Te veo como el aire de la mañana,
fresca, y dulce como el sueño,
que llega como una manzana
a la tierra de la que nace.
Y quisiera dormir un rato
para soñar antes que despierte
que esta noche no termina
y que la duermo contigo.
Te veo dulce y frágil
como una flor de la mañana
doblada por el rocío.
fresca, y dulce como el sueño,
que llega como una manzana
a la tierra de la que nace.
Y quisiera dormir un rato
para soñar antes que despierte
que esta noche no termina
y que la duermo contigo.
Te veo dulce y frágil
como una flor de la mañana
doblada por el rocío.
Pero también fuerte y libre
como las cumbres que brillan
más allá de las nubes.
Gonzalo Antonio Gil del Águila
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