EL TRASLADO DE MEDINA ELVIRA A ILÍBERIS SEGÚN LAS MEMORIAS DE ABD ALLAH

“Sabedores los Ziríes de que el enemigo reclutada tropas y las concentraba para venir a atacarlos, reunieron a los habitantes de Elvira y les dijeron "nosotros no hemos venido para ser causa de la ruina de vuestra tierra, ni nos hemos instalado en ella por la fuerza. Si vinimos fue por vuestra libre elección. Ahora se encaminan estas bandas a atacarnos. Si estamos seguros de vuestra lealtad os defenderemos, pero si no ha de ser así, avisádnoslo y nos iremos de aquí en los mejores términos, ya que no han de faltarnos bienes que conquistar con nuestras espadas". Los habitantes de Elvira les respondieron: "manteneos en vuestro propósito de combatir al enemigo, defendiéndoos y defendiéndonos porque nosotros somos vuestros súbditos obedientes y nos fiamos de vuestras cortantes espadas". Entonces Zawi Ibn Ziri les añadió: "Si tal es vuestra opinión, lo mejor que podemos hacer es abandonar esta ciudad y elegir para instalarnos, cerca de ella, un lugar mejor fortificado en el que podamos refugiarnos con nuestras familias y nuestros bienes porque la guerra tiene muchas alternativas y se puede vencer o ser vencido y ser tenido, en este caso, por incapaz. El mismo Profeta -¡Dios lo salve!-, cuando los politeístas reclutaron tropas para atacar a Medina, ordenó cavar un foso en torno a la ciudad y prescribió la resistencia enérgica. Y si procedió así, estando asistido por la revelación, ¿qué no debemos hacer nosotros? Dijeron más los Sinhaya a los habitantes de Elvira "estamos dispuestos a no imponeros estos tribunos que soléis pagarnos tan puntualmente, con tal que gastéis ese dinero en lo que os concierne, es decir, fortificando vuestra ciudad y reclutando entre vosotros milicias de infantes, sostenidas a vuestra costa, y que os servirán como auxiliares en materia de vigilancia, espionaje y otras análogas. Reclutad, pues, a cuantos sepáis que pueden hacer servicio armado o bien construid una muralla pues, si no lo hacéis, siempre habrá una brecha por la cual pueda entraros la desgracia". Los habitantes de Elvira oyeron con agrado estas palabras que aumentaron a sus ojos el prestigio de los Ziríes y, por unánime decisión, se resolvieron a escoger para su nueva instalación una altura que dominase el territorio y una posición estratégica de cierta elevación en la que construir sus casas y a la que trasladarse todos, hasta el último; posición de la que harían su capital y en cuyo interés demolerían la mencionada ciudad de Elvira. Y contemplaron una hermosa llanura llena de arroyos y de arboledas que, como todo el terreno circundante, está regada por el río Genil, que baja de Sierra Nevada (Yabal Sulayr). Contemplaron así mismo el monte en el que hoy se asienta la ciudad de Granada y comprendieron que era el centro de toda la comarca ya que tenía delante la Vega, a ambos lados los términos de Al-Zawiya y detrás el distrito del Monte. El lugar les encantó porque vieron que reunía todas las ventajas y se dieron cuenta que estaba en el punto central de una región muy rica y en medio de sus focos de población y de que, si un enemigo venía a atacarlo no podría ponerle sitio ni impedir en modo alguno que sus habitantes se aprovisionasen dentro y fuera de todos los víveres necesarios. En consecuencia, y en tanto Elvira quedaba arruinada, comenzaron a edificar en aquel sitio, y cada uno de los hombres del grupo, lo mismo andaluz que bereber, procedió a levantar allí su casa”.

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