El término Kosovo parece proceder del de origen eslavo kos que significa mirlo como se confirma con que el lugar de la batalla de 1389 frente a los turcos, Kosovo Polje, se llame en alemán Amselfeld o Campo del mirlo. Por albano-kosovares denominamos los residentes en Kosovo de origen albanés y religión musulmana anteriormente a su independencia. Considerados descendientes de los ilirios se convirtieron al islam durante el dominio turco abandonando el cristianismo ortodoxo constituyendo, por oposición a los serbios, el sustrato del nuevo estado kosovar declarado independiente en 2008. Los serbios, que al contrario que los kosovares no abandonaron la religión cristiana ortodoxa, ven Kosovo como la cuna de su cultura y el año 1389, el de su derrota frente a los turcos en la batalla de Kosovo Polje, el comienzo de una época de sometimiento que acabó con la independencia conseguida en 1170 del Imperio bizantino. Durante la dominación turca los serbios fueron desplazados de Kosovo a favor de los albaneses.
En 1912, durante la Primera Guerra Balcánica, Serbia aliada a Montenegro, Grecia y Bulgaria consigue su independencia y el territorio de Kosovo. En 1918, tras la Primera Guerra Mundial, Kosovo pasa a formar parte del Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos, denominado desde 1929 Yugoslavia. En 1945, poco antes de terminar la Segunda Guerra Mundial, varios miles de combatientes albano-kosovares se enfrentaron al Ejército yugoslavo por el control de Kosovo. En vísperas de la Segunda Guerra Mundial algo menos de la mitad de los habitantes de Kosovo era serbia pero 50 años después este porcentaje se redujo a menos del 10%. Los kosovares hablan una lengua indoeuropea que nada tiene que ver con la eslava de los serbios. Tras la Segunda Guerra Mundial, la Yugoslavia comunista del Mariscal Tito, quien encarnó la resistencia frente a Alemania, divide su territorio entre siete Repúblicas: Eslovenia, Croacia, Bosnia-Herzegovina, Montenegro, Macedonia y Serbia. Kosovo, cuya extensión es inferior a 11000 kilómetros cuadrados, no fue una República de Yugoslavia y su territorio se encontraba dentro de la de Serbia.
En 1974 un nueva Constitución reconoce a Kosovo como provincia dentro de la república de Serbia y se crean escuelas que imparten las clases en albanés con observación de las fiestas islámicas. En 1980, muerto Tito, los albano-kosovares pidieron constituir la séptima república del Estado federal yugoslavo provocando el malestar y oposición de los serbios. Las reiteradas denuncias de estos de la creciente hostilidad de la mayoría albano-kosovar es el motivo argumentado por Slobodan Milosevic en 1989 para retirar la autonomía de Kosovo. En 1990, durante el proceso de desintegración del Estado yugoslavo, Kosovo declaró una independencia que sólo fue reconocida por Albania. Y el Ejército de Liberación de Kosovo (UCK) inició una lucha armada en la que fue derrotado.
En 1998 diversos medios de comunicación se hicieron eco de una denuncia de la Liga Democrática de Kosovo en la que se informaba del sitio serbio a varios pueblos así como de enfrentamientos armados. El 30 de enero de 1999 la OTAN apremió a Yugoslavia a firmar un acuerdo de paz con la advertencia de que de no hacerlo iniciaría bombardeos aéreos. Ante la negativa yugoslava la OTAN, sin la aprobación de la ONU, inició un ataque aéreo el 24 de marzo que se prolongó hasta el 10 de junio de 1999. Durante los bombardeos los serbios residentes en Kosovo fueron atacados por albano-kosovares mientras que albano-kosovares residentes en territorio yugoslavo lo eran por los serbios. El conflicto terminó con la firma del acuerdo Kumanovo en virtud del cual el territorio de Kosovo quedó bajo la administración de la ONU. Tras esto, el Ejército de Liberación de Kosovo (UCK) expulsó a los serbios y un grupo rebelde bajo la misma denominación inició acciones armadas en Macedonia, territorio con un 30% de población albanesa. El 4 de febrero de 2003 los Gobiernos de Serbia y Montenegro asumieron la continuidad de la ya extinta Yugoslavia federal, aunque de facto son Estados independientes. El 17 de febrero de 2008, Kosovo, apoyado por Estados Unidos y parte de la Unión Europea, proclamó su independencia. Varios Estados, entre ellos Serbia, Rusia y España no la han reconocido. Actualmente viven en Kosovo algo más de dos millones de personas.
Gonzalo Antonio Gil del Águila
julio 2009
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