Seguramente interpolando pasajes y reconstruyendo la narración con su estilo, el granadino Ibn Yuzayy escribió al dictado en 1.355 la rihla o viaje de Ibn Battuta. Nacido en Tánger en 1.304 y muerto en una fecha indeterminada entre los años 1.368 y 1.377, Ibn Battuta recorrió durante más de 20 años territorios más extensos de los que atravesó Marco Polo (1.254-1.324), dejó descripciones y comentarios muy interesantes en su libro de viajes o rihla llamado “Regalo de curiosos sobre peregrinas cosas de ciudades y viajes maravillosos” y ejerció como Cadi el resto de su vida tras haber acabado su etapa aventurera. La práctica de dictar libros parece ser corriente en aquella época y Marco Polo probablemente hiciera lo mismo con Rustichello de Pisa.
Entre otros lugares, Ibn Batuta visitó Granada, a la que califica como “capital del país de Al-Andalus, novia de sus ciudades” y de la que dice que “sus alrededores no tienen igual entre las comarcas de la tierra toda, abarcando una extensión de cuarenta millas, cruzada por el famoso río Genil y por otros muchos cauces más. Huertos, jardines, pastos, quintas y viñas abrazan a la ciudad por todas partes” Refiriéndose a la Fuente de Aynadamar, la extraordinaria obra hidráulica fechada en el siglo XI, señala que entre los parajes más hermosos de Granada “se cuenta la Fuente de las lágrimas, un monte donde hay huertas y jardines, sin parecido alguno posible”.
Cuando Ibn Batutta visita Granada era Rey “el Sultán Abu l-Hayyay Yusuf, hijo del sultán Abu l-Walid Ismail ben Faray ben Isamil ben Yusuf ben Nasr, a quien no pude ver a causa de una dolencia que sufría. Su madre, la pura, piadosa y distinguida, me envió unas monedas de oro que me fueron necesarias”. Aunque no pudo conocer al Rey sí pudo a “los hombres más distinguidos, entre ellos: el Cadí de la comunidad, el diserto jerife Abu l-Qasim Mohamend ben Ahmad ben Mohamed Al-Husayni, el Ceutí; el alfaquí, maestro y sabio jatib Abu Abdallah Mohamed ben Ibrahim al-Bayyani (de Baena); el sabio predicador y lector Abu Said Faray ben Qasim conocido por Ibn Lubb; el Juez de la comunidad, asombro de su época, único en sus días, Abu l-Barakat Mohamned ben Mohamned ben Ibrahim as-Salami al-Balabai que acababa de llegar de Almería por entonces, coincidiendo con él en el huerto del alfaquí Abu l-Qasim Muhammad, hijo del alfaquí y egregio secretario Abu Abdallah ben Asim”. Igualmente conoció al “Jeque de Jeques y sufí relevante, el alfaquí Abu Al Umar, hijo del pío y devoto Jeque Abu Abdallah Mohamned ben Al-Mahruq, en cuya zagüía, extramuros de la ciudad, permanecí varios días recibiendo sus exquisitos agasajos. Con él visité el morabito, famoso por su baraka, que se conoce por Rábida del Aguila. Este es el nombre de un monte que se alza sobre la población a una distancia de ocho millas, próximo a la ciudad de Elvira, hoy día en ruinas”. También encontró en Granada “un grupo de faquires persas que se radicaron en ella por similitud con sus tierras de origen, por ejemplo el Hayy Abu Abdallah de Samarcanda, el Hayy Ahmad de Tabriz, el Hayy Ibrahim de Konya, el Hayy Husayn de Jurasán, y los dos peregrinos Ali y Rasid de la India, aparte de otros”.
Gonzalo Antonio Gil del Águila
Granada, 7 de Diciembre de 2.007
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