El abogado, escritor y dibujante británico Richard Ford (1796-1858) realizó en el siglo XIX una extraordinaria promoción de la imagen romántica española y sobre todo andaluza en Europa gracias a sus libros y pinturas, contribuyendo a la creación de unos tópicos que aun siendo en parte equivocados todavía se mantienen y sirven de reclamo y estímulo a visitantes y turistas. LLegó a España en 1.830 con la intención de fortalecer y mejorar con el clima español la mala salud de su esposa. La permanencia del matrimonio y sus tres hijos en España se prolongó tres años y la familia residió entre Sevilla y Granada, en Sevilla los inviernos y en Granada los veranos. Durante las estancias en Granada la familia se alojó en el Generalife, lo que sin duda motivó a Richard Ford para construir a su regreso al Reino Unido una casa en de clara inspiración hispanomusulmana.
Enamorado de España, Richard Ford recorrió el país vistiendo el traje de majo, en contacto con las clases populares y en compañía de arrieros, esa profesión ya desaparecida que usa del mulo como animal de carga. Curioso es destacar lo que dice respecto de que “la mula representa en España el mismo papel que el camello en Oriente y tiene su moral (junto a su acomodación al país) algo de común con el carácter de sus dueños: es voluntariosa y terca como ellos, tienen la misma resignación para la carga y sufre con el mismo estoicismo el trabajo, la fatiga y las privaciones”; opinión que recoge su voluminosa obra “Manual para viajeros por España y lectores en casa” (“A Handbook for travellers in Spain”) que editada por primera vez en 1.845 contiene más de mil páginas con textos y dibujos del propio autor. Este libro nació tiempo después de haber abandonado España y tras haber publicado en la prensa británica artículos sobre temas españoles. En 1.840 uno acerca de los toros interesó a Murray, un editor que publicaba guías turísticas sobre países de Europa. El “Manual para viajeros por España y lectores en casa” fue un gran éxito del que George Borrow, otro conocido viajero británico, dijo que era “uno de los mejores libros que nunca fueron escritos sobre España”. Al año siguiente, 1.846, Richard Ford publicó “Cosas de España” (Gathering from Spain) y en 1.852 “Las corridas de toros” (The Spanish bull fights).
Hablando de La Alhambra dice que "pocos granadinos van nunca a visitarla ni comprenden siquiera el interés total, la devoción concentrada que despierta en el forastero. La familiaridad en ellos ha dado lugar al menosprecio con que el beduino contempla las ruinas de Palmira, insensible a su presente belleza tanto como a su pasada poesía y aventura". "Los granadinos desprecian la Alhambra, dicen que es una casa de ratones, y desde luego es en lo que la han convertido". "Los españoles se sienten irritados por la preferencia que los extranjeros muestran por las obras de los moros, ya que, además de ser indicio de su superioridad, les acusa a ellos de mal gusto al no apreciarlas también, y de barbarismo al esforzarse por mutilar lo que el moro trabajó por adornar”.
Se dice que al fallecer en 1.858 un periódico británico publicó una necrológica en la que se aludía a Richard Ford vestido “con su chaqueta de piel negra de oveja española”.
Gonzalo Antonio Gil del Águila
Granada, 7 de Diciembre de 2.007
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