de manera metódica y constante una significación ajena a la sensibilidad popular que manifiesta en sus creaciones.

Y volviendo a la fragua y yunque que aparecen en los versos dedicados por Machado a la muerte de Federico ¿serán los mismos que se citan en el “Romance de la luna" de este último? En este se ha querido ver la muerte personificada por la Luna presentada como una mujer de aspecto macabro con “sus senos de duro estaño” pero contradictoriamente “lúbrica y pura” y se lee que "la luna vino a la fragua", fragua en la cual "el niño la está mirando" y le dice "huye luna, luna, luna. / Si vinieran los gitanos, / harían con tu corazón / collares y anillos blancos"; a lo que ella responde: "Niño déjame que baile. / Cuando vengan los gitanos, / te encontrarán sobre el yunque / con los ojillos cerrados". Al final "por el cielo va la luna / con el niño de la mano" mientras que "dentro de la fragua lloran, / dando gritos, los gitanos. / El aire la vela, vela. / el aire la está velando". ¿Lloran los gitanos la muerte del niño o es acaso un símbolo de que el trabajo en la fragua ha sido terminado? “La vela, vela”. Y vela es tanto una peregrinación, especialmente a un santuario, como la acción de velar, la cual puede significar tantas cosas como hacer centinela o guardia por la noche, asistir de noche a un enfermo, pasar la noche al cuidado de un difunto, observar atentamente algo, estar sin dormir el tiempo destinado de ordinario para el sueño, continuar trabajando después de la jornada ordinaria, cuidar solícitamente de algo o asistir por horas o turnos delante del Santísimo Sacramento. Y, en cuanto a significados, fragua, procedente del latín fabrĭca, significa tanto el fogón en que se caldean los metales para forjarlos como el taller donde está instalado este fogón, lo que nos pone en relación con la alquímica transmutación de los metales que al fin y al cabo no es más que una tarea de perfeccionamiento interior. La Luna, relacionada con lo anímico e inconsciente, es asociada por los alquimistas a la plata... El rito de iniciación en la masonería, que es una muerte simbólica, se asocia al aire, y el aire es símbolo del misterio, de lo oculto y secreto asociado a los ángeles, las alas, aves y el vuelo representando al mundo intermedio entre la Tierra, en la que estaba la fragua, y el Cielo, al que vuelve la Luna del poema. ¿Podría reflejar el poema, oculto tras símbolos populares, la iniciación de un neófito al mundo de los misterios? ¿No puede verse en la figura de los gitanos el símbolo del trabajo con los metales? A lo largo de la obra de Federico, y asociados a la muerte, los metales se caracterizan por su dureza y frialdad y se encuentran ligados a los conflictos y azares de los gitanos y a menudo se transponen la piel cobriza con el bronce y el cobre... La fragua, el agua y el sueño los recoge Machado en “Proverbios y cantares” cuando nos dice entre otras cosas: “todo hombre tiene dos / batallas que pelear. / En sueños lucha con Dios; / y despierto, con el mar”; “soñé a Dios como una fragua / de fuego que ablanda el hierro”; “Yo amo a Jesús que nos dijo: / Cielo y Tierra pasarán. / Cuando Cielo y Tierra pasen, / mi palabra quedará. / ¿Cuál fue, Jesús, tu palabra? / ¿Amor? ¿Perdón? ¿Caridad? / Todas tus palabras fueron / una palabra: Velad / Como no sabéis la hora / en que os han de despertar, / os despertarán dormidos / si no veláis; despertad”. Y este velar, ¿no será como el que acabamos de ver en Lorca para la Luna? Machado prosigue en “Proverbios y cantares”: “Morir... ¿Caer como gota / de mar en el mar inmenso?”.

En “El crimen fue en Granada” a Federico “se le vio caminar” y Machado pide “Labrad, amigos, / de piedra y sueño, en el Alhambra, / un túmulo al poeta, / sobre una fuente donde llore el agua, / y eternamente diga: / el crimen fue en Granada, ¡en su Granada!”; y el romance popular dice: “Entre Víznar y Alfacar / mataron a un ruiseñor / porque quería cantar”.

Federico muere y siguiendo el discurso machadiano algo queda detrás suya porque “todo pasa y todo queda, / pero lo nuestro es pasar, / pasar haciendo caminos, / caminos sobre el mar”, ese mar que siendo agua está en íntima unión con la que bulle de las fuentes de la Granada antigua como representación del cauce de vida que quizás acoja el alma del poeta que caminando hacia la muerte deja sus estelas en el mar de la noche que vivió.

Después de todo, el llanto y las fuentes de Granada quizás sean los ríos de Manrique cuando nos recuerda que “nuestras vidas son los ríos que van a dar a la mar que es el morir”, pero el llanto y las fuentes de Machado también aparecen en otro poema suyo titulado “Anoche cuando dormía” en el que encontró dentro de su corazón un fontana cuya agua procedía de la “acequia escondida” que es el "manantial de nueva vida / de donde nunca bebí?”, al tiempo “que un ardiente sol lucía / dentro de mi corazón. / Era ardiente porque daba / calores de rojo hogar, / y era sol porque alumbraba / y porque hacía llorar”. Y todo esto era debido a que “anoche cuando dormía / soñé, ¡bendita ilusión!, / que era Dios lo que tenía / dentro de mi corazón”. El agua y Dios, en el corazón, para quien habla de hacer caminos en el mar, el lugar al que llegan todos los ríos… Machado dice de Dios en “Parábolas” que “no es el mar, está en el mar”, que es “como luna en el agua, o aparece / como una blanca vela” y nos explica que “yo he de hacerte, mi Dios, cual tú me hiciste, / y para darte el alma que me diste / en mí te he de crear. Que el puro río / de caridad que fluye eternamente, / fluya en mi corazón. ¡Seca, Dios mío, / de una fe sin amor la turbia fuente!”.

Cuando Machado pide refiriéndose a Federico: “Labrad, amigos, / de piedra y sueño, en el Alhambra, / un túmulo al poeta, / sobre una fuente donde llore el agua, / y eternamente diga: / el crimen fue en Granada, ¡en su Granada!”, ¿a qué amigos y a qué fuente se refiere? Quizás sean sólo un recurso estilístico sin mayor conexión con los símbolos presentes en otros textos pero podría ser interesante investigar las posibles conexiones espirituales e intelectuales que unían a parte de las minorías cultas de aquella época.

Gonzalo Antonio Gil del Águila

Granada, 19 de Abril de 2008.



Texto completo de EL CRIMEN FUE EN GRANADA: A FEDERICO GARCÍA LORCA de ANTONIO MACHADO

1. El crimen

Se le vio, caminando entre fusiles,
por una calle larga,
salir al campo frío,
aún con estrellas de la madrugada.
Mataron a Federico
cuando la luz asomaba.
El pelotón de verdugos
no osó mirarle la cara.
Todos cerraron los ojos;
rezaron: ¡ni Dios te salva!
Muerto cayó Federico
—sangre en la frente y plomo en las entrañas—
... Que fue en Granada el crimen
sabed —¡pobre Granada!—, en su Granada.

2. El poeta y la muerte

Se le vio caminar solo con Ella,
sin miedo a su guadaña.
—Ya el sol en torre y torre, los martillos
en yunque— yunque y yunque de las fraguas.
Hablaba Federico,
requebrando a la muerte. Ella escuchaba.
«Porque ayer en mi verso, compañera,
sonaba el golpe de tus secas palmas,
y diste el hielo a mi cantar, y el filo
a mi tragedia de tu hoz de plata,
te cantaré la carne que no tienes,
los ojos que te faltan,
tus cabellos que el viento sacudía,
los rojos labios donde te besaban...
Hoy como ayer, gitana, muerte mía,
qué bien contigo a solas,
por estos aires de Granada, ¡mi Granada!»

3.

Se le vio caminar...
Labrad, amigos,
de piedra y sueño en el Alhambra,
un túmulo al poeta,
sobre una fuente donde llore el agua,
y eternamente diga:
el crimen fue en Granada, ¡en su Granada!

SOBRE EL CONCEPTO DE INICIACIÓN

2 comentarios

Lo esencial del sistema iniciático es similar entre las diversas organizaciones esotéricas y tradicionales así como la división en varios grados. Ejemplos de iniciación los encontramos entre las tribus primitivas con ocasión del fin de un período y el comienzo de otro tal como el paso de la niñez, en la ceremonia judía de Bar Mitzvahy o la Primera Comunión católica. Antiguamente, el neófito que aspiraba a formar parte del culto mitraico, en palabras de Christian Jacq en su obra "La Masonería. Historia e iniciación" estaba “completamente desnudo, tenía los ojos vendados y las manos atadas, como se ve en el mithraeum de Capua. En el momento principal de la ceremonia, el postulante se tiende en el suelo para simbolizar un cadáver; antes, había sido empujado por la espalda pero un adepto le había impedido caer brutalmente al suelo. El neófito ocupa, pues, el lugar del iniciado asesinado por la incomprensión de los hombres; el papel de la comunidad es resucitarle y hacer revivir el espíritu en cada nuevo adepto. Se mostraba, incluso, al postulante, una espada empapada en sangre; era la que se había utilizado en el asesinato del Maestro, la que se utilizaría para castigar al perjuro.”. El profano admitido al culto mitraico se comprometía: “Juro con toda certeza y toda buena fe conservar el secreto de los misterios. Que la fidelidad a mi juramento me sea benéfica pero que la indiscreción me sea maléfica”. En el Cristianismo el sacramento del bautismo y el posterior de la confirmación tienen un valor iniciático al igual que lo tenían en la religión mitraica; en la entrada a los mitreos o templos mitraicos había una pila con agua bendita en la que los fieles mojaban la mano para llevarla a la frente y entrar purificados; entre los seguidores de Mitra se celebraba un ágape en el que se bendecían el pan y el vino o agua, alimentos que posteriormente se repartían entre los asistentes como si fueran, simbólicamente, carne y sangre de Mitra.

La tradición hindú denomina chakras a los vórtices energéticos localizados simbólicamente a lo largo de la columna vertebral que se activan conforme el individuo se desarrolla siendo cada uno de ellos un receptor distinto que permite alcanzar un nuevo estado de conciencia. La disposición a lo largo de la columna vertebral reflejando un eje ascendente indica la idea de ascenso gradual y escalonado desde el fondo telúrico hasta los espacios más elevados en un proceso alquímico de purificación y transmutación de las energías inferiores en superiores porque en el caos están presentes en potencia las virtudes superiores que serán desarrolladas gracias al arte de la transmutación. Esta comienza cuando se recibe la luz de la inteligencia al modo del “fiat lux” ("hágase la luz") que iluminó las tinieblas primigenias y se reproduce en la ceremonia de iniciación emanando la luz del verbo divino que da lugar al orden cósmico impulsada por el "motor inmóvil" aristotélico o Gran Arquitecto masónico. Pero la iniciación no es un fenómeno puntual y momentáneo sino un proceso que a lo sumo se puede provocar. Ello es así porque no se trata de una experiencia sacramental o mágica sino de un proceso de aprendizaje. La iniciación es una forma de esclarecimiento que permite al iniciado acceder a una experiencia de autoconstrucción personal y social expresada bajo el adagio de "lo que tú haces, te hace".
El acrónimo alquímico V.I.T.R.I.O.L. refiere a la expresión latina ”Visita Interiora Terras Rectificatur Invenies Ocultum Lapidum”, que traducida viene a decir "Visita el Interior de la Tierra (es decir, de tí mismo) y Rectificando encontrarás la Piedra Oculta". Piedra oculta que se relaciona con el “lapsit exillis” de que nos habla Von Schenbach (1170-1220) y que quizás pueda traducirse por “piedra de los sabios”(2) relacionada con la milagrosa naturaleza del Grial y que hemos de asociar a las palabras del Tao-te-King "es el vacío del centro lo que hace útil a la rueda" (3). Un centro de la Tierra que vive en el silencio expresado en el Libro de los Salmos "Yo me dije: vigilaré mis caminos para no pecar con mi lengua. He puesto una guardia a mi boca" (Salmo 39:2-3) porque al menos hasta el apogeo del monaquismo cristiano en Occidente el silencio ha sido considerado imprescindible para alcanzar la perfección, prudencia y justicia. Ello es así porque el silencio es un don de los sabios que permite encontrar dentro de nosotros mismos la esencia que previamente hemos ignorado. No otro es el sentido del Zazén o meditación en silencio del Zen, sistema surgido dentro del budismo mahayana debiendo recordarse que en el budismo mahayana se busca no sólo el despertar a la iluminación sino el hacerlo en beneficio de los demás. Tan claro es ello que la raíz griega “mu”, de la cual procede "místico", tiene el significado de mudo o silencioso y que Tao-sheng (360-434) dijo "usad las palabras para explicar pensamientos, pero el silencio cuando los pensamientos se hayan absorbido”.

La iniciación implica un primer paso en el camino de la realización y abandono de la ignorancia e incluso las convicciones dogmáticas a favor de una experiencia directa. Esta idea, desde una perspectiva gnóstica, queda expresada en palabras del hispano musulmán Ibn ‘Arabi (1165-1240), la figura más influyente del misticismo musulmán: "Si un gnóstico lo es realmente no puede permanecer atado a ninguna forma de creencia". Ello se debe a que este conocimiento intuitivo o gnosis (4) se alcanza por la identidad entre el que conoce y lo conocido. Se trata de volver a sumergirse (como en el bautismo) en la naturaleza esencial porque, repitiendo a Ibn Arabi, "no se puede unir lo que por naturaleza siempre ha sido uno”. Este sentido de la experiencia gnóstica, que a menudo se buscó en la antigüedad mitraica, pagana, romana e incluso cristiana inicial, en oscuras cuevas que apuntaban al centro más profundo de la Tierra, implica un camino de comprensión e iluminación interiores bajo la máxima del “nosce te ipsum” (conócete a ti mismo), la inscripción hecha por los siete sabios de Grecia en el frontispicio del templo de Delfos, punto de arranque de la filosofía occidental. Sócrates (470 a. C. - 399 a. C.) concluye que “sólo sé que nada sé”; en el Cantar de los Cantares (1,8) leemos “si tú no te conoces, seguirás el camino del rebaño”; en el Deuteronomio (15,9) “estate atento a ti mismo”; San Agustín (354-430), refiriéndose a Dios, dice “noverim te, noverim me” (“conocerte y conocerme”); Erasmo de Rotterdam (1466-1539) señala que la filosofía lleva a la humildad de reconocer saber que nada se sabe. Esta ignorancia reconocida en quien busca con humildad comprende en palabras de Ibn´Arabi que “antes de que el mundo existiera, viña, racimo o uva, / nuestra alma estaba embriagada de vino inmortal”, porque la gnosis implica la posibilidad de comprender la unidad para poder llegar a comprender la esencia de las cosas. En el Evangelio gnóstico de Tomás (50: 12-13), encontrado en Haj' Hammadi, Jesús dice: “"Yo no soy vuestro maestro. Porque han bebido y se han embriagado de la corriente de la que me he apartado (…) aquel que beba de mi boca se volverá lo que Yo Soy: Yo mismo me convertiré en él, y las cosas que están ocultas le serán reveladas". Albert Pike (1809 - 1891) militar, escritor, abogado y masón estadounidense nos dice que "La Gnosis es la esencia de la Masonería” y que "es la religión universal, eterna e inmutable, tal como la plantó Dios en el corazón de la humanidad universal” además de que "en todo tiempo, la verdad ha sido ocultada bajo símbolos, y a menudo bajo una sucesión de alegorías, donde velo tras velo tuvo que ser penetrado antes de alcanzar la verdadera Luz, y quedara revelada la verdad esencial". Por su parte, San Juan alude a la Luz Divina que las tinieblas no han extinguido (Juan, 1:5) y en San Pablo se encuentran doctrinas comunes al Cristianismo primitivo y a la Gnosis cuando apela a "la Sabiduría de Dios (…), sabiduría recóndita, la cual predestinó y preparó Dios antes de los siglos para gloria nuestra, sabiduría que ninguno de los príncipes de este siglo ha entendido" (I-Corintios, 2: 7-8). El simbolismo del Cristo (y digo “del Cristo”, no “de Cristo”) es común en otras religiones anteriores a la Cristiana: en los persas es Ormuz; en el Mazdeísmo es Ahura Mazda; entre los indostanes es Krishna; en la antigua China es Fu-Hi; entre los antiguos germanos es Edda que toma el nombre de Balder; entre los aztecas es Quetzalcóatl; en la antigua Grecia es Zeus; en el antiguo Egipto es Osiris; y en la Europa pagana es Mitra.

Para René Guenon (1886-1951) la iniciación propiamente dicha consiste esencialmente en la transmisión de una influencia espiritual que sólo puede hacerse a través de una organización tradicional que a su juicio Occidente sólo mantiene a través de la Masonería y el Compañerazgo. El iniciado recibe una influencia espiritual cuyo origen no es humano porque el individuo que inicia es sólo un eslabón de una cadena cuyo origen está más allá de la humanidad. Dicha influencia espiritual no es mágica en tanto en cuanto, como señala Guénon, la iniciación tiene lugar en un nivel superior al de la magia porque esta última se desenvuelve en otro animal o psíquico. Para Guénon la religión asegura la salvación eterna por lo que mantiene a sus creyentes en un estado individual humano. Por el contrario, la iniciación permite alcanzar la realización o identidad suprema con el absoluto inconmensurable superando el estado individual y alcanzado estados superiores. La Masonería busca desbastar y perfeccionar la "piedra bruta", símbolo del Aprendiz, para ser capaz de conseguir la piedra "cúbica" del Compañero y, posteriormente, la "piedra cúbica en punta" del Maestro, siendo largo el camino que va desde la piedra bruta a la pulida que se coloca en el más bello arco de una Catedral. La Luz que entra por las vidrieras, identificada tradicionalmente con el espíritu y la sabiduría, se encuentra en todos los rituales de iniciación como antítesis de la oscuridad. Manly P. Hall (1901-1990), en “Las llaves perdidas de la masonería” dice que "La orden masónica no es una mera organización social, sino que está compuesta por todos los que se han agrupado para aprender y aplicar los principios del misticismo y los ritos ocultistas" así como que "son necesarias cualidades espirituales antes de que los verdaderos secretos masónicos puedan ser entendidos por los hermanos mismos". Oswald Wirth (1860-1943), masón, rosacruz y teósofo, en "El libro del aprendiz" nos dice que "al iniciaros en sus Misterios, la Francmasonería ha querido hacer de vosotros hombres escogidos, sabios o pensadores, elevándoos sobre la masa de los seres que en nada piensan. / No pensar es consentir en ser dominado, conducido, dirigido y tratado comúnmente como una bestia de carga. / Es por sus facultades intelectuales que el hombre se distingue del bruto. El pensamiento lo vuelve libre y le da el imperio del mundo. / Pensar es reinar. / Pero el Pensador ha sido siempre una excepción". En otro momento explica que “La iniciación enseña el Arte de Pensar, o sea el Arte Supremo, el Arte Real, el Gran Arte por excelencia” y “El iniciado debe esforzarse en pensar de una manera superior y, para lograrlo, debe romper toda comunicación con los pensamientos de orden inferior". En otra obra suya, “El Ideal Iniciático”, nos explica que la iniciación es activa porque “nos hace copartícipes en una obra, la Obra por excelencia, la Magna Obra de los hermetistas. La iniciación no se busca para saber, sino para obrar, para aprender a trabajar. Según el lenguaje simbólico empleado por cada escuela de iniciación, el trabajo tiene por objeto la transmutación del plomo en oro (Alquimia) o la construcción del Templo de la Concordia Universal (Francmasonería)”.

Arthur Zajonc en su obra de mediados de la década de 1990 “Atrapando la luz” nos cuenta que "en gran medida conocemos el mundo por intermedio de la vista. Naturalmente, Platón utilizaba la visión como metáfora de todo el conocimiento, denominando ´ojo del alma´ u ´ojo de la mente´ al órgano de percepción de la psique. Nuestra palabra ´teoría´ deriva del vocablo griego theoria, que significa ´contemplar´. Saber es haber visto, no pasiva si no activamente". Y nos comenta que según refiere Sochpenhauer éste discutía con Goethe acerca del fenómeno de la luz argumentando que era un fenómeno subjetivo. Goethe respondió diciendo que la luz no existe en la medida en que se ve si no que, refiriéndose a Schopenhauer, "¡tú no existirías si la luz no te viera!". Es decir, la luz "creó" (entendamos que originó la necesidad de crear) el ojo para ver la luz y si la luz no nos hubiera visto no tendríamos ojos y no podríamos verla. Lucas (11:33-36) expresa: “Nadie enciende una lámpara para luego ponerla en un lugar escondido o cubrirla con un cajón, sino para ponerla en una repisa, a fin de que los que entren tengan luz. Tus ojos son la lámpara de tu cuerpo. Si tu visión es clara, todo tu ser disfrutará de la luz; pero si está nublada, todo tu ser estará en la oscuridad. Asegúrate de que la luz que crees tener no sea oscuridad. Por tanto, si todo tu ser disfruta de la luz, sin que ninguna parte quede en la oscuridad, estarás completamente iluminado, como cuando una lámpara te alumbra con su luz”.

Gonzalo Antonio Gil del Águila
10/05/09

(1) Según el Diccionario de la Real Academia, el término iniciación, que procede del latín initiatĭo, -ōnis), significa la “acción y efecto de iniciar o iniciarse”, definiendo iniciar, igualmente procedente del latín initiāre, como “1. tr. comenzar (‖ dar principio a algo)... 2. tr. Introducir o instruir a alguien en la práctica de un culto o en las reglas de una sociedad, especialmente si se considera secreta o misteriosa… 3. tr. Proporcionar a alguien los primeros conocimientos o experiencias sobre algo… 4. prnl. Dar comienzo…”. La idea de iniciación está indisolublemente vinculada a la del aprendiz, término definido por el mismo diccionario como “1. m. y f. Persona que aprende algún arte u oficio. 2. m. y f. Persona que, a efectos laborales, se halla en el primer grado de una profesión manual, antes de pasar a oficial”.

(2) aunque hay quien opina que su significado también pudiera ser el de “piedra del exilio”, “piedra que se encuentra lejos de casa” o incluso, si la expresión originaria fuese “lapis lapsus ex illis stellis”, “piedra que vino de las estrellas”

(3) Vitriolo, que nuestro Diccionario define como procedente del latín vitreŏlus, dim. de vitrum, vidrio, como “ácido sulfúrico”

EL ARCO, EUGEN HERRIGUEL Y EL MAESTRO ARQUERO

0 comentarios
El Zen enseña que la iluminación se manifiesta en actividades que nos pueden resultar cotidianas o repetitivas como servir el té, arreglar flores, practicar artes marciales, pintar, diseñar jardines o practicar caligrafía. Por su parte, la maestría sólo se alcanza cuando consigue trascenderse el arte y convertirlo transformándose así en un "arte sin arte" que brota de lo más profundo del artista. Este valor fue explicado en Occidente por Eugen Herrigel (1.884-1.955), quien al regresar a Alemania escribió en 1.929 un relato titulado “Zen en el arte del tiro con arco” que cuenta su aprendizaje de casi 6 años en Japón con una Maestro arquero. Definió la práctica del tiro con arco como un ritual religioso de movimientos espontáneos libres de esfuerzo y carentes de propósito desarrollados con una fuerza no esforzada que consigue liberar la cuerda del arco sin intención haciendo que arco, flecha, objetivo y arquero se fundan. La esencia de este aprendizaje es, aun cuando nos puede resultar extraño, no pensar en lo que debe hacerse ni reflexionar en cómo hacerlo porque el tiro sólo se produce suavemente y con maestría cuando coge al arquero por sorpresa. Esto se explica porque el verdadero arte carece de propósito o fin determinado. Según palabras del Maestro arquero: "cuanto más obstinadamente trate de aprender a disparar la flecha para acertar el blanco, menos logrará lo primero y más se alejará de lo segundo. Lo que se interpone en su camino es el hecho de que usted posee una voluntad demasiado terca. Usted piensa que lo que no hace por sí mismo simplemente no sucede". Para esto hay que "aprender a esperar como es debido" (…) "dejándose ir, dejando atrás a usted mismo y todo lo suyo en forma tan decisiva que sólo quede de su persona una tensión sin objeto". Esto se logra en un estado "en el que no se piensa" en el que la "mente, inteligencia o espíritu está presente en todas partes pues no está arraigada en lugar alguno en especial y puede permanecer siempre presente". Es "de la plenitud de esta presencia del espíritu" que el artista, "libre de todo apego debe extraer su propio arte".

Tras años de entrenamiento Eugen Herrigel pregunta: "¿Soy yo quién tiende el arco o es el arco el que me tiende en el estado de mayor tensión? ¿Soy yo quién da en el blanco o el blanco el que da en mi?”, alcanzado en este momento la iluminación que la hace comprender la esencia del tiro con arco. La plenitud en la arquería y "en la pintura tradicional japonesa sólo puede lograrse cuando la mano, dueña ya de su técnica, ejecuta lo que ´ronda´ ante el ojo del pensamiento en el mismo instante que el pensamiento comienza a concebirlo, sin que medie entre ellos el grosor de un cabello. La pintura se convierte entonces en una caligrafía".

Gonzalo Antonio Gil del Águila
8 de Marzo de 2009

EL FIN DE LA HISTORIA Y LA CONFRONTACIÓN CULTURAL

2 comentarios
A finales de los años 80 una serie de acontecimientos como la caída del Muro de Berlín, el colapso del comunismo con lo que esto implicaba de recuerdo de la caída de los fascismos también totalitarismos y la instauración de un nuevo orden mundial centrado en Occidente parecían abrir el camino hacia un progreso continuo basado en el capitalismo y la democracia. Francis Fukuyama, autor de “El fin de la Historia y el último hombre” (“The End of History and the Last Man”, 1.992), libro que desarrolla su artículo de 1.989 "¿El Fin de la Historia?", defiende la tesis según la cual la Historia, en cuanto lucha de ideologías, ha concluido con la instauración de un mundo fundamentado en la democracia liberal tras el fin de la Guerra Fría en el cual tiene cada vez mayor preponderancia la economía y se establece un sistema de “pensamiento único” o “globalizador”. En sus palabras “el fin de la historia significaría el fin de las guerras y las revoluciones sangrientas, los hombres satisfacen sus necesidades a través de la actividad económica sin tener que arriesgar sus vidas en ese tipo de batallas”. Tras el 11-S argumentó en un artículo titulado “La historia va a nuestra manera” que el nuevo escenario internacional no restaba valor a sus tesis porque "la democracia y los mercados libres seguirán expandiéndose como principios dominantes de la organización en gran parte del mundo" planteando que “siempre he creído que la modernidad tiene una base cultural. La democracia liberal y el libre mercado no funcionan en todo momento y lugar. Funcionan mejor en sociedades con ciertos valores cuyos orígenes pueden no ser totalmente racionales. No es un accidente que la democracia liberal moderna surgiera primero en el Occidente cristiano, puesto que la universalidad de los derechos democráticos muchas veces se puede percibir como una forma secular de universalidad cristiana”.


En un artículo publicado en 2.006 en el periódico El País, Francis Fukuyama dice que la expresión “el fin de la historia” no es originalmente suya sino que proviniendo de Hegel la popularizó Karl Marx. “Hegel fue el primer filósofo historicista que entendió la historia humana como un proceso coherente y evolutivo. Hegel veía esa evolución como el desarrollo progresivo de la razón humana, que acabaría llevando a la expansión de la libertad en el mundo. Marx planteaba una teoría con un fundamento más económico, que veía cómo cambiaban los medios de producción a medida que las sociedades dejaban de ser prehumanas y se transformaban en cazadoras-recolectoras, agricultoras y luego industriales; por tanto, el fin de la historia era una teoría de la modernización que formulaba la pregunta de dónde desembocaría finalmente el proceso de la modernización. / Muchos intelectuales progresistas del período transcurrido entre la publicación del Manifiesto comunista de Marx y Friedrich Engels en 1848 y las postrimerías del siglo XX creían que llegaría un final de la historia, y que el proceso histórico concluiría en una utopía comunista. Esa afirmación no era mía, sino de Karl Marx. La sencilla reflexión con la que yo comenzaba era que, en 1989, no parecía que eso fuera a ocurrir. En la medida en que el proceso histórico humano estaba abocado a algo, no tendía hacia el comunismo, sino a lo que los marxistas denominaban la democracia burguesa. / Numerosos observadores me han comparado con mi antiguo profesor Samuel Huntington, que expuso una visión muy distinta del desarrollo mundial en su libro El choque de civilizaciones y la reconfiguración del orden mundial. En ciertos aspectos, creo que se puede exagerar el grado en que diferimos en cuanto a nuestra interpretación del mundo. Por ejemplo, coincido con él en su idea de que la cultura sigue siendo un elemento componente innegable de las sociedades humanas, y que no se puede comprender el desarrollo y la política sin una referencia a los valores culturales. / Pero existe un aspecto fundamental que nos diferencia. Se trata de la cuestión sobre si los valores y las instituciones desarrollados durante la Ilustración occidental son universales en potencia (como creían Hegel y Marx) o si están limitados a un horizonte cultural (lo cual coincide con las ideas de filósofos posteriores como Friedrich Nietzsche o Martin Heidegger). Sin duda, Huntington considera que no son universales. Aduce que las instituciones políticas con las que estamos familiarizados en Occidente son el producto secundario de un cierto tipo de cultura cristiana de la Europa Occidental, y que nunca echará raíces fuera de los confines de esa cultura. / Así que la pregunta fundamental que se debe responder es si los valores y las instituciones occidentales tienen una importancia universal o representan el éxito temporal de una cultura actualmente hegemónica. / (…) De los muchos desafíos para el escenario evolutivo optimista planteado en El fin de la historia, comprendidos adecuadamente, hay cuatro que considero los más graves. El primero guarda relación con el islam como un obstáculo para la democracia; el segundo tiene que ver con el problema de la democracia en un plano internacional; el tercero hace referencia a la autonomía de la política, y el último atañe a las consecuencias imprevistas de la tecnología”. Desarrollando esta última preocupación sobre las consecuencias imprevistas de la tecnología, en 2.002, en la obra "Nuestro futuro poshumano" (“Our Posthuman Future: Consequences of the Biotechnology Revolution”), Fukuyama trata las formas en que la biotecnología puede modificar la esencia humana argumentando que "es fundamental para nuestras nociones de justicia, moral y calidad de vida" porque al socavar la dignidad humana nos encontramos ante "el reinicio de la Historia".

Los acontecimientos de los últimos años, especialmente tras los atentados del 11-S, han provocado nuevos planteamientos como los de George Will en el sentido de que la historia vuelve de sus “vacaciones". Este autor conservador habla el final de “las vacaciones que Estados Unidos se ha tomado del curso de la Historia” porque el impacto de la realidad perjudica la idea de la tolerancia al tiempo que Fareed Zakaria, un hindú emigrado a Estados Unidos en 1.982, dice haber llegado "el fin del fin de la historia". En su libro “El futuro de la Libertad” (“The Future of Freedom”, 2.003) Zakaria plantea que la cultura liberal es requisito para que funcione la democracia a largo plazo y que la cultura liberal forjada durante el primer siglo y medio de los Estados Unidos prácticamente desapareció en el siglo XX haciendo que sus instituciones hayan tenido una transformación tan profunda que alarmaría al historiador Alexis de Tocqueville y a los Padres de la Patria estadunidense. El mismo año 2.003 en que Fareed Zakaria publica este libro un artículo suyo aparecido en “Newsweek” antes de la guerra de Irak dice “que la era actual puede tener realmente sólo un nombre, el mundo unipolar; una época con sólo una potencia global. La posición de Estados Unidos hoy no tiene precedente. (…) El dominio estadounidense no es simplemente militar. La economía del país es tan grande como las de Japón, Alemania y Gran Bretaña juntas” y Estados Unidos “es económicamente más dinámico, demográficamente más juvenil y culturalmente más flexible que cualquier otra parte del mundo”. Frente a esta realidad, señala, lo que preocupa al resto del mundo “es vivir en un mundo definido y dominado por un país: Estados Unidos”. Cinco años después, en Mayo de 2.008 y pocos días antes de escribirse este artículo, se publica en Estados Unidos el nuevo libro de Fareed Zakaria “The Post-American World”, del que no me consta traducción al castellano pero que en su literalidad debería ser titulado ”El mundo post-americano”. El él nos cuenta su autor que aun cuando Estados Unidos sigue siendo la gran potencia política y militar “en cualquiera otra dimensión - industrial, financiera, educacional, social, cultural - la distribución de poder está cambiando, alejándose del dominio estadounidense”. Señala que la aparición de nuevos mercados y el crecimiento económico hacen al mundo cada vez más descentralizado e interconectado dando lugar “a un mundo post estadounidense definido y dirigido desde muchos lugares y por muchas personas”. Plantea que “si el sistema económico es la fortaleza principal de Estados Unidos, su sistema político es su mayor debilidad” e invita al Estado más poderoso del mundo a adaptarse a la realidad de un mundo cambiante por medio de una expresión típicamente estadounidense: “wake up and smell the coffee”, literalmente “despierta y huele el café”, algo así como las expresiones usadas en España de “despabílate” o “despierta”.

Samuel Philips Huntington, Profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Harvard nacido en 1.927, planteó en la revista estadounidense “Foreign Affairs” la tesis del “Choque de Civilizaciones” en un artículo titulado de igual nombre pero con interrogación (“The Clash of Civilizations?”, 1993) que posteriormente desarrolló en su libro “El choque de civilizaciones y la reconfiguración del orden mundial” (“The clash of civilitzations and the remarking of world order”, 1.996). Esta idea de “Choque de Civilizaciones” ya había sido adelantada por Arnold Joseph Tonybee (1.889 - 1.975) historiador británico que considera las civilizaciones como el resultado de la respuesta que un grupo humano ofrece a los desafíos que experimenta. Su principal obra es “Un estudio de la Historia” (“A Study of History”, doce volúmenes publicados entre los años 1.934 y 1.961). Según Tonybee una civilización fracasa al no poder hacer frente a los desafíos que debe asumir y, acogiendo la posibilidad de superación, plantea que Occidente pueda sustraerse a la decadencia general de las civilizaciones negando el determinismo de historiadores como Oswald Spengler (1.880 – 1.936). Spengler en su ensayo “La decadencia de Occidente”, cuyo primer volumen aparece en 1.918 y el segundo en 1.923, plantea que las civilizaciones siguen un modelo cíclico que recoge diversas etapas: la Apolínea o Clásica, la Mágica, propia del mundo islámico, la Fáustica u Occidental, y la de Decadencia. Spengler, estudió a Heráclito (544 a. C. - 484 a. C.), aquel que fue conocido como ”el Oscuro de Éfeso” por su forma de expresión lapidaria y enigmática y que fundamentó su filosofía en la idea del flujo universal de los seres afirmando que el devenir está animado por el conflicto al decir que "La guerra ("pólemos") es el padre de todas las cosas". Las frases de Heráclito recuerdan a Parménides (510 a. C. - 450 a. C.) cuando este último nos dice "preciso es saber que la guerra es común (…) y que todo acontece por la contienda y la necesidad”. La idea de choque forma parte de la comprensión dialéctica de la historia desde tiempos antiguos y aunque en su concepto moderno ha sido popularizado por Spengler, Tonybee lo matiza restringiendo la noción de lo que será definido como "choque de civilizaciones" al ámbito geopolítico y considerándolo un "contacto espacial entre civilizaciones" en términos de desafío y respuesta hasta que una de ellas termina derrotada. Esta idea de choque no podemos menos que relacionarla con la noción de decadencia de las culturas presentada por Spengler y que hemos comentado unas líneas antes, concepto este de decadencia que igualmente no es algo totalmente novedoso en la obra de Spengler ya que siendo apreciado desde la Antigüedad el primer título emblemático en este sentido es la “Historia de la decadencia y caída del Imperio romano” (“The History of the Decline and Fall of the Roman Empire, publicada entre 1.776 y 1.788) obra de Edward Gibbon (1.737-1.794)

Huntington, en su artículo de 1.993, plantea que “los estados-nación seguirán siendo los actores más poderosos del panorama internacional, pero los principales conflictos de la política global ocurrirán entre naciones y grupos de naciones pertenecientes a diferentes civilizaciones. El choque de civilizaciones dominará la política global. Las fallas entre las civilizaciones serán los frentes de batalla del futuro”. Según Huntington las civilizaciones se fundamentan en concepciones religiosas y son 1.- la Cristiandad occidental extendida por Europa y Norteamérica planteando que se dilucidará en el futuro la inclusión en esta civilización de 2.- el mundo iberoamericano (Sudamérica, Centroamérica y gran parte del Caribe) y 3.- los antiguos miembros de la Unión Soviética que pertenecen al mundo ortodoxo de Europa oriental y Rusia. 4.- La cuarta civilización de que nos habla es el mundo musulmán del Oriente Medio, el Maghreb, Afganistán, Pakistán, Malasia e Indonesia. 5.- La quinta es la judía, tanto en Israel como en la diáspora. 6.- La sexta es la hindú. 7.- La séptima la civilización sínica (o china) de China, Vietnam, Singapur, Taiwán y la diáspora china en Asia, el Pacífico y Occidente. 8.- La octava el África negra, ahora llamada sub-sahariana. 9.- La novena el budismo de Birmania, Bután, Camboya, Laos, el norte de la India, Mongolia, Nepal, Tailandia y el Tibet. 10.- Y la décima el Japón.

Aunque la expresión “Choque de Civilizaciones” se adjudica a Hutington parece que en realidad se debe al artículo publicado en 1.990 por Bernard Lewis con el título “Las raíces de la rabia musulmana” (“The Roots of Muslim Rage“) cuando trataba los motivos de enfrentamiento entre el mundo occidental y el islámico. Lewis, profesor de Historia islámica británico nacido en 1.916, plantea en su artículo que el Islam, habiéndose quedado anclado en el pasado, rechaza todo lo positivo del mundo moderno lleno de rabia contra Occidente. Según Lewis “en el Islam la lucha entre el bien y el mal muy pronto adquirió dimensiones políticas e incluso militares. (…) Mahoma no fue solo profeta y maestro, como los fundadores de otras religiones (…) su lucha incluía a un Estado y las fuerzas armadas. Si los combatientes de la guerra por el Islam, la guerra santa ‘en la senda de Dios’, luchan por Dios, se deduce que sus adversarios luchan contra Dios. (…) Dado que Dios es el soberano, el jefe supremo del Estado Islámico, entonces Dios, como soberano, está al frente del ejército. El deber de los soldados de Dios es enviar lo más pronto posible a los enemigos de Dios al lugar donde Dios los castigará, es decir: al otro mundo”. Lewis dice que “la causa más frecuentemente aducida para el sentimiento antiamericano entre los musulmanes es el apoyo norteamericano a Israel. (…) pero en los primeros años de la fundación de Israel, Estados Unidos mantuvo una cierta distancia, mientras que la Unión Soviética le reconoció de jure inmediatamente y le envió armas desde un país satélite (…). En 1956 fue Estados Unidos el que intervino enérgica y decididamente para lograr la retirada de israelíes, británicos y franceses de Egipto, y sin embargo, en los años cincuenta y sesenta los gobernantes de Egipto, Siria e Iraq y otros estados se dirigieron a los soviéticos y no a América por armas; luego formaron grupos de solidaridad con los soviéticos en las Naciones Unidas y en el mundo en general (….). Si la hostilidad va dirigida contra el imperialismo (…) ¿por qué debería incluir a Estados Unidos que aparte de un breve interludio en la zona de minoría musulmana de Filipinas, nunca ha gobernado a ninguna población musulmana?”.

Hay quien pretende vincular las teorías de Huntington y Lewis con determinados planteamientos de racistas o supremacistas como el historiador estadounidense Lothrop Stoddard (1.883 - 1.950), autor de “Pleamar de color contra la supremacía mundial blanca” (“Rising Tide of Color Against White World Supremacy”, 1920) o "La rebeldía contra la civilización" (1.926) y el también estadounidense Abogado Madison Grant (1.865 - 1.937), conservacionista e higienista racial famoso en esta segunda faceta gracias a su popular libro “La caída de la Gran Raza” (“The Passing of the Great Race”, 1.916) considerado uno de los más influyentes trabajos sobre el racismo científico y el higienismo racial. Igualmente hay quien apunta como antecedente los comentarios y observaciones hechos, entre otros, en la obra del británico Evelyn Baring, Conde de Cromer, (1.841 – 1.917), político y diplomático que junto a Lawrence de Arabia ha sido considerado el británico del que mejor recuerdo guardan los egipcios. Desde 1.883 hasta 1.907 fue el representante de la Corona británica en Egipto. En su libro “Modern Egypt”, 1.908, critica la sociedad musulmana de Egipto y dice, refiriéndose a los poderes del Jedive (Virrey) Ismail Pashá que: “El jefe del Estado dispone de una autoridad sin límites. Dispone de las vidas y las propiedades de sus súbditos. Constituye el único y final tribunal de apelación en todos los asuntos, grandes o pequeños”.

Se suele admitir que Huntington considera los conflictos entre civilizaciones inevitables debido a sus distintos sistemas de valores recordando que la democracia sólo ha prosperado en países de civilización cristiana y que tras la Guerra Fría los conflictos mundiales han sucedido en los límites de las civilizaciones mientras que son escasos los conflictos en el interior de ellas siendo ejemplos de esto las guerras de Chechenia, las que desintegraron Yugoslavia y las que han enfrentado India y Pakistán. Por el contrario se presenta como antítesis de la teoría de Huntington la “Alianza de Civilizaciones” propuesta por el Presidente del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero el 21 de Septiembre de 2.004 durante la celebración de la cincuenta y nueve Asamblea General de la ONU. En contra de lo que se ha criticado a Huntington este podría no proclamar la inevitabilidad del conflicto al sostener que “los choques de civilizaciones son la mayor amenaza para la paz mundial” y que “un orden internacional basado en las civilizaciones es la garantía más segura contra una guerra mundial” con lo que podría estar preconizando la necesidad de buscar una fórmula de colaboración. La “Alianza de Civilizaciones” plantea, en palabras de Zapatero ante la ONU, que "habrá de formarse a partir del estudio por parte de un grupo de alto nivel" que tiene “como objetivo fundamental profundizar en la relación política, cultural, educativa, entre lo que representa el llamado mundo occidental y en este momento histórico el ámbito de países árabes y musulmanes". Respecto al terrorismo dijo que “no tiene justificación como la peste, pero como ocurre con la peste se puede y se deben conocer sus raíces, se puede y se debe pensar racionalmente cómo se produce, cómo crece, para combatirlo racionalmente" para continuar diciendo que "el terrorismo necesita un combate a través de unas determinadas pautas. Es no sólo más adecuado desde el punto de vista del orden internacional, sino que también es más eficaz". Se ha querido ver en la propuesta de Zapatero la recuperación de la que años antes se atribuyó ante la ONU al Presidente de la República Islámica de Irán Muhammad Jatami (nacido en 1.943 y Presidente de Irán 1.997 y 2.005) de "Diálogo entre civilizaciones"; pero ya en 2.001 la UNESCO había celebrado en Vilnius, Lituania, una conferencia internacional sobre el diálogo entre civilizaciones durante los días 23 y 26 de Abril y se acepta que ya se habían planteado varias iniciativas similares. A pesar de que la propuesta de Zapatero tuvo buena acogida en la siguiente decimoséptima Cumbre de los Estados Árabes celebrada en Marzo de 2.005 en Argel no la ha tenido en las sociedades musulmanas aun cuando al menos formalmente se ha llegado a proponer respecto a Oriente Medio y por círculos gubernativos musulmanes como alternativa al sistema de democratización planteado por Estados Unidos como “Gran Oriente Medio”, abreviado GOM, (Greater Middle East ) promovido por el Presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado de Estados Unidos, el republicano Richard D. Lugar.

Obligado resulta señalar lo probablemente poco acertado que puede resultar el término “Alianza de Civilizaciones” (y también “Choque de Civilizaciones” en la traducción hecha de “The Clash of Civilizations?”) en castellano toda vez que, como recoge el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, “civilización” es tanto el “estadio cultural propio de las sociedades humanas más avanzadas por el nivel de su ciencia, artes, ideas y costumbres” como la “acción y efecto de civilizar” por lo que quizás hubiera resultado más adecuado hablar de “Alianza de Culturas” toda vez que el Diccionario define cultura como el “conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social, etc” y “culto religioso”, señalando que la cultura popular es el “conjunto de las manifestaciones en que se expresa la vida tradicional de un pueblo”. La confusión de los términos arranca en castellano del latín, lengua en que la palabra cultura originariamente se relacionaba con el cultivo del campo y el culto a los dioses viniendo a adquirir el concepto de cultura en un sentido cercano al que hoy tenemos. Los romanos hablaban de cultivo del espíritu como “cultura animi” llamando “civilis” a la persona sociable y “civilitas” a la cualidad de sociabilidad. La palabra civilización parece haber sido usada por vez primera bajo la forma francesa “civilisation” por parte del Conde de Mirabeau, padre del político de igual apellido, en su obra “El amigo de los hombres, tratado sobre la población” (“L’ami des hommes ou traité de la population”, 1.756), viniendo a significar algo así como “acivilar” o “hacer civil” y pasando a las otras lenguas europeas con una complicación en la lengua alemana que distinguió entre kultur, cultura, y zivilisation, civilización. En el siglo XIX la palabra civilización se usó por las potencias coloniales para distinguirse a sí mismas de los pueblos objeto de colonización a los que se equiparaba con bárbaros y provocando la reacción que refleja la carta del libanés Farajalá Haik al decir: “habéis despertado en nosotros necesidades que no podéis satisfacer y nos habéis creado problemas que no podéis solucionar cuando lo único que queríamos era vivir en paz con dignidad”. La UNESCO en la Declaración de Vilnus creyó oportuno decir que “las civilizaciones son entidades de fe, de memoria histórica, de imaginación moral y de relación humana. Engloban a culturas históricamente únicas y se afirman como formas irreemplazables de creatividad humana y como las sensibilidades intelectuales y morales de grupos humanos extensos”. Puede que esta no sea la definición más correcta para el ámbito de lengua castellana y que resulte precisa una acción que, superando las incongruencias del lenguaje políticamente correcto, aporte definiciones más precisas. Curioso igualmente es recordar el antecedente propuesto por el diálogo interconfesional iniciado desde 1.965 con el Concilio Vaticano II y recogido en la Encíclica “Nostra Aetate” de lo que, por equiparación de religiones con culturas (según las anotaciones que he hecho) o civilizaciones (según los expresiones que considero posiblemente erróneas) puede considerarse un antecedente de la propuesta conocida como “Alianza de Civilizaciones”.

En el antes citado artículo de Francis Fukuyama “La historia va a nuestra manera” nos dice que “la cuestión central planteada por Huntington reside en si las instituciones de la modernidad, como la democracia liberal y el libre mercado, sólo funcionarán en Occidente o si poseen un atractivo más amplio que les permita progresar en las sociedades no occidentales. Yo creo que sí. La prueba podemos encontrarla en el progreso que la democracia y el libre mercado han experimentado en regiones como el este de Asia, Iberoamérica, la Europa ortodoxa, el sur de Asia e incluso África. La prueba también podemos verla en los millones de inmigrantes del Tercer Mundo que cada año votan con su propia movilidad por vivir en sociedades occidentales y asimilar eventualmente los valores occidentales. El flujo de personas desplazándose en dirección opuesta convierte en insignificante, por comparación, al número de los que quieren hacer saltar por los aires todo lo que puedan de Occidente”.

Gonzalo Antonio Gil del Águila

Granada, 1 de Junio de 2.008